Cultura/Educación, EDITO

Serie Los Castrati: ¿Quiénes fueron los más famosos? Sus vidas (3)

Por Víctor Fernández.

Partes I y II.

¿Quiénes fueron los más famosos? Sus vidas

Baldassare Ferri: Il Primo Gran Divo

Baldassare Ferri nació en Perugia, Italia, en 1610. Fue el primer gran divo castrato. Su voz fue descrita como dulce, potente, capaz de un control extraordinario del fiato (respiración), con mucha agilidad, y capacidad expresiva e interpretativa. A esto se une la descripción de su físico, que al parecer no experimentó las deformaciones comunes entre muchos de los castrati, era alto y muy bello, además de poseer modales exquisitos y muy buen gusto al vestir.

Con 11 años entró en Orvieto al servicio del cardenal Crescenzi quien, viendo su potencial artístico, se convirtió en su benefactor. Fue enviado a Roma, donde durante cuatro años recibió una rigurosa instrucción musical, al cabo de los cuales su voz y su técnica estaban perfectamente pulidas para la gran carrera que desarrolló. Fue venerado no solo por los melómanos, también por la masa en general. Existe la anécdota de que cuando viajó a Florencia para tomar parte en una ópera de Claudio Monteverdi (1567-1643), “…a una legua de la ciudad las figuras más prominentes fueron a recibirlo y lo escoltaron con gran pompa hasta sus aposentos”.

De Florencia se trasladó a Venecia, donde recibió la orden de Caballero de San Marcos por sus aportes musicales. Cedido por su benefactor, el Cardenal Crescenzi, al Príncipe Ladislao de Polonia, llegó a ese país donde se le dio una gran recepción. Allí trabajó para tres reyes consecutivos. En 1645 la Reina Cristina de Suecia (1626-1689) solicitó sus servicios, para lo que tuvo que ordenar una tregua de las hostilidades entre su país y Polonia que estaban en guerra, para que Ferri pudiera viajar, actuar durante dos semanas, y regresar a Varsovia, tras la cual se reanudaron las hostilidades. Al terminar sus servicios en la corte polaca actuó en todas las grandes cortes europeas dando conciertos y representaciones privadas. Siempre cosechó éxitos rotundos, ganó exorbitantes sumas de dinero, y recibió condecoraciones.

Sus últimos 20 años de vida activa entre 1645 y 1665, los pasó en Viena al servicio del Emperador Leopoldo I de Habsburgo (1640-1705), quien tenía su retrato en sus aposentos con la inscripción “Baldassare Ferri, Rey de los músicos”. Se retiró con 55 años en su ciudad natal, Perugia, donde falleció el 18 de diciembre de 1680 en la más opulenta riqueza, dejando una fortuna estimada en 600.000 escudos de oro, y una institución de caridad para perpetuar su memoria.

Giovanni Francesco Grossi, “Siface”

Nació en 1653 cerca de Prescia, en Toscana. Tenía voz de contralto. Se fue muy joven a Roma, donde probablemente estudió con el compositor de ópera y música religiosa, además de clavecinista Bernardo Pasquini (1637-1710), de quien estrenó varias óperas. En 1669 entró al servicio del Príncipe Giovanni Battista Borghese, en cuya corte se mantuvo hasta 1773. Ingresó en la Capilla Pontificia en 1675, pero la abandonó dos años más tarde para dedicarse con más libertad a la carrera operística.

Su nombre artístico se debe a su maravillosa interpretación de la ópera “Scipione Africano”, en 1671, de Francesco Cavalli (1602-1676), aunque también hay la creencia de que se debe al personaje de Siface, de la ópera “Mitridate”, de Alessandro Scarlatti (1660-1725). Su brillante carrera como cantante de ópera comenzó en el teatro Tordinona de Roma, durante el carnaval de 1673. En el año 1675, en Roma, fue uno de los principales intérpretes de un ciclo de 14 oratorios de los principales compositores en activo en esa ciudad. En 1678 debutó en Venecia, en el teatro San Giovani Crisóstomo, donde se volvió a presentar en el titular de la ópera “Il ratto delle Sabine”, de Pietro Simone Agustini (1636-1680), en 1680.

