El silencio de la política y los medios de comunicación convierte a Bélgica en cómplice de la dictadura de Castro

BRUSELAS – Desde hace varios días, los cubanos se manifiestan en las calles de la isla, gritando la consigna «libertad, libertad». Este es un evento sin precedentes ya que cualquier reunión o manifestación ha estado estrictamente prohibida en la isla durante décadas. La situación se ha vuelto tan terrible que, a pesar del temor a represalias por parte del régimen de Castro, los cubanos se atreven a hablar libremente.

Lamentablemente, la reacción del régimen no se hizo esperar y el ejército, la policía y los simpatizantes del régimen fueron invitados por el presidente a sofocar a los manifestantes y cortar de raíz este comienzo de «contra-revolución». La sangre corre por las calles de La Habana mientras lee estas líneas.

Este repentino movimiento del pueblo cubano, esta oleada de libertad y coraje ha sido posible gracias a la llegada de internet desde 2018 a la isla y al activismo de los cubanos en la isla, pero también y sobre todo gracias a los muchísimos exiliados que tuvieron que huir del régimen para salvar sus vidas, seguir apoyando a los habitantes y presionando para derrocar esta dictadura. Más de 4 millón de cubanos han huido del régimen y la gran mayoría de ellos se ha asentado en Florida (Miami) donde se han integrado plenamente y donde desempeñan un papel protagonista económico y político. Ellos también están invirtiendo la mayor cantidad de dinero en la isla de Cuba, ayudando a sus familias lo mejor que pueden.

Mientras que la mayoría de los cubanos exiliados se establecen en Miami, otros han elegido a Europa como país de acogida. Estos últimos también denuncian lo mejor que pueden los horrores del castricismo que azota la isla. Por ejemplo, Zoé Valdés, una célebre escritora de renombre internacional afincada en París y figura destacada de la resistencia cubana, sensibiliza a la opinión pública sobre la causa cubana y presiona a las autoridades a través de intervenciones en los medios de comunicación y a través de su diario ZoePost. En Bélgica, BelgoCuba: Cubanos Libres de Belgica, asociación representada por Léo Juvier-Hendrickx, está aumentando las iniciativas políticas y públicas. Por ejemplo, el Parlamento Europeo votó con amplia mayoría la resolución del 10 de junio que reconoce a Cuba como una dictadura totalitaria. Se organizaron manifestaciones públicas en la Place du Luxembourg. Se han presentado peticiones al Parlamento Federal de Bélgica y al Parlamento Valón.

Una petición web internacional fue lanzada y presentada a la OTAN poco antes de que estallaran las protestas en Cuba. Esta última petición enciende el polvo en las calles de Cuba, tan viral se ha vuelto. Efectivamente, si en ese momento lo firmaron más de 366.000 personas, más de un millón de personas la han visto en menos de 48 horas. Dado que este último requiere una intervención militar y humanitaria en Cuba, los habitantes de la isla por primera vez se sintieron apoyados y por eso tuvieron el valor de salir a la calle.

A pesar de estos pasos públicos y oficiales, a pesar de las solicitudes de reunirse con políticos europeos y belgas, ninguna mujer o político belga se ha pronunciado o tomado una posición. Sin comunicado de prensa y sin interés periodístico. No hubo respuesta a las numerosas cartas enviadas por la asociación. Ni siquiera un acuse de recibo. Este silencio es ensordecedor, cuando estos mismos políticos y mujeres son perfectamente conscientes de la situación.

Este silencio es una respuesta en sí mismo. Significa que Bélgica no quiere preocuparse por esta situación. Por tanto, tolera el régimen totalitario y la respuesta del señor Díaz-Canel a la revuelta actual cuando los eurodiputados votaron a favor de una resolución que vaya en la dirección opuesta. Peor aún, tolera que la represión del régimen continúe incluso en su territorio.
En efecto, la situación es intolerable para los cubanos exiliados en Bélgica porque vuelven a estar amordazados incluso aquí, en Bélgica, tierra de derechos y libertades. Quieren gritar su desesperación, dialogar con las autoridades para crear conciencia en el país, pero sin éxito. Ni los medios los escuchan, ni los políticos… El líder de los Cubanos Libres de Bélgica intenta denunciar la reiterada injerencia de la embajada cubana en los asuntos belgas. Una injerencia que no parece molestar a periodistas ni a políticos.

Desde el inicio de la existencia de la organización sin fines de lucro, la embajadora de Cuba en Bélgica ha presentado constantemente una denuncia contra el señor Léo Juvier-Hendrickx por incitación al terrorismo. Por lo tanto, este último debe acudir repetidamente a la comisaría para ser escuchado, aunque la denuncia sea totalmente infundada. La policía registró su casa por orden del juez para ver si escondía armas. Allí fue objeto de un acoso real.

Mientras había recibido permiso por escrito de la ciudad de Bruselas para vestir el Manneken pis con la ropa tradicional de Cuba con la intención de celebrar la independencia de la isla, el día anterior, se le negó a vestir la estatua por simple pedido de la embajadora.

¿Desde cuándo la Embajada de Cuba puede decir quién puede y quién no puede vestir el emblema de Bruselas? Luego pidió a la Oficina de Turismo de Bruselas y al concejal responsable una explicación y una justificación de esta decisión de último momento…. Letra muerta hasta el día de hoy.

Cuando advirtió a la policía de Bruselas el domingo pasado por la noche que, dada la situación interna en Cuba, algunos cubanos se reagruparán y se manifestarán pacíficamente en el último minuto frente a la embajada cubana y que esta le responde que luego estarán presentes algunos hombres, no tenía idea de que la policía intentaría intimidarlo para que abandonara el área.

Al día siguiente, él y yo, su pareja, volvimos a recibir amenazas de muerte por parte de los esbirros de la embajadora que lo obligaron una vez más a acudir a la policía para presentar una denuncia y pedir ayuda … aquí en territorio belga.

Por tanto, podemos preguntarnos si este silencio político, si esta negativa sistemática de los medios de comunicación a hacer pública la realidad cubana, convierte a Bélgica en una vergonzosa colaboradora del régimen cubano. ¿Esta política de neutralidad realmente quiere ocultar una verdad vergonzosa? ¿El hecho de que Bélgica ha sido un proveedor muy importante de armas para el régimen de Castro y desea continuar una estrecha colaboración con el régimen, como lo ilustra el famoso apretón de manos entre Louis Michel todo sonrisas y el propio Fidel Castro?

Sea como fuere, los cubanos sedientos de reconocimiento, verdad, respeto y una vez más reclaman que el mundo político belga salga de su letargo y se atreva a expresarse en alma y conciencia y que el mundo mediático ponga al día objetivamente la realidad de los más largos. régimen totalitario en la historia.

Bruno Hendrickx es un belga sensibilizado con la causa cubana.