EDITO

Díaz-Canel malvado

Luant

Por Armando de Armas.

Cuando el dictador Díaz-Canel sustituyó a los presidentes Fidel y Raúl Castro

¡Díaz-Canel malvado, Díaz-Canel malvado, eres un malvado, ay niño que malvado eres! Reza el estribillo de los luchadores por la libertad de Cuba. No, a ver, seamos rigurosos, no reza así, así escribo yo que soy -apártate de mí modestia- un caballero finísimo, el estribillo real suena: ¡Díaz-Canel singao, Díaz-Canel singao, eres un singao, ay niño que singao eres!

No me voy a poner pedante con el tema de la vulgaridad, etc; vulgar es una dictadura de sesenta y dos años. Todo el que ha estado en una guerra o al menos en una pelea callejera sabe por experiencia que ahí se valen desde las malas palabras a las buenas balas, o las buenas bombas, que las guerras y peleas no las echan carmelitas descalzas; por Dios.

Según ha salido a relucir en estudios arqueológicos, los antiguos griegos y romanos solían inscribir mensajes en los proyectiles de sus hondas, proyectiles de piedra o plomo (los objetos disparados por medio de una honda llegaban más lejos que las flechas y ocasionaban daños devastadores en la cara o la cabeza del enemigo impactado), mensajes que iban desde la imploración del favor de los dioses de la guerra, a mensajes amenazadores al estilo de Esta de postre y Te rompo los dientes, y vulgares por el estilo de Para el culo de Pompeyo o A por el ojete de Octaviano.

Así que vulgaridad y violencia, aunque sea verbal, van de la mano desde inmemoriales eras, ese no es el problema, por mí no que le mienten la madre a los comunistas, ¡que le partan la madre!, el problema es lo predecibles que suelen ser estos camaradas y, claro, no deja de asombrarme cómo es que pueden engañar a las gentes una y otra vez con las mismas gastadas, elementales tretas.

De suerte que al observador alerta no quedaría más que arribar a una de dos posibles conclusiones: o estas gentes son tontas o estas gentes son truhanes.

Pues venir ahora -¡a mí con ese cuento!- a decir que Díaz-Canel es el malo de la película -no digo que sea bueno, nadie llega ni siquiera a cabo mamporrero en el comunismo por bueno- después que la familia Castro ha fusilado, encarcelado y exiliado, destruido la nación, aún antes de que el ahora flamante presidente hubiese siquiera nacido (peor aún, al presente el verdadero poder en Cuba está en manos de la familia Castro representada por, como ya algunos analistas han dicho, Alejandro Castro Espín, López Callejas y López Miera), me huele a que el aparato de medidas activas de los servicios de inteligencia usa al flamante presidente, como chivo expiatorio y bueno pues muchos opositores, dentro y fuera, compran sin más el chivo.

Por si las dudas, lo de chivo expiatorio no viene de chivato sino de cuando los judíos ancestrales sacrificaban un macho cabrío joven, por mandato de Dios, a fin de purificar y expiar las culpas del pueblo. Por lo que, en consecuencia, chivo expiatorio es la denominación que se da a una persona o grupo de personas a quien se quiere hacer culpable de algo con independencia de su inocencia, para así impedir que los auténticos responsables sean juzgados o para satisfacer la necesidad de condena ante la aparente falta de culpable.

Hace años, mientras investigaba para mi libro Mitos del antiexilio, me topé con un patrón en las agencias de prensa en que escribían cosas de este cariz: los hechos ocurrieron en tiempos cuando el presidente Fidel Castro luchaba contra el dictador Batista. De suerte que no se asombre nadie si dentro de unos años lee en esas mismas agencias de prensa, o en los libros de historia, cosas de este cariz: los hechos ocurrieron en tiempos cuando el dictador Díaz-Canel sustituyó en el poder a los gobiernos revolucionarios de Fidel y Raúl Castro. Porque, ya saben, el que nace para chivo del cielo le caen los cuernos.

Armando de Armas: Escritor cubano exiliado, autor en los géneros de periodismo investigativo, ensayo, narraciones y novelas. Entre sus libros destacan La tabla, una abarcadora novela sobre la sociedad isleña, y Los naipes en el espejo, un ensayo sobre la historia de los partidos políticos estadounidenses que augura además el triunfo electoral de Donald Trump en 2016 y un profundo cambio de época en el mundo occidental. Editor Educación/Cultura ZoePost.

Luant es pintor y bongosero.

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4 Comments

  1. Pingback: Díaz-Canel malvado – – Zoé Valdés

  2. magnifico articulo

  3. Maestro magnifico articulo, mi humilde opinion es que esos actores que gritan s. Canel no son ni tontos ni truanes son simplemente mononeuronales manipulables, por quien? pues por el teniente que los atiende porque digo esto bueno.. si desde que nacieron estan en la miseria absoluta con un hambre de 3 varas y estan contentos con gritas solo Canel S. pues nada, arriva los pobres del mundo!! el dia que se la pelen al S. porque eso llega que les quedarà por gritar? ajaaa!! ahi los quiero oir una cosa es el S. y otra el clan Castro

  4. Edmme Baguer

    Bueno. Muy bueno.

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