Por Dámaso Barraza.
¡Increíble! ¿En serio? ¡El deporte y un Papa, juntos! ¡Qué giro inesperado! Resulta que en un gimnasio ahí, cerquita del mismísimo Vaticano en Roma, ¡quién iba a imaginarse! El mismísimocardenal Robert Francis Prevost, ¡que luego se convertiría en el Papa León XIV!, ¡iba al gimnasio a darle duro!, ¡a «mechar«, comodecimos!
Y la cosa no termina ahí, ¡agárrense! El entrenador personal, un tal Valerio Masella, ¡de tan solo 26 años!, ¡lo entrenó durante dos años! ¡Dos años! Y él, ¡imagínense!, lo veía como un cliente más, ¡un tal Robert que se vestía de deportista! ¡Pensaba que era un profesor o algo así, por lo tranquilo y reservado que era! ¡Quiéniba a sospechar! Esta asombrosa historia la cuenta el propio Valerio Masella a Rai News.it.
¡Y lo mejor de todo! ¡Era súper constante! ¡Iba dos o tres veces por semana y estaba en unaforma física increíble! ¡El pobre Masella! ¡Cuando lo reconoció después de la elección papal debió quedarse de piedra! ¡Un hombre tan amable, siempre tranquilo y encima, ¡un apasionado del deporte!
¡Menuda historia la que le ha cambiado la vida al entrenador! ¡De tener un cliente normal a tenerla anécdota más increíble! ¡Aunque claro, pobrecito, perdió un cliente al que le habíacogido cariño! ¡Quién lo diría! ¡El Papa haciendo pesas! ¡El mundo es una caja de sorpresas!
Dámaso Barraza es Opositor cubano, vive en Suecia.