En 1681 entró al servicio del Duque de Módena Francesco II d’Este (1660-1694). Cantó regularmente en teatros de Módena y Reggio Emilia, Venecia, Parma, y Bolonia. En 1683 cantó en Nápoles dos óperas de Alessandro Scarlatti (1660-1725).

Invitado por la Reina María de Módena, (1658-1718), hermana del Duque d’Este, llegó a Londres en 1687 para cantar en la corte de su esposo Jacobo II de Inglaterra y VII de Escocia (1633-1701). Allí se presentó con mucho éxito en la Capilla Católica del Rey, y en la casa del político y escritor Samuel Pepys (1633-1703). El escritor John Evelyn (1620-1706), quien asistió a un recital, describe su canto de la siguiente manera: “la resistencia y la delicadeza con que Siface sostenía y alargaba las notas las dotaba de ligereza y dulzura”, aunque el mismo escritor no admiró el comportamiento del cantante, que describió como “lascivo, afeminado, falsamente modesto, altanero, y presuntuoso”. El gran compositor inglés Henry Purcell (1659-1695) le rindió homenaje con una pieza para clavicémbalo titulada “El adiós de Siface”, compuesto probablemente con motivo de su partida de Londres. No permaneció mucho tiempo allí porque le disgustaba el clima londinense.

De vuelta a Italia se enamoró perdidamente de la condesa viuda María Magdalena Marsili Duglioli, hermana de los marqueses Giorgio y Alessandro Marsili, de Bolonia, quienes se opusieron fuertemente a la relación (de la que Siface hacía ostentación pública). Consideraban que los castrati eran un engendro, y la relación con su hermana era una afrenta al honor de la casa Marsili. Intentaron convencer al Duque de Módena, quien tenía en alta estima a Siface, de que lo alejara de Bolonia, pero este se negó. Entonces los hermanos encerraron a su hermana en el convento de San Lorenzo, en Bolonia.

En 1697 Siface fue contratado para cantar la ópera “Perseo”, en el teatro Malvezzi, en Bolonia, y aprovechó la cercanía para retomar la relación con la condesa. Los hermanos decidieron deshacerse de Siface y, el 29 de mayo de 1697, cuando el cantante viajaba de Ferrara a Bolonia su carroza fue interceptada por unos encapuchados que lo hicieron descender, le dieron tres disparos con arcabuces, y lo remataron aplastándole el cráneo. El cuerpo de Siface fue trasladado a Ferrara, donde el comisario del Duque de Módena le celebró las exequias en la iglesia de San Paolo, donde está enterrado cerca de la puerta de la sacristía. El Duque de Módena, conmocionado por el asesinato, que había tenido lugar en la jurisdicción de los Estados Pontificios, intervino ante el Papa para que los hermanos Marsili fueran condenados como ordenantes del homicidio, arrestados, y exiliados de Bolonia y Ferrara. La condesa Marsili desapareció del convento y se comenta que, en venganza contra sus hermanos, tuvo un gran número de aventuras amorosas.

Pocos años antes de su muerte, como tributo a su tierra natal, Siface había subvencionado la confección, en el Duomo de Prescia (Catedral de la Ascensión de la Santísima Virgen María), del nuevo altar mayor, tallado en mármol polícromo de Ferrara por el artista Giuseepe Vaccà.

Discografía recomendada:

 Siface – L’amor castrato

Filippo Mineccia

Nereydas

Director: Javier Ulises Illán

(Continuará…)

Víctor Fernández es escenógrafo y director de escena, historiador de la ópera, y galerista.

 

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2 Comments

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  2. Heidys Yepe

    Una serie excepcional. Gracias.

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