Por Bárbara Saavedra/La Gaceta de la Iberosfera.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quiere convertir la Conferencia de Presidentes que se celebra este viernes en Barcelona en una nueva escenificación de su proyecto para mantenerse en el poder y en un momento en el que está acorralado por la corrupción. Y lo hace con la colaboración de los barones del Partido Popular, que acuden al acto en el Palacio de Pedralbes, con la promesa de Moncloa de incluir sus propuestas en el orden del día.
El evento arranca con polémica: por primera vez se permitirá el uso de las lenguas cooficiales en este foro multilateral, pese a no estar contemplado en su reglamento. Sánchez atiende así las exigencias del separatismo catalán y vasco, imponiendo un sistema de traducción simultánea financiado con fondos públicos, que no es necesario.
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