Cultura/Educación

Medio Siglo de la Academia Norteamericana de la Lengua Española

Por Gloria Chávez Vásquez.

La primera Academia de la Lengua se fundó en Madrid en 1713 para combatir los galicismos que agobiaban al idioma español. En sus 310 años de existencia, la Real Academia, apoyada por catedráticos, literatos y científicos en cuatro continentes, ha laborado por mantener “limpia, fija y esplendorosa”, la lengua castellana.

Desde entonces, 23 academias en cuatro continentes aportan a la española, los conceptos lingüísticos, lexicográficos y gramaticales que, reunidos en el Diccionario de la RAE, gramáticas y tratados de ortografía, constituyen las normas del idioma español. Este conjunto orquestado de academias guía a 600 millones de hispanohablantes en el mundo, con la esperanza de una “unidad de la lengua española dentro de su diversidad”. Con tal expectativa se realizan, desde 1951, los Congresos de Academias, en los diferentes países de Iberoamérica.

¿Una academia de la lengua española en EE. UU?

Es la década de los 70 en Estados Unidos y el choque cultural y lingüístico causado por la afluencia, cada vez mayor, de inmigrantes procedentes de América Latina amenaza con producir un caos sociopolítico. El filólogo español exiliado en Nueva York, Tomás Navarro, ve la necesidad de una academia norteamericana que solucione, en parte, el deterioro del español. Con el apoyo de dos de sus coterráneos, Odón Betanzos y Jaime Santamaría y la colaboración de Carlos McHale (chileno), Eugenio Chang Rodríguez (peruano), Gumersindo Yepes (ecuatoriano), Juan Avilés (puertorriqueño), Navarro logra establecer la Academia Norteamericana de la Lengua Española, institución que cumplió 50 años (1973-2023) el pasado mes de junio y que sirve, además, a Canadá.

El actual secretario general de la Academia, Alister Ramírez, escritor colombiano y profesor en New York University, ve en el español de Estados Unidos “un gran laboratorio”. Desde su fundación, La ANLE registra los cambios del idioma a través de publicaciones como el de los Americanismos, congresos y otros foros como el Observatorio de lingüística de Harvard University. Como ejemplo, están los estudios de Odón Betanzos sobre los hispanos y los de Manuel Martin sobre los chicanos.

A pesar de que ANLE no recibe contribuciones gubernamentales o corporativas de ningún tipo y aun gestiona su sede física _ el catedrático considera que es una de las academias más prolíficas y diversas, no sólo por la calidad de sus miembros y sus publicaciones, sino por la relevancia del español, considerado el segundo idioma más hablado en ese país, después del inglés. Si se habla de panhispanismo, eso es la ANLE porque las voces de la academia representan a Iberoamérica. El académico califica de histórico, además, el que este año se hayan incorporado 7 mujeres a la Academia.

Ante el vertiginoso crecimiento del español en los Estados Unidos, la institución ha organizado comisiones como las académicas y educativas, y proyectos como la Historia Hispánica de los Estados Unidos y la creación de un Centro de Estudios (CEANLE).

Su asociación con institutos, centros culturales y universidades que le brindan apoyo a través de la comisión de Relaciones Académicas, le facilitaran la ampliación de sectores destinados a adelantar proyectos específicos por medio de delegaciones regionales y servicios académicos de difusión en California, Florida, New México, Texas, Indiana y Washington, D.C. Este año, la presidente de la delegación de la Florida, Maricel Mayor Marsán coordinó exitosamente, el III Congreso de la ANLE en Coral Gables, Miami, Florida.

Formas de Difusión

La ANLE, que labora en un país con un estimado de 45-62 millones de hispanoparlantes (entre monolingües y bilingües), difunde desde 1994, y a través de su Comisión de Traducciones, las Glosas u hojas informativas en las que resalta las novedades del Diccionario oficial de la RAE y el Boletín, una revista académica que incluye artículos sobre la lengua española y las literaturas hispánicas, reseñas y notas. Su editora general, Nuria Morgado, ha renovado y diseña la publicación en su etapa reciente.

Otros vehículos de difusión de la Academia son el Boletín Informativo (BIANLE), la Revista (RANLE) y la Biblioteca Digital. La Revista ofrece un espacio de diálogo abierto a aportaciones que revelen las distintas dimensiones del pensamiento, las artes, las ciencias humanas y los emprendimientos culturales del mundo hispánico.

