EDITO

LGI. Lo que le espera a México no es jamón

Por Zoé Valdés/La Gaceta de la Iberosfera.

Varios amigos mexicanos y cubanos coinciden en la observación de que lo que espera a México con la nueva presidente, Claudia Sheinbaum, como decimos en Cuba, no es jamón, o sea, no será nada suave. De hecho, algunos afirman que, si con AMLO la gente se vio al borde del infierno, ahora con esta señora, y con sus acciones futuras probablemente los mexicanos se cocinen en sus llamas, extrañen al comunista anterior, amigo de los Castro, y pendiente del régimen de La Habana para todo.

Pues bien, al parecer la dependencia de México del Comité Central de Cuba se acentuará, pues al observar el historial de la nueva presidente, de sangre judía, pero con una franca debilidad por Hamás y Palestina, como se ha podido comprobar desde la masacre terrorista del 7 de octubre, envuelta en la kufiya, símbolo llamado en la antigua Mesopotamia hatta, confeccionado con tela e hilos blancos y negros, cuyos dibujos indican todavía hoy un estatus social humilde, rural y patriarcal, esto último, lo de patriarcal, sumamente importante, podríamos como mínimo sospechar.

Claudia Sheinbaum proviene de una familia sumamente patriarcal con una ideología comunista muy centrada en la figura del macho, por lo cual nada feminista. El comunismo es lo más antifeminista que se pueda imaginar. En Cuba al marxismo se le llamó en tono de broma, —como si para bromas hubiéramos estado—: machismo-leninismo; debido al carácter machista de sus dirigentes. En ese ambiente creció y se formó Claudia, la artista devenida científica.

Su relación con La Habana es mucho más seria y compleja, dado su sujeción ideológica, que una simple relación sentimental. De Cuba surge su estirpe comunista, de un extremismo particularmente severo. Sus abuelos, sus padres, y ella misma fueron adiestrados en Cuba.

El abuelo, Juan Sheinbaum, miembro del Partido Comunista de Cuba desde 1925 hasta 1928, debió abandonar la isla al ser expulsado de Cuba hacia México. En México, Juan Sheinbaum se convirtió en un contacto de confianza de Fabio Grobart, el comunista polaco-cubano que llevó a Fidel Castro al poder. El que quiera leer que lea, el que quiera entender que entienda. La cabeza de la hidra sigue estando en Cuba, no me canso de repetirlo…

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One Comment

  1. COMUNISTona casada con un obrero pobre?? jajaja, eso es para las bobas de base y las románticas de sus egos marxistos, y hoy ya lo dudo de listillas posmodernas TODAS de sus egos postCALVINISTAS todo por el money y la figurada existencial….

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