Cultura/Educación

¿Ana de Armas utiliza su arma?

Por Andrés Alburquerque.

En los últimos días se ha creado una polémica en nuestra comunidad sobre esta emergente actriz que parece haberse consolidado a raíz de su interpretación de Marilyn Monroe. De un lado los que la critican y del otro los que la defienden.

Cuando me encuentro con algún compatriota que logra éxito me alegro por default; es decir: mi primera reacción es sentir orgullo por contagio con esa sensación provinciana de pertenencia al clan; al parecer tal sentimiento es típico de los que nacimos en países muy pequeños; claro que en el caso de Cuba dicha sensación es ofuscada por el eterno e inevitable dilema de pro régimen o contra el régimen. Por años nuestra nacionalidad torturada y discutida se ha visto disputada entre los dos bandos fundamentales que mencionaba antes. Pero no es tan simple; la cosa no acaba ahí. Con frecuencia vemos cubanos que alcanzan la fama y caminan como si pisaran cáscaras de huevo en una sala oscura; sortean vericuetos y callejones ideológicos para quedar bien con Dios y con el diablo y al final quedan mal con ambos. Por otro lado, tenemos a los que empiezan con idéntica cautela y de pronto se revelan cómo los más acérrimos enemigos de la Junta Asesina y Ladrona (no me refiero a la que está en Washington sino a la de La Habana); se rasgan las vestiduras y se declaran defensores de nuestra comunidad. Allá van funcionarios y personajes nuestros, llaves y estatuas en ristre, a condecorar a los recién nacidos héroes: disque habitante honorario de Hialeah; parqueador honorario de autos en Brickell y por ahí cuánto título se pueda inventar para agasajar al recién llegado; ah, pero allá en esa infame intercepción del Vedado conocida como Línea y A existe un edificio dentro del cual gran parte del tiempo se utiliza en ver cómo jodernos y sobre el buró de alguno de los siniestros seres con camisa a cuadros que allí trabajan aterriza el expediente del “ciudadano” en cuestión; así las cosas a los pocos días la estrella recibe el fatídico pitazo: “oye, dicen los compañeros que si no cambias de actitud ahora mismo van a publicar lo que tú sabes”.

Al día siguiente el artista se encuentra en La Habana preparando un concierto y afirmando que aquí en Miami lo engañamos, que nuestra comunidad es un nido de víboras y por ahí para allá; de ahí en adelante se inicia el tortuoso duelo entre el digo y el Diego.

No he seguido la trayectoria de esta joven y no deseo ser injusto; si la evalúo a partir de su participación en el apócrifo papel sanitario conocido como “Red Avispa” no le irá muy bien; prefiero verla en esta complicada y difícil misión de ser Marilyn para saber a ciencia cierta si tiene talento o no. Hasta entonces me reservo mi criterio sobre la Ana de Armas actriz. En lo que respecta a la Ana de Armas cubana también me reservo el criterio y prefiero esperar a tener una visión más completa de cómo digiere esta joven el éxito. Señores, voy a ser totalmente claro:

Si este éxito no se diluye en el aire y mañana no se convierte en uno de los tantos olvidados de Hollywood nuestra compatriota De Armas, contará con una poderosa arma; y esa arma es la visibilidad y la fama que el show biz procura a los que toca con su varita mágica. Si la actriz utiliza cada ocasión para repudiar (la palabra es usada con toda intención) al puñado de ladrones que usurpa el poder en Cuba estará de nuestro lado. Habrá que ver en los próximos días el exacto sitio entre Celia Cruz y Silvio Rodríguez en que decidirá colocarse; ah, y sugiero a alcaldes y demás burócratas: si Ana de Armas utiliza su arma no salgan despavoridos a regalarle llaves y estatuas; esperemos a ver si de pronto no cambia postura antes de hacer el enésimo papelazo.

Habrá quien afirmará que estoy contagiado hasta los tuétanos con la retórica del exilio histórico; que las cosas no son ni blancas y negras, que hay matices y que los tiempos han cambiado; les parecerá raro pero les doy razón en todas esas afirmaciones. Estoy contagiado hasta los tuétanos con la retórica del exilio histórico gracias al cual directa o indirectamente muchos de los “imparciales” y “objetivos” estamos aquí. Luego de la manipulada y triste realidad del Covid hemos confirmado que el contagio inmuniza así que prefiero afirmar que gracias al exilio histórico poseo inmunidad natural contra todo tipo de maniobra, lavado de imagen o coima política. Las cosa no son ni blancas ni negras y hay matices; aquí también llevan razón; existe el color del estiércol y también llevan razón en eso de que los tiempos han cambiado; si; en este tiempo no existe sitio para la tibieza: estás con nosotros o contra nosotros. Ana de Armas tiene las fichas blancas; veamos que apertura utiliza.

