EDITO, Medias

ED. Mi respuesta a ‘The New York Times’

Por Zoé Valdés/El Debate.

El artículo de The New York Times sobre Cuba publicado el 27 de diciembre pasado, cuya autoría es de Frances Robles, Ed Augustin y Hannah Berkeley Cohen, titulado «Hace diez años, el deshielo de EE. UU. alimentó los sueños de Cuba. Ahora se ha perdido esperanza» (por cierto, ¿tres personas para escribir tanto cúmulo de sandeces?), debe ser respondido y aprovecharé este espacio para meterle mano. Pero antes debo señalar algo importante:

¿Por fin este periódico finge como que se entera de la verdadera situación de Cuba? No, falso, la conocía desde que mediante los artículos de Herbert Matthews (un pseudo periodista lamebotas del Gobierno norteamericano) pusieron en 1958 a Fidel Castro y sus secuaces en la órbita del poder. No la ignoraban desde que mucho después le encargaran un artículo sobre Cuba a Guillermo Cabrera Infante y al ser entregado se lo rechazaron por ser «demasiado duro con la revolución»; no tengo que contarles lo duro que fue el exilio que le impuso esa «revolución» para este escritor, todo está en su obra que incluye artículos y libros. Estaban enterados, pues después de publicar tres artículos elogiosos sobre mi obra (novelas donde se revelaba el horror de Cuba) a mediados de los años noventa, y más tarde tres columnas mías sobre Cuba durante los cuatro años de Trump, aceptaron que el mequetrefe dictadorzuelo Díaz-Canel les bajara una velocidad y no solamente me despidieran con una de sus tretas, sino que también alejaran al director de opinión.

Pero sigamos con el artículo de marras, un subtítulo añadido enfatiza que toda época de Barack Obama y Raúl Castro fue mejor con relación al pueblo cubano, y trata de «sueño» lo que no fue más que ilusión barata al estilo de Birmania, ignorando así los antecedentes de décadas de hielo puro y duro por parte del castrismo, más que por parte de Estados Unidos. Recordemos que, bajo la presidencia de Bush, al que insultaron y atacaron como le salió de las puercas verijas a Fidel Castro, se enviaron a la isla del cundeodio (lo del cundiamor quedó en el pasado) —según cifras de la Cepal— 17 mil millones de dólares al país, entre remesas, donaciones, y negocietes por debajo del tapete.

Estos tres firmantes del NYT citan la Plaza de la Revolución como «abarrotada de turistas», lo que constituye una mentira más grande que la plaza misma. Es archisabido que esa plaza se halla circundada por una guardia de seguridad que aunque no se note, no permite que nada la abarrote como no sea durante los discursos de los panzudos dirigentes. Ni siquiera durante la visita de Obama para hacerse la foto con la silueta de hierro del CheQuéTara detrás, esa plaza se vio llena de cucarachones. Por otro lado, reducir a Cuba a la imagen de los automóviles repintados de la época de ñañaseré y a imágenes fijas turísticas es de las más viles que se continúan repitiendo y leyendo desde las páginas internacionales de una prensa ensobrada…

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2 Comments

  1. Demian

    Ante todo, te deseo un año maravilloso. La lista de periodistas cubanos/intelectuales que hoy día son cómplices de la dictadura cubana y que trabajan en universidades norteamericanas y europeas es mayor de la que imaginamos, lobbys de izquierdas donde no permiten ningún enfrentamiento con lo que consideran revolución iluminaria, hecha para los humildes, y otras porquerías más. Me hierve la sangre que todos esos profesores cubanos que escaparon de la isla estalinista, como todos nosotros, hoy miran hacia otro lado con el fin de proteger sus carreras. Esos son verdaderos engendros y con su silencio exportan una imagen totalmente distorsionada de la realidad de nuestro pueblo. Me entristece que hayan salido de centros de estudios donde ya en los 90 se hablaba de libertad económica y del Mauerfall castrista como la única vía que teníamos todos los cubanos de cara al futuro. Agradezco tu compromiso con la libertad. Demian

  2. Antonio

    Grandes verdades en contra de grandes mentiras del The New York Times. Los más de 60 años de esclavitud de los cubanos (que yo viví en su principio) indican la realidad de cualquier régimen comunista. Con el nuevo año, y nuevo gobierno en USA de Trump una nueva esperanza se abre para todos los cubanos.

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