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Lo que se sabe no se pregunta

Por Zoé Valdés.

Es un refrán archiconocido en Cuba que dice que “lo que se sabe no se pregunta”, aunque nunca está de más. ¿Debemos seguir preguntando por el destino de la ayuda humanitaria enviada desde Miami mediante la organización Cuba Decide? Pienso que “nunca está de más”, sobre todo cuando once millones de cubanos ahora mismo están viviendo la peor de las crisis desde el año 1993, año del llamado Período Especial. No, nunca está de más, insisto sobre todo ahora, que desde las redes sociales han empezado a bombardear con fotos de productos Goya, nunca vendidos con anterioridad en las tiendas en CUC del estado, hasta hoy.

Los productos Goya iban, quién lo ignora, en los contenedores (¿cuántos eran por fin?) con la ayuda humanitaria enviada por la señora Rosa María Payá y por el influencer de turno Alexander Otaola, entre otros.

Numerosos son los que se preguntan, ¿se habrá vendido la ayuda que debió ser repartida de forma gratuita en las tiendas del estado? Lo que se sabe no se pregunta, repitámoslo cual mantra; pero, de todos modos, nunca está de más. Sabido era, y hasta lo advertimos, que eso sería lo que sucedería con la ayuda como con todo, que para colmo no alcanzaba según descripciones de los que allí estuvieron ni para dos edificios de Alamar.

Sabido era, reitero; y tal vez por eso el conocido dúo de Gente de Zona se decidió a aportar algo a ese envío, porque desde el primer instante tuvo claro que se trataba de una suerte de respiro, no hacia el pueblo, hacia la tiranía. Y ya conocemos la relación tan festiva que mantienen estos dos con Miguel Díaz-Canel y con el nieto de Raúl Castro.

Las fotos enviadas desde Cuba de unos productos alimenticios firmados con la marca Goya adquiridos en las bodegas del régimen, y que recién dan la vuelta por las redes sociales, no prueban más que una verdad de Perogrullo: ninguna ayuda humanitaria, ni ningún plebiscito vinculante, y mucho menos cualquier gesto generoso de parte del exilio, beneficiará al pueblo; por el contrario, invariablemente siempre el régimen gozará de lo donado y privará a los cubanos de cualquier cosa que les alivie el mal vivir.

El hecho es que al parecer el tema de la ayuda ya es un punto zanjado y olvidado hasta por los mismos que la enviaron. Salvo una exigencia aquí o allá ahora a la iglesia católica, cuando siempre negaron que se le hubiera implicado en este envío, no se ha dicho ni esta boca es mía.

Entreteniendo al exilio, por hambre, como mismo el régimen ha dominado al pueblo durante más de 61 años, también por hambre.

¿Alguien se avergonzará de esto? ¿Alguien pedirá disculpas? Otra vez vuelvo con la respuesta de que lo que se sabe no se pregunta.

No sólo nadie pedirá excusas, nadie dirá ni mu, los periodistas no investigarán tampoco allá en La Habana ni a los que debieron asaltar el Puerto de Mariel según las exigencias desde New Jersey de Liudmila Santiesteban (por cierto, los primeros debieron ser los líderes de la disidencia que aprobaron ese envío, los que se quedaron muy tranquilos hablando basura desde sus casas en entrevistas con influencers sin mover ni una pestaña), además, al que inquiera, sea quien sea, y aunque tenga el historial de opositor que tenga, lo tildarán sin compasión y con alevosía de agente del G2, de traidor, y “¡pin pon fuera abajo la gusanera!”, tal como hace el régimen, con sus mismos métodos difamatorios y represivos.

Pero lo que sí queda clarísimo es que si esta gente un día toma el poder en Cuba, no faltará el “palito palito paredón paredón” para aquel que disienta. Y, si no lo creen esperen un poco, tiempo al tiempo, no olviden jamás que lo que se sabe no se pregunta, aunque nunca estaría de más.

Zoé Valdés es escritora y artista. Fundadora y Directora General de ZoePost.

One Comment

  1. Maria E. enriquez

    Muy bueno, como siempre. La ayuda recogida aquí en las tiendas de divisas, como se puede esperar que se la regalaran a los necesitados? 🤬🤬🤬

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