Por Minervo L. Chil Siret.
Eduardo Cardet Concepción es el Coordinador Nacional del Movimiento Cristiano Liberación (MCL). Sus compañeros le eligieron y él asumió la grave responsabilidad, en elecciones democráticas celebradas en noviembre de 2014, dos años después del asesinato extrajudicial del inolvidable líder y fundador de Liberación, Oswaldo Payá Sardiñas. Médico de profesión, Eduardo se incorporó al MCL en 2003, luego de la ola represiva que llevó a prisión a varias decenas de gestores del Proyecto Varela impulsado por Payá, sus colaboradores del Movimiento y otras organizaciones de la oposición democrática y la sociedad civil independiente cubana. No es casualidad que dos hechos tan dramáticos definieran trascendentales decisiones para él. Eduardo Cardet era el hombre correcto para el momento indicado.
En noviembre de 2016, mientras Eduardo se encontraba en Miami en visita de trabajo para coordinar acciones y estrategias con los miembros de Liberación en el exilio y sumar apoyos internacionales a la Campaña Un Cubano, Un Voto que el MCL estaba impulsando dentro de Cuba, su esposa Yaimaris Vecino fue detenida por la Seguridad del Estado, que le advirtió que Eduardo sería encarcelado al regresar a la Isla. El 25 de noviembre de ese año, apenas unos días antes de su regreso a Cuba, el régimen totalitario cubano anunció la muerte del dictador Fidel Castro. Cinco días después de ese anuncio, la policía política cumplió su amenaza. Eduardo fue violentamente detenido frente a su vivienda, tras recibir una fuerte golpiza por parte de agentes de la Seguridad del Estado, frente a su familia y vecinos.
El 3 de marzo de 2017 la dictadura comunista llevó a cabo la farsa judicial contra Cardet, en la que fue condenado a tres años de prisión. Y allí, tras esos infames muros de las cárceles cubanas, fue apuñalado por elementos inescrupulosos al servicio del régimen totalitario. Sobrevivió a ese intento de asesinato para continuar asumiendo su injusta condena con hidalguía y valor. Su fe en Dios le ayudó.
Amnistía Internacional lo reconoció como Prisionero de Conciencia, y varias organizaciones e instituciones internacionales así como numerosas personalidades mundiales, políticos, intelectuales, diplomáticos y artistas demandaron su liberación. Estando en prisión Eduardo fue galardonado con el Premio a la Libertad de Conciencia 2017 que otorga la Fundación Paz y Cooperación, el Premio Pedro Luis Boitel 2018 que entrega el Directorio Democrático Cubano y el Premio Patmos 2018 que otorga el Instituto Patmos.
Una vez extinta su condena, la tiranía no le permitió continuar ejerciendo su profesión, pero su vocación de servicio al prójimo lo ha mantenido no solo como referencia sabia para sus vecinos, que lo visitan y le consultan cuando los males del cuerpo debilitan, sino también como guía moral en su comunidad, el pequeño poblado de Velasco, en la oriental provincia de Holguín, donde vive con su esposa y dos hijos.
Un operativo de la Seguridad del Estado frente a su casa impidió a Eduardo sumarse a las manifestaciones populares de julio de 2021. En octubre de 2022 Eduardo se unió a las nuevas protestas populares que conmocionaron a Velasco. Un día después, la policía política de la ciudad de Holguín le sometió a interrogatorio, acusándolo de haber sido el principal organizador y promotor de las mismas, y amenazó con volverlo a encarcelar.
En agosto de 2013 Cardet fue elegido como Vicepresidente de la Organización Democrata Cristiana de América (ODCA). En mayo de 2019 ODCA le nombró Vicepresidente Honorario. Y en mayo de 2022 la ODCA le eligió como Vicepresidente Adjunto en Cuba.
Eduardo Cardet, el Médico, Coordinador Nacional del Movimiento Cristiano Liberación, tiene 56 años. Es una persona sencilla, que habla pausado y sin grandilocuencias. Él sabe que el valor sereno es más importante que los alardes estériles. Es un hombre recto, de principios. Su nombre no es replicado constantemente por los medios ni está en el foco de atención de quienes asumen la causa de la libertad de Cuba como si de un trágico vaudeville se tratase. Pero su vida y su coherente compromiso con el legado de Oswaldo Payá y de muchos hombres y mujeres que fundaron y han mantenido el compromiso definitivo del MCL con los derechos de los cubanos, es inquebrantable en medio de condiciones muy difíciles de falta de recursos y de terror impuesto a base de una violenta represión y una férrea censura. Esa es la mística que él sostiene como paladín de la libertad de Cuba.
Minervo L. Chil Siret.
Miembro de Secretariado Ejecutivo MCL.