Por Redacción.
En días pasados el presidente de España, Pedro Sánchez, lamentó visiblemente emocionado el suicidio en la cárcel del etarra Igor González Sola y envió condolencias a sus familiares y a Bildu. Considerable ha sido la lluvia de críticas que desde ese instante le ha caído encima a un mandatario que compiten en el rango de pésimo gestor de soluciones frente la pandemia del Covid-19, en su país y en Europa, mintiéndole a los españoles y a la Unión Europea.
Como es natural, las palabras del presidente Sánchez provocaron también la reacción de las víctimas de ETA, de la policía y de la Guardia Civil, como se puede leer en Voz Populi.
Debe quedar claro quién era Igor Gonzáles Sola. Condenado a veinte años, se le ha implicado, por error, directamente con el asesinato en el año 1997 del joven político del Partido Popular, Miguel Ángel Blanco, pero no fue así. Pues, aunque pertenecía al Comando Donostia (el que llevó a cabo el secuestro de Blanco y cometió el crimen), González Sola “fue juzgado por pertenencia a banda armada, falsificación de documentos (DNI) y por portar armas, nada más…”. Participaba en labores de seguimiento a las víctimas, filtraba datos esenciales para los secuestros y ejecuciones a los que llevaban a cabo estos siniestros planes. Un juzgado no le hubiera condenado solamente a veinte años por un asesinato y un acto terrorista tan macabro y mediático.
Dan ascos estos comunistas.
Fue uno de los asesinos de Miguel Ángel Blanco. En los últimos años han estado negando que Bildu era ETA, pero cuando se muere un etarra le brindan condolencias a Bildu. Pedro Sánchez ha reconocido explícitamente que Bildu sí es ETA.
Cuando se juntan los oportunistas y los comunistas sale ese tipo de psicópata.