EDITO

ED. A cada presidente norteamericano, sus deportaciones

Por Zoé Valdés/El Debate.

He leído diversas especulaciones acerca de las recientes órdenes firmadas por el presidente Donald Trump con relación a las deportaciones de ilegales, incluidas las de venezolanos con TPS (estatus de protección especial en sus siglas en inglés), que todavía no se han producido y que tardarán en producirse.

Bien, al parecer la gente –el vulgo, que diría Cervantes, con mérito– no tiene memoria. La prensa seguramente sí la tiene, oficio obligue, pero sabemos que la prensa oficialista ensobrada publica lo que le ordenan; la verdad no está en sus prioridades inmediatas, mucho menos con relación al actual presidente elegido con mayoría democrática en Estados Unidos.

La administración estadunidense que más mexicanos (solo mexicanos) ha deportado es la de Clinton, con más de 7 millones

Para los que no tienen memoria, o la tienen, pero no les interesa o no les conviene refrescarla, les recuerdo que «la administración estadunidense que más mexicanos (solo mexicanos) ha deportado es la de Bill Clinton, con 7.447.000 nacionales» devueltos al país, entre 1993 al año 2000; sucedió durante el Gobierno de Ernesto Zedillo, de acuerdo con un informe del Instituto Nacional de Migración.

La situación de los venezolanos mermó en importancia política tras el primer mandato de Donald Trump (2016-2020), luego que los líderes nominados a dedo entonces rechazaran, como hace hoy mismo el presidente electo Edmundo González, una contundencia mayor por la parte estadounidense con la intención real de acabar con ese régimen dictatorial de una vez.

Bastaron cuatro años bajo el mando de Joe Biden –por nombrar a alguien, o quien fuera que estuviese al mando– para que las razones políticas se emborronaran de a viaje, a Nicolás Maduro le diera tiempo de vaciar las cárceles y los manicomios y (tal como hizo Fidel Castro durante varias oleadas de inmigración) a través del Tren de Aragua, o del medio vehicular que tuviera a mano, infiltrara a Estados Unidos de entes sociales o antisociales que por el mero hecho de ser quienes son irían a acometer la desestabilización del país.

El TPS, su nombre lo indica, es una situación temporal proteccionista y no garantiza absolutamente nada fuera de una justificación social, ni siquiera política.

Ha sucedido también con los cubanos en Estados Unidos: han sido deportados en el pasado y hasta hace muy poco, sobre todo cuando Barack Obama los despojó sin contemplaciones del derecho a la Ley Pies Secos, Pies Mojados; por cierto, muchos miraron hacia otro lado, o peor. El nivel de alegría de los mexicanos en redes sociales daba vergüenza…

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