Andrés Alburquerque es cubano. Periodista y analista político, exiliado en Miami.

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6 Comments

  1. Raul Izquierdo

    Para mí está claro que tiene talento, belleza y carisma, parece estarse haciendo a si misma con esfuerzo e inteligencia, que la tiene, por lo que le deseo el éxito, la he escuchado hablar y parece tener su cabeza muy bien instalada, otra cosa además de darle el beneficio de la duda razonable y la presuncion de “conciencia” es que se incline ideológicamente hablando por el camaleonismo inerte mimetizando entre dos aguas, entonces, como he hecho con todos los casos de compatriotas que han puesto su talento al servicio o defensa de la causa equivocada, injusta y contraria, quedará sepultada ella y su talento, su belleza, su carisma, su inteligencia, en lo más profundo de mi conciencia y me importa un huevo que alguien me diga que estoy prejuiciado con el supuesto extremismo del exilio histórico, que me merece el respeto, mucho más que cualquier talentoso servil, o cualquier compatriota light de esos de nueva factura, que creen que borrar todo de un plumazo y hacer cuenta nueva, es la solución, perdonar si, olvidar no, ese exilio histórico tan maltratado, vilipendeado y nunca entendido, ha sabido siempre defender su lado y postura con la verticalidad de las verdes palmas, contra el negro y rojo del luto, la sangre y el dolor, un exilio que va desapareciendo por envejecimiento y muerte generacional y que es lamentable que todo aquel compatriota que sale, sea barrendero en Hialeah o celebridad de Hollywood, no se considere su relevo, no se considere siquiera exiliado y desconozca con toda intención y necedad, la historia sin gloria que se ha vivido de aquella parte sin reconocer la gloria y la mano siempre tendida y solidaria de esta parte

  2. Parece que de Armas talento tiene, o sea, no se trata de Gloria Estefan haciendo de actriz. Pero, igualmente parece que lo de ella es su carrera por encima de todo, y dudo mucho que vaya a adoptar una postura políticamente “incorrecta,” ya que se mueve y trabaja en un mundo claramente izquierdista. Si acaso será “apolítica,” pero no esperen gran cosa. Lo de participar en el bodrio panfletario de Red Avispa posiblemente le ha pesado, ya que fue un fracaso en la taquilla y con la crítica, pero supongo que aceptó el papel porque el director tenía cierto renombre y pensó que tal conección le vendría bien. Repito, asunto de carrera.

  3. No es de aqui ni es de alla, es una cubana que triunfa y eso debe llenarnos de orgullo, pues mañana al caer el regimen entonces que haremos fusilarla o erigirle una estatua en el Malecon. Pues entonces seguira siendo cubana o no?

  4. De Armas nació poco antes del “período especial” y se fue de Cuba (para España) a los 18 años. No conoce la Cuba precastrista, y la Cuba que conoció no fue ni siquiera la de la “época dorada” de la subvención soviética. No perdió tiempo tras llegar a España y pronto se “enchufó” en su negocio, y hasta hoy. El papel de Monroe se lo pudieron dar a otras sin problema de idioma y hasta mejores conocidas que ella. Pero, ella se llevó el gato al agua, y eso sugiere que cuando ve algo que le parece bueno para su carrera, le mete mano y ya. El público que ella busca no es el exilio cubano, y definitivamente no creo que se va a poner en el plano de una Celia Cruz.

  5. Sin proponérmelo he seguido la trayectoria de Ana de Armas. Me impactó su belleza y trabajo en la película “Una rosa de Francia”. Luego en la serie de televisión “El internado”. Me dio mucha alegría ver que una cubana lograra el éxito. Cuando aparece en la película sobre los espías castristas en Estados Unidos (responsables del derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate), me molestó, pero asumí que “no es ella”, sino “un personaje”, aunque podía y debió rechazar el papel. Excusas que a veces uno se pone. Sin embargo rompí con ella cuando su hermano, el fotógrafo Javier Caso, fue interrogado por la Seguridad del Estado por reunirse con el cineasta independiente Miguel Coyula y su esposa la actriz Lynn Cruz (enero del 202o) y Ana no levantó la voz por su hermano, por el contrario, la actriz se fue a pasear por las calles de La Habana con su pareja del momento, el actor Ben Affleck (marzo del 2020). Hasta ahí llegué con Ana de Armas.

  6. Tiene talento carisma un embrujo que no imagine su futuro radicara en sui inteligencia y su posicion hacia la verdad cubana tendra que esperar: Obras son amores y no buenas razones.

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