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ED. Caos en las cárceles de Francia: ¿degradación o altercados políticos?

Por Zoé Valdés/El Debate.

Llevo algún tiempo estudiando los centros de detención y las cárceles en Francia. Como escritora me tocó visitarlas para discutir con presos comunes sobre sus lecturas en un proyecto cultural territorial, y animar así a leer libros, no sólo revistas; también he visitado a detenidos cubanos y de otras nacionalidades que en su huida y trayectoria hacia un país extranjero han sido detenidos en un aeropuerto francés al decidirse por la vía de la demanda oficial de asilo político.

A veces he tenido que asistirles durante meses, acompañada de abogados y familiares, en caso de que los tuvieran en el territorio, lo que no es frecuente, con la intención no sólo de liberarlos, además de que obtengan el asilo político. Mi experiencia es que los centros de detenciones constituyen, para la mayoría, experiencias bastante traumatizantes –salvo para los cubanos, aunque también, pero en menor importancia–, y de las cárceles puedo asegurar que el control y el ‘respeto’ imperan. Es cierto que las visitas de extranjeros pudieran hacer variar el dato, la donne, como decimos por acá.

Después de recientes ataques continuados en las cárceles francesas, regresó una aparente tregua, una tranquilidad sospechosa, que se rompió en la noche del lunes para martes. Las autoridades se vuelven a inquietar por miembros de una organización cuyas siglas son DDPF (Defensa del Derecho de los Prisioneros Franceses), la única hasta ahora en reivindicar los atentados. La investigación ha arrojado que el origen sería las condiciones terribles de los reos en las celdas. Puertas acribilladas, vehículos quemados, sobrevuelos de drones y grafitis crípticos: la investigación judicial iniciada por la Fiscalía Nacional Antiterrorista (PNAT) aún no ha identificado a los autores ni esclarecido sus motivos. Alarmante, desde luego.

Se sospecha que estos ataques ocurren tras el anuncio del ministro de justicia galo, Gérald Darmanin, de la inauguración de cárceles de alta seguridad con la intención de aislar a los narcotraficantes del resto de presos, e impedir de tal forma que las acciones ilegales delincuenciales se reproduzcan y extiendan en el marco carcelario. Lo cierto es que varios periodistas dedicados al tema vienen afirmando que Francia es ya un Estado fallido entre otras causas debido a que ha sido transformado en un Estado narcoterrorista, comparado con México, debido en buena parte a la inmigración ilegal.

En conversaciones con algunas personas que estudian estos casos desde hace años, varias de ellas me afirman que pudiera existir otro vínculo, el político. Para nadie es un secreto que la situación entre Argelia Francia hace aguas, mucho besito entre el presidente francés y el dictador argelino, pero los desencuentros no han traído más que incertidumbre y por lo visto mayor confusión. En medio de las reuniones, la deportación de narcotraficantes y delincuentes de orígenes argelinos y el secuestro y encarcelamiento de un escritor que alertó en reiteradas ocasiones del peligro de la islamización de Occidente, Boualem Sansal, quien posee la doble nacionalidad, argelina de origen y francesa por suelo y derecho, han sido referentes en las negociaciones. Se supone que, para lograr la liberación de este hombre de ochenta años enfermo de cáncer, condenado a cinco años de prisión aislada, las negociaciones incluyan la no aceptación de los deportados mencionados con anterioridad…

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