Por Redacción ZoePost.
Sinceras condolencias por la desaparición física de la opositora cubana Migdalia Rosado, figura emblemática de la huelga de Tamarindo 34 y de la lucha por la libertad de Cuba. Ofrecemos un artículo publicado en El País, escrito por Zoé Valdés, en defensa de Tamarindo 34 y de la oposición cubana, en la época en la que los sucesos tenían lugar en Cuba.
La Europa antiamericana ha equivocado a la Cuba antiimperialista de José Martí con la demencial dictadura castrista. Hoy Europa no es la misma. Hoy Estados Unidos tampoco es lo que ha sido. Cuba sigue enquistada en el círculo vicioso de un dictador que sería capaz de provocar un conflicto mundial con tal de no dar su brazo a torcer, no cediendo un ápice de su poder absoluto. En múltiples ocasiones y con disímiles matices, Fidel Castro ha declarado la guerra al mundo, pero el mundo se ha hecho el de la vista gorda. ¿Cuba no ofrece el respeto suficiente, o Castro es percibido todavía como un resistente solitario y pobre al que hay que apoyar porque, según él afirma, es de izquierdas? Resistente es el pueblo cubano. Un pueblo que desde mucho antes que Fidel Castro siempre fue antiimperialista.
Para respetar y comprender a un país, para amarlo y poder hablar con propiedad, hay que conocer su historia, profundizar en su cultura. Es lo que hacemos los latinoamericanos (ejemplo reciente es lapelícula de Raúl Ruiz, Le temps retrouvé), y particularmente los cubanos, cuando nos acercamos a Europa o a América. Nuestra cultura y nuestra historia no son sólo las maracas, los bellos y calientes mulatas y mulatos, el tabaco, el ron y la música para remenear el culo. Cuba es eso también, y más, una idea de la independencia nacida en la experiencia de muchos pensadores y escritores, un cúmulo importante de antecedentes reales que confirman que un escritor como José Martí y un poeta como Juan Clemente Zenea no se inmolaron en vano. Los cubanos, como los europeos ante sus símbolos, también poseemos emblemas poderosos fundados por nuestros antepasados. Provenientes esos símbolos de la existencia pacífica de la población indígena, quienes fueron los primeros moradores, de la honda y apasionada España, de la misteriosa y maltratada África. Incluso, por la parte oriental de la isla, de la racional y al mismo tiempo sentimental Francia, o, aunque en menor cuantía de emigrantes, de la perseverante China. En lugar de avergonzarnos estamos muy orgullosos de nuestro mestizaje.
No alcanzaría el tiempo para enumerar los desmanes del castrismo. Hago un llamado a la memoria, cuarenta años de engaño, de sacrificio, de suplicio. Cuatro décadas negándole la información a todo un pueblo, exacerbando lo peor, un nacionalismo de pacotilla en nombre de un enfrentamiento perpetuo que hoy por hoy, en un clima de democracia, no tendría ningún pretexto ni consistencia. Crímenes enmascarados en ajusticiamientos populares, fusilamientos, desapariciones, persecuciones y detenciones de intelectuales, religiosos y homosexuales. Proliferación de campos de trabajo forzado (en otros países, esto se ha llamado campos de concentración). Expulsiones masivas de la población al extranjero por vía marítima y aérea en épocas de agudas crisis internas. Hundimientos masivos de seres humanos en el mar. Cuba cuenta con dos millones de exiliados. Actos internacionales de terrorismo. Interrupción cíclica de las conversaciones para
la normalización de relaciones con el Gobierno de Estados Unidos con actividades violentas o de terrorismo. El ejemplo más reciente lo constituyen los últimos editoriales del periódico Granma, órgano oficial del partido comunista, el único partido posible, donde, según el editorialista, las organizaciones de masas (los pioneros entre ellos, es decir, los niños) condenan al señor Javier Solana y a la OTAN por crimen contra la humanidad. Es conveniente señalar que adjunto a este editorial se ha publicado también un llamado a informar del contenido de esa misma acusación a las organizaciones de masas antes mencionadas como firmantes. Más claro, ni el agua. Mientras tanto, el señor Ricardo Alarcón fue enviado a Estados Unidos para reanudar las conversaciones. Dudo de su efectividad en semejante ambiente de tensión creado por las autoridades cubanas. Seré más directa: siempre se nos dijo a generaciones y generaciones de cubanos, y el mundo también hubo de repetirlo, que el señor Nelson Mandela había sido el prisionero que más tiempo había soportado en una cárcel. Con todo respeto por el presidente Mandela, pero esta afirmación debería ser matizada, aunque soy enemiga de comparar los horrores y unos cuantos años de más no añaden ni quitan injusticia a una causa. La verdad es que el señor Mario Chanes podría pretender el récord, antiguo asaltante del cuartel Moncada, invasor del Granma y fundador del Movimiento 26 de Julio, cuando se enfrentó a Fidel Castro, entonces su vida dio un giro inimaginable, convirtiéndose en uno de los prisioneros que más tiempo soportó en una cárcel. Su celda se hallaba situada en un lugar de Cuba, y él resistió treinta años preso. Le sigue, en orden de duración, el señor Eusebio Peñalver, invasor de la tropa del Che, negro, veintiocho años en una cárcel castrista. Ellos han comenzado ya a testimoniar personalmente en Italia y en el Parlamento francés de sus experiencias.
Para terminar, como escritora cubana, en el exilio desde hace cinco años, pido comprensión y apoyo internacional para los huelguistas de Tamarindo, 34, quienes luchan de manera pacífica por la libertad de nuestro país. Ustedes, con un sencillo gesto, siendo receptivos a estas noticias pueden hacer mucho por esos niños, ancianos, hombres y mujeres que se encuentran entrampados en una realidad caricaturesca, desfigurada por la megalomanía y el afán de poder de un dictador que ha destruido miles de vidas y ha convertido en pesadilla el sueño de emancipación de varias generaciones.
De ustedes, medios de comunicaciones de todo el mundo, esperamos que el dolor de Cuba sea reconocido. Que sean identificados los verdaderos héroes de Cuba, o sea, su pueblo. Que sean autentificados los grupos de la disidencia interna y externa y los periodistas independientes dentro de la isla. Esperamos también, por otra parte, que en los eventos internacionales, además de la opinión oficial del régimen cubano, sea escuchada la opinión de los exiliados cubanos. Es éste el verdadero sentido de este artículo: apoyar a los que luchan por la libertad en el mundo y en Cuba. Para que, en el futuro, Cuba pueda ser para todos. Como escribieron en el documento por el que fueron injustamente encarcelados los cuatro periodistas Marta Beatriz Roque, Félix Bonne, Vladimiro Roca y René Gómez: La patria es de todos.
Zoé Valdés es escritora cubana.