Por Zoé Valdés/El Debate.
Lejos de Charles de Gaulle, y todavía más de Henri-Marie Beyle Stendhal, Francia se debate hoy bajo una crisis profunda de valores políticos republicanos en la que la sumió otro presidente, el socialista François Mitterrand, con sus pruritos izquierdo-comunales.
¿O quizás llevan así desde la Revolución Francesa? No exageremos, «que diría el otro»… Aunque todos los presidentes se supongan herederos de Charles de Gaulle, incluido Emmanuel Macron, quien por el contrario apostaría a que está más cerca de Fabrizio del Dongo, el héroe romántico-belicoso de La Cartuja de Parma, la realidad siempre ha sido otra. Esa admiración gaullista constituye a mi juicio un fenómeno más de boca para fuera y hasta sentimental, que de pensamiento y razones hacia dentro, las entrañas misteriosas y misericordiosas masónicas versus cristianas.
Francia, tal como la hemos conocido, se derrumba ensimismada en sus antiguas querencias centristas, cuyo último símbolo ha sido, mejor dicho es, el presidente que en la actualidad la gobierna: Emmanuel Macron. ¿Está finiquitada la macronie, como se ha dado en llamar a ese fulgor pasajero y exitoso en el que nos hacían creer que nos arrullaron tiernamente todos estos años mientras también nos empobrecían material y espiritualmente? Muy probable que el fin se anuncie en las urnas el próximo domingo.
Sin embargo, Francia aparenta todavía que es lo que ya no es –es su sino o destino, lo de aparentar–; pero los extremos la apabullan, y ella se deja aturullar no sin remilgos. Entre un grupo de partidos de ultraizquierda, Nuevo Frente Popular, en el que se encuentra La Francia Insumisa, partido liderado por Jean-Luc Mélenchon, cuyo sueño húmedo es convertirse en el Fidel Castro o Hugo Chávez galo, de marcado carácter islamo-comunista y antisemita; y la Unión de las Derechas, formado hasta ahora por Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen y Jordan Bardella, partido considerado –diría que erróneamente, viendo su programa actualizado presentado recientemente– de extrema derecha, junto a buena parte de la derecha tradicional, partido Los Republicanos, liderado por Éric Ciotti; pues los franceses según las encuestas han dicho que no il n’y a pas deux (no hay dos) y dan triunfador al joven de veintiocho años Jordan Bardella en las elecciones legislativas que se celebrarán el domingo 30 de junio.
Bardella es un enchufado familiar de la Le Pen, ELLA DE SU PAPI, que no ha dado golpe en su vida ni sabe hacer O CON CANUTOs de los egos reales… le FINI.