Por RZP.
LA GUERRA
Todos los aviones regresaron a sus bases.
Pero no todos los hombres
regresaron a sus casas. Pero no estaban
todas las casas de los que regresaron. Pero
no todos los que regresaron
encontraron a todos en sus casas.
IMPOSIBLE SOLEDAD
«Huimos en puntilla de nosotros».
César Vallejo
Huimos en puntillas de nosotros:
otras veces, poeta, nos fugamos
vertiginosamente como potros,
pero a poco de andar nos encontramos.
Veces hay en que huimos de nosotros,
y sigilosamente nos marchamos
a donde solo estemos con nosotros,
pero a poco de estar nos encontramos.
Es que la soledad jamás se alcanza
mientras el mundo vaya con nosotros,
y este mundo jamás de andar se canse:
camina de nosotros a los otros
y regresa, sin falta ni tardanza,
repleto de los otros a nosotros.
UN TREN ATRAVIESA LAS ESTEPAS DE LA MADRUGADA
A Carlos Rafael Rodríguez
No parará,
no parará,
no parará este tren hasta llegar el día.
No parará hasta las terminales del amanecer.
Con el estruendo de su prisa invade
los túneles dormidos,
desgarra los andenes desolados,
estremece los pasos a nivel.
No parará,
no parará.
Sus ruedas,
violentas y seguras,
isócronas y tercas,
golpean hasta el alma
las vías que se juntan y se apartan,
las vías que se apartan y se juntan
en una sola flecha rauda.
No parará,
no parará,
no parará esta cólera de lámparas
que cruza entre rebaños de vapores
por las estepas de la madrugada.
No parará,
no parará ni aunque los negros puentes
chillen en sus herrumbres,
crujan en sus pilastras.
No parará,
no parará.
Contra la noche y la ventisca avanza.
Viene de lejos con su faro insomne,
evaporándose en las distancias.
Reapareciendo en las soledades.
No parará,
no parará,
no parará.
Abandonó crepúsculos y ríos
tras los semáforos de las fronteras
y dejó atrás pañuelos blancos
entre amarillas novias muertas.
No parará en brumosos caseríos
ni en estaciones perdidas.
No parará,
no parará
este tren hasta llegar el día.
YA PODÉIS PERDONARME
Ya podéis perdonarme:
ya no soy malo.
ya nada me asombra,
por tanto nada me indigna,
a nadie aborrezco,
todo lo asumo.
Ya todo lo espero,
por tanto nada me hiere,
a nadie lapido,
a todos abrazo.
Ya nada ambiciono,
por tanto a nadie persigo,
de nada presumo,
a nadie hago sombra.
Ya yo no soy malo,
aunque, os lo advierto,
algunos resabios me quedan
de cuando fui humano.
Manuel Díaz Martínez (1936-2023), poeta, ensayista y periodista, nacido en Cuba.