Por Zoé Valdés.
Poco me interesa el tema, aunque como mujer y escritora he pasado por algo similar… Vamos a ver:
Una tipa a la que una familia le ha dado trabajo en una empresa común, no sólo se mete en la casa de la familia -aprovechando cuando la mujer, madre además, no está porque anda de gira trabajando-, se come la comida del refrigerador, y se echa al pico al marido en la cama de la pareja que le dio trabajo; para colmo consigue la separación entre ellos y ruptura familiar, porque el marido es un sanaco engreído o lo que sea, acomplejado y poripallá…
Más sin embargo, la que recibe los ataques es la mujer, madre de dos niños, quien posteriormente al engaño usa su arte para vengarse y curarse de la traición que le propiciaron; escribe y compone canciones como mismo respondieron tantos hombres en el pasado, que usaron su despecho para componer canciones de traiciones y malquerencias.
Al marido, por el contrario, lo ven como a una víctima, y él mismo ha declarado que nadie sabe lo que ha sufrido. Típico de un manipulador que conoce que jamás le llegará al calcañar a su ex mujer, a la que conoció en la cima de su fama y a la que desde entonces mantuvo apagada durante diez años, pariéndole hijos y criándolos, lo que ella sigue haciendo incluso mientras trabaja como una despeiná para pagar al fisco que desangra a los artistas y a todo el mundo. También ven como víctima a la intrusa, porque pobrecita, dicen, no puede responder de igual forma. Ahora va a ser también que la mujer es culpable de la falta de talento artístico de la otra.
Por cierto, la gente sólo ve la fama y no el esfuerzo, los millones que genera, y no el empleo que también genera. Hasta un extra, de su último vídeo clip, la critica por pagarle poco; o sea, lo que se paga según lo establecido.
Y así, van y vienen ataques contra una mujer que, caiga bien o mal, sea simpática o antipática, cada vez que saca un tema, guste o no, se monta en 500 millones de vistas y se hace viral… Porque lo que no se le podrá cuestionar es que a creativa nadie le pone un pie delante.
Creo entonces que a esta niña del movimiento de caderas, que a través de su ‘manager’ se ha atrevido y ha enfrentado al narco terrorista Petro, prohibiéndole que use su tema más reciente, le quedan al menos un par de canciones por hacer: una contra el fisco y otra contra los tiñosos. Por el aquello de que si la envidia fuera tiña…
Nada, sigan en lo suyo. No es contra nadie. Sólo analicen.
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