Por Julio César Soler Baró.
Nos une la flema emocional que aglutina al atrezzo, la sed de héroes, de ídolos, de mártires y el tralalá que alimenta la idea de la existencia de una Fe, de una Sed, de una Fe, de una Sed de Libertad, de una Fe en la Libertad de una Cuba-Patria que no conseguimos definir. Y es que Cuba-Pedazo de Piedra es tan fácil de ubicar como difícil es, y que no nos una el no ponernos de acuerdo en cómo, definir a la Cuba-Sentimiento Patrio y entonces nuestro contrato social-identidad para con ella…
Y luego también nos une, cubanos, la represión Castrista manifiesta en la expropiación de las empresas y negocios privados en Cuba, nos unen la libreta de desabastecimiento, la OFICODA, los cupones, el juguete básico, el no-básico, la caja de bolas y la bicicleta que no alcanzamos jamás.
Nos une el que gracias a (X) jamás conseguimos ser como el Che, nos une la farsa de Camilo y la sonrisa de sus asesinos, nos unen los gritos de PAREDÓN, PAREDÓN, PAREDÓN, y el fracaso de la zafra que paralizó la vida de diez millones y otro más de cubanos, nos une la envidia Cederista, la persecución partidista y las manchas en el expediente.
Nos unen el Servicio Militar y el Servicio Social y Angola y la URSS y el trabajo forzado infantil en el campo.
Nos une el Diente de Perro, Camarioca, la embajada de Perú, el Mariel, y las tantas balsas que jamás llegaron, nos unen las familias desunidas y el que ahora todo el mundo se crea con derecho a la casa de la abuela.
Nos unen los muertos en otras tierras luchando guerras de otros, los diamantes, el petróleo y las maderas preciosas de otros.
Nos une el hambre que el CCCP le hizo pasar a su pueblo con tal de que el PCC nos continuase machacando.
Nos unen las negligencias médicas, y las asambleas de méritos y deméritos y las de balance y las de rendición de cuentas y las tronadas de tanta gente, y los carros de chapa blanca, y los de chapa negra, y los de chapa amarilla y la carretilla del negro viejo que vendía hielo en Pogolotti.
Nos une Ah An Pipí y su guagua imaginaria circulando la Habana. Nos unen los huevos que le tiraron a la maestra que presentó para irse en los ochentas y que desde hace rato nos faltan. Nos une el pan con manteca y el con azúcar y el que jamás alcanzamos aquella tarde.
Nos unen el exilio y el “me quiero ir”, y también el “no me quiero ir pero me voy a tener que ir”, nos une el “ahora que me fui como extraño aquella mierda”, nos une la llamada, la mala noticia, la ninguna noticia. Nos une la indiferencia, nos une la dejadez, la falta de ortografía y el analfabetismo letrado.
Nos unen las cuatro patas de una oposición sin cabeza, decapitada, cada una tirando para su lado y un puñado de “influencer” con vago dominio del Castellano y otras ciencias sociales. Nos une la mentira, nos une el miedo, nos une la desconfianza, nos une el egoísmo.
Nos une la desinformación, nos une la falta de cultura universal, nos une la grosería, nos unen la glorificación de tanta porquería y los chorongos del mulatico y la metatranca de los que no pudieron escapar y la de quienes escaparon. Nos une Mariela e incluso Magali y hasta Olgalidia nos une.
Nos une la amnesia, nos une el olvido. Nos une lo aguantones que hemos sido. Nos une la cobardía disfrazada de anarquía.
Nos une la homofobia de los gansos, el racismo de los negros, la xenofobia de los inmigrantes. Nos unen los condenados muñequitos rusos hoy nostalgia, ayer maldito infierno. No une la distancia y que no me leas. Nos une todo lo que nos desune, cubanos…
Julio César Soler Baró, poeta y antropólogo cubano exiliado en Suecia. Oluwo Otura-Nico.
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Excelente texto friki viejo 🤘🇨🇺🤘
Los cubanos se unen solo delante de un puerco asado y muchas six pack bien frias — sin que nadie se ofenda
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