Por Julio César Soler Baró.
– Lo Real Horroroso
Esta oposición cubana, la de atrezzo, se comporta como si fuese parte de las vanguardias artísticas de principios del siglo XX, trazos toscos y poca academia, una suerte de Fauvismo sin la Fauve, de ahí que el gesto, rugido (sin verbo), les quede en mueca que si algo evidencia es la falta de Tarea Escénica del performe…
¿Qué hago? Acción
¿Con qué lo hago? Medio o Método
¿Para qué lo hago? Objetivo – señaló Stanislavski …
¿Mueca o guiño? – preguntó Geertz …
¡Tira de la cadena pero no toques al mono! Maña de Magaña, el mono araña
¿Pero y esto? ¿Qué es? Digo para mis adentros viendo a esa cubana tendida, de white, colmada de Imágenes Sanisidrianas.
San Apapusio, Dios de los sin talento, cuánta Metatranca, cuánto más de atrezzo y manzanas de cera reciclada… Dioses del Olimpo, no disparéis, que no somos todos…
– Manifiesto Arte Militante
Pocas veces el hombre puede sentir su altura, pocas veces el hombre es consciente del riesgo que corre al ponerse de pie. El hombre se sobrevuela muy poco realmente. Muy pocas veces.
Cuando uno enfrenta el riesgo de hacer un arte militante, el primer conflicto con que choca es con el compromiso de ser justo, es decir, de colocar nuestro arte más allá del odio, del dolor y de las ganas; más allá de todos esos motivos válidos a la hora de hacer arte. Dejar ir al hijo más allá del motivo de los padres, quiero decir. Se deben dibujar las realidades como son, y eso, ante todo, significa que no debemos permitir que nuestras necesidades más íntimas, nos sofoquen el espíritu de tal modo que, cegándonos un ojo, reduzcan nuestra capacidad de observar los fenómenos dialécticamente. Llevándonos a mirar una sola cara de las cosas, la cara que más aborrecemos; y que obsesionados con verla desaparecer, terminemos destruyendo la totalidad de un objeto del que, quizás, se podrían haber salvado muchos de sus lados. Beneficiando entonces a ese todo, que pretendemos defender con nuestro arte.
Bajo ninguna justificación un verdadero artista debe permitirse la flaqueza de perecer mintiendo, seducido por el latido de sus más dolorosos anhelos de salvación. Estoy con los que asumen de antemano, las consecuencias del pecado que es ya, otra vez hoy en Cuba, y desde hace mucho tiempo, decir toda la verdad, de pie ante el poder que representan los estados totalitarios como el nuestro, y la sarna político-económica sobre la cual se sustentan sus días. Pero, ante todo, repito, y esto es importante: que es la mirada desde un ángulo ancho en el que nuestro yo, es sólo una de las tantas caras de la realidad, el único embrión del que sin dudas nacerá ese arte que acabe al fin, como dijera Artaud, “con el marasmo que hoy padecemos, y la estupidez de todo”. Julio César Soler Baró. Año 1991.
Llevé conmigo este documento a las únicas urnas electorales que asistí en Cuba, a principio de los 1990’s. Lo llevé conmigo para que en caso de olvidarlo, presionado por los esbirros en el lugar, me recordara porqué debía anular mi boleta.
Julio César Soler Baró, poeta y antropólogo cubano exiliado en Suecia. Oluwo Otura-Niko JC..
Exquisitez de texto…
Grande friki viejo 🤘🇨🇺🤘
Fuerte y hermoso texto. Gracias Zoepost por publicar.
Magnífico.