Óxido

Por Ulises F. Prieto.

La historia que le voy a contar no puede clasificarse como una mera mentira. Es sin lugar a dudas auténticamente falsa. Me lo narró un poeta increíble. No digo que es un amigo para que no se piense que es uno de mis conocidos amigos imaginarios. Así que diré que es simplemente un conocido. Ciertamente era imaginario pero nunca llegó a ser mi amigo. Sólo un conocido.

Le llamé poeta, pero en verdad es nada más que un decimista. Ya sabemos que los decimistas se llaman a sí mismos poetas, pero todos sabemos que no lo son. Para colmo es un decimista urbano. Es decir, un completo oxímoron. Una aclaración: oxímoron no significa que el poeta cubano, al ser de La Habana Vieja, se haya quedado sin casa y ahora esté expuesto a la intemperie. Significa que “decimista urbano”  es una combinación de dos términos contradictorios. Algo así como “progressive insurance”.

Me contaba mi conocido que cuando vivía en Cuba solía ir al Malecón de La Habana a disfrutar del contraste de los colores de la puesta, con el olor a podredumbre de las aguas y los gritos de chusmería de las prostitutas pre-adolescentes. Mi amigo, digo conocido, ante aquellas desagradables experiencias, escribió una décima bastante mala. Tal vez para vengarse. La verdad es que si el propósito era repartir su malestar, lo logró a la perfección. La rima no era tal, sino más bien un camelo. Para crear rima consonante se fue por la vía fácil de usar las terminaciones de los verbos regulares, y en ocasiones hasta forzó el acento habanero. Es verdad que no llegó a la gandulería de rimar “Nueva York” con “Jamón York”, como una vez hizo Nacho Cano… pero…

A La Habana

¿Cómo puedo verte azul
Si no se te cayó el cielo?
No retoña por ti el celo
Ni en noches de deseo tul.
¿Ciudad, vacío baúl,
Qué debe sufrirte el arte
Si no hay lágrimas como ante’,
Hueles a puta y dolor,
Y me evitas lo peor,
El gran peligro de amarte?

Ulises F. Prieto es Profesor de Matemáticas y escritor.