En 2013 la Academia llevó a cabo un acuerdo con “Yahoo! En español” para colaborar con un programa de curiosidades del idioma presentado en formato de vídeos de animación, ilustraciones, gráficos y sonido y que llegaba a un amplio público. Mas recientemente, en su ceremonia de celebración del quincuagésimo aniversario, la ANLE entregó el Premio Nacional Enrique Anderson Imbert al ganador del concurso de minicuento.

Durante la celebración de aniversario, en el Instituto Cervantes de Nueva York, uno de los 85 centros culturales fundados en el mundo por España para promover la enseñanza, el estudio y el uso del español, el director del Instituto Richard Bueno-Hudson, y de la ANLE, Carlos E. Paldao, tuvieron la oportunidad de acoger a directores de academias y delegados, representantes de las naciones y regiones afiliadas a la RAE.

Visión Panhispánica

Las reacciones y testimonios de los asistentes, en relación al trabajo de la Academia en la sociedad norteamericana, dan una medida de su impacto en el mundo Iberoamericano. Francisco Javier Pérez, secretario general de la Asociación de Academias de La Lengua Española, señala que ANLE es una de las academias más importantes de la ASALE, por la responsabilidad que tiene y tendrá, en consonancia con el pasmoso crecimiento del español en los Estados Unidos.

Susana Cordero De Espinosa, directora de la Academia Ecuatoriana comenta que La ANLE es la academia de la unidad y la diversidad: la avanzada geopolítica y cultural del español.

Mario A. Sandoval, director de la Academia Guatemalteca cree que la tarea de la ANLE es digna de admiración pues se encarga de mantener al español lo más correcto posible en un país donde la lengua franca es el inglés y donde las mezclas entre diversas regiones origina el “cubaguateñol”, el “colomboportorriñol”, el “ecuatomexiñol”, y así una variedad enorme. 

Para José Luis Moure, presidente De La Academia Argentina De Letras: La ANLE, está llamada a dar testimonio científico del escenario ofrecido por los Estados Unidos, territorio de lenguas y culturas diversas, en el que convergen numerosas versiones del español, con imprevisibles consecuencias.

Los Desafíos Del Spanglish

Como ente vivo, flexible y moldeable que es, el idioma se transforma, a la medida de las fuerzas sociales que enfrenta, sobre todo en una época de inmigración tan activa como la presente. En los Estados Unidos, esos cambios son constantes, inminentes y apabullantes. Es un hecho que los inmigrantes más jóvenes descartan su lengua nativa en la escuela y con el tiempo, rehusan hablarla en sus hogares. La segunda generación, en su gran mayoría, abandona el idioma de sus padres. Aunque se calcula que unos 9 millones de personas estudian actualmente el español en este país, la pregunta es: ¿Cuántos de ellos lo hacen seriamente?

Los medios informativos, hablados o escritos en español, no contribuyen a mejorarlo.  El periodismo improvisado “acuña” palabras o las copia literalmente del inglés. Las pésimas traducciones de servicio público o gubernamentales, degeneran el lenguaje diario, de modo que las “adaptaciones” o barbarismos se añaden al spanglish, esa especie de patois, que empieza a notarse en el resto de Iberoamérica, donde ya no se camina, sino que se hace footing.

A este panorama se añade, la cada vez menos frecuente lectura en español y la desaparición de los libros de papel y librerías físicas, reemplazados digitalmente; los experimentos cuasi narrativos de monopolios visuales como Netflix, las plataformas sociales, más la promoción del lenguaje inclusivo, aceleran la deformación del idioma. Aunque las academias de la lengua han adoptado la nueva tecnología, la concesión no es suficiente para detener el tsunami.

Como murallas de contención, la RAE y la ANLE deberá establecer el orden en el español que se habla y se escribe en los Estados Unidos, un crisol en el que crecientes comunidades de inmigrantes como la asiática y la musulmana, con sus diferentes idiomas, luchan por la hegemonía cultural y lingüística en el país del norte. La Academia Norteamérica de la Lengua Española está lista a enfrentar el reto. La lucha se nos antoja titánica, pero su alianza académica, voluntad y entusiasmo lo son más. Contribuyamos pues, individual y colectivamente, a preservar nuestro idioma, utilizando adecuadamente, la riqueza de su vocabulario.

Gloria Chávez Vásquez escritora, periodista y educadora reside en Estados Unidos. Es autora de Opus Americanus, Depredadores de almas, Crónicas del Juicio final y Caliwood.

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