Por Fundación Disenso.
En las últimas semanas, han surgido varios escándalos de corrupción que presuntamente empañan la reputación del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). ¿Cree que afectará electoralmente a los socialistas?
Desde mi punto de vista, es muy dañino para el partido, pero no me atrevería a confirmar que esto signifique el fin del gobierno actual. Si las instituciones no estuvieran ‘secuestradas’ por el PSOE, este gobierno debería colapsar en muy poco tiempo. Desafortunadamente, como las instituciones judiciales y muchas otras están controladas por el PSOE en colaboración con el Partido Popular (PP), esto dificultará que el gobierno caiga de inmediato, y puede que no lo haga por diversas razones.
Es un gobierno que está en agonía, pero que ha recibido demasiado oxígeno con una oposición (PP) que ha sido parte y cómplice de su supervivencia.
¿Cree que la complicidad del PP que ha mencionado puede tener repercusiones electorales, como ha sucedido en otros países, ya sea en Austria con el FPÖ o en Francia con Le Pen? ¿Podría suceder esto en España a largo plazo o es más difícil allí?
Creo que puede suceder, pero no a largo plazo, sino a muy largo plazo. En cuanto al caso austriaco o francés, no podemos olvidar que son formaciones políticas con una larga trayectoria en la política de sus respectivos países, que han pasado por diferentes momentos y han logrado ganar elecciones; en el caso español, llevará tiempo.
En España hay un apagón mediático respecto a todo lo que logra VOX; cuando VOX tiene razón, no aparece en los medios, pero cuando hay algún tipo de controversia, aunque sea mínima, los medios lo amplifican como si fuera un gran problema.
Creo que VOX y Santiago Abascal pueden gobernar España, pero no creo que suceda de inmediato. La sociedad española sigue siendo conservadora, no en el sentido del conservadurismo moral o político, sino en el sentido de que todavía hay cierto temor al cambio, por así decirlo. Sin mencionar las grandes redes clientelares que PP y PSOE tienen en España, que están muy consolidadas. Aun así, sucederá en algún momento.
La semana pasada vimos cómo Viktor Orbán fue repetidamente atacado en Estrasburgo. ¿Por qué cree que es tan duramente criticado?
Lo primero que tengo que decir es que lo que vimos la semana pasada fue una vergüenza, aunque Orban también recibió muchos aplausos, mucho más de los que habría recibido hace uno o dos años.
Lo que pasa con Orban es el verdadero reflejo de la deriva de la Unión Europea o en lo que han convertido la Unión Europea, que es el hecho de que una señora, Úrsula Von der Leyen, que debería estar al servicio del primer ministro de Hungría, se permita el lujo de hacer campaña en su contra.
Orban es una figura a batir por la Comisión Europea, al igual que lo fueron los polacos del PiS, porque representa y refleja lo que muchos europeos de a pie sienten. Tanto es así que la Comisión se ha visto obligada a reconocerlo, como lo ejemplifica la recomendación de crear centros de inmigrantes fuera del territorio europeo, que fue sugerida por Orban en Estrasburgo y fue atacada e insultada por todos los grupos políticos, excepto los Patriots y el ECR.
Miramos a Orban con admiración por ese trabajo, por esa capacidad de resistencia y por entender que la política no es solo una cuestión de números, sino una cuestión de liderazgo y de estar preparado para lo que está sucediendo en Europa.
Has sido director de la Fundación Disenso, un think tank conservador. ¿Por qué crees que ha sido tan difícil para España tener un think tank conservador?
Creo que ha sido difícil porque no ha habido voluntad política, y porque los grandes temas de la narrativa, las ideas y los proyectos han sido asumidos en el marco de la izquierda. Eso es lo que realmente ha dificultado la aparición de estas organizaciones. Ahora, gracias a VOX y a Santiago Abascal, quien siempre ha tenido la determinación de pensar a largo plazo, se decidió crear una fundación para tener un espacio de conversación con políticos, periodistas, académicos; en el que tener un entorno conservador.
Lo más importante es que no debe ser solo un espacio académico con sus informes, que ya existen, sino que también debe tener en cuenta la batalla cultural y que se celebren eventos conservadores para mostrar ideas y cómo combatir a la izquierda. Se ha entendido que los problemas de hoy son parte de un fenómeno global, de ahí la importancia de tener un think tank en el que se pueda librar la batalla cultural en España, pero también hacerlo fuera, consolidando alianzas.
¿Cómo impactará el resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en Europa, en su opinión
Si Kamala Harris gana, continuará de una manera más severa lo que ha comenzado la administración Biden. Harris estaba algo controlada antes, pero si gobierna, será peor, porque su agenda es mucho más ideológica, mucho más contraria a los intereses de las clases medias y populares, y una agenda más vinculada al wokismo, que representa su unión con las corporaciones, las fronteras abiertas, etc. Lo que haría sería consolidar y expandir lo que ha sucedido en los últimos años con la administración Biden.
En contraste, Trump representaría un impulso para las fuerzas conservadoras y patrióticas. Es cierto que si Trump gana, la Comisión, el Parlamento se quejarán, como ya lo están haciendo. La victoria de Trump sería una gran victoria para los patriotas frente a todos los demás; no solo frente a la izquierda, sino también frente a aquellos que se llaman a sí mismos de centroderecha y que no lo son, son de hecho una continuación de la izquierda: ya hemos visto que el candidato del PPE es, en realidad, Kamala Harris.
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