¿Qué falta, ante todo, en nuestra democracia?

Los padres de la democracia estadounidense la veían como un sistema de auto-gobierno que comienza por gobernarse uno mismo: “No tenemos un gobierno armado con poder capaz de lidiar con las pasiones humanas desenfrenadas… La avaricia, la ambición, la venganza o la temeridad romperían las cuerdas más fuertes de nuestra Constitución como una ballena pasa por una red. Nuestra Constitución fue hecha sólo para un pueblo moral y religioso. Es totalmente inadecuada para el gobierno de cualquier otro” (John Adams).

Establecieron salvaguardas contra “la ley de la calle” (mob rule) que se da cuando pueblos con poco auto-control son manipulados por oportunistas a los que irán cediendo más y más poder para que “pongan el orden” que no están dispuestos a darse a sí mismos.

Al salir de la Convención Constuticional en 1787 le preguntaron a Benjamín Franklin qué tipo de gobierno habían establecido. Respondió: “Una república, si podemos mantenerla”.