EDITO

Cuba no es segura, y menos para el turismo

Joven cubano fallecido en el incendio de la termoeléctrica de Matanzas a donde fue enviado como bombero siendo soldado del Servicio Militar Obligatorio

Por Zoé Valdés.

Fuente Libertad Digital.

 Durante días, en la provincia de Matanzas, Cuba, el fuego arrasó con cuatro tanques de la termoeléctrica ubicada en esa región. Tras la tragedia, que contó con numerosas víctimas, del Hotel Saratoga después de una supuesta explosión de gas, cuya investigación todavía queda pendiente, y después de diversos incendios en lugares claves para la economía nacional a lo largo y ancho del país, ocurre esta explosión, que empezó el 5 de agosto, en la parte de la isla que mayor turismo recibe después de La Habana.

La primera explosión trajo como consecuencia un fuego arrasador que fue dando lugar a otras tres explosiones monumentales de tres tanques de petróleo. El cielo matancero se tiñó de llamaradas, y la enorme humareda fue empujada por el viento hacia La Habana… Un verdadero desastre, y vamos a desmenuzar cada uno de los episodios…

Al parecer los únicos bomberos con los que dispone esa provincia, y toda Cuba, son los jóvenes del Servicio Militar Obligatorio, quienes no poseen experiencia ninguna en apagar fuegos, y que sólo debieran estar ahí para recibir entrenamiento militar. Al fuego, después de la explosión, fueron enviados, con trajes usados y de muy baja calidad. La onda expansiva lanzó a varios de estos jóvenes hacia una provocada laguna incendiada de petróleo. ¿Saldo? Diecisiete desaparecidos, dos de ellos carbonizados, en la flor de su juventud. Más de 121 heridos hasta ayer.

Los vecinos de los alrededores empezaron muy pronto a sufrir problemas para respirar, ojos irritados, y picazón en la piel. Estos síntomas se extendieron a La Habana, donde llovió negro, lluvia cundida de partículas tóxicas y azufre.

 

Resulta notable que la escala de contaminación ha alcanzado niveles altamente peligrosos para la vida humana, animal, y para el ecosistema. Sin embargo, Al Gore, Leonardo di Caprio, Greta Thunberg y todos los luchadores contra el cambio climático brillan por su ausencia y no emiten ni un suspiro ante lo que sucede en Cuba, que se ha convertido en el primer territorio emisor de gases tóxicos en la región, con posibilidades de que el viento zumbe algo hacia Miami. Pero, todos callados, ¿será que el gas castrocomunista no poluciona sólo por ser social-ñangareta?

A los influencers, entre ellos al joven de El Canal de Duanys (https://zoepost.com/explosiones-sucesivas-de-tanques-en-termoelectrica-de-matanzas-segun-el-canal-de-duanys/), los amenazan con la cárcel sólo por continuar informando de lo que ven, la verdad, en la medida de sus posibilidades, contrario a las mentiras divulgadas por el régimen.

Mientras esta tragedia avanzaba en Camagüey continuaron los carnavales y la televisión nacional, la única, mostraba una serie sobre Fidel Castro y los “logros de su revolución”, en un mundo paralelo orwelliano.

Hace mucho rato que sabemos que más que un “estado fallido” (nuevo lema en los Spaces de twitteros del exilio), Cuba es una tiranía con todas las características nefastas de una tiranía. Cuba no funciona desde tiempo inmemorial, más de seis décadas, y no sólo para los cubanos, tampoco funciona para los turistas.  Cuba con Corea del Norte son las dos tiranías totalitarias más longevas del planeta.

En Matanzas está ubicada la que otrora fue una playa de ensueño: Varadero. La arena de esa playa parecía talco Mennen, los que conocen ese talco saben de lo que hablo. Esa playa paradisíaca, Varadero, fue destrozada por la idea, peregrina como todas sus malas ideas, del Comandante Empotrado, de construir pedraplenes. La fina arena de aquella playa blanca que acariciaba con su halo nacarado las pupilas se convirtió en áspero suelo calizo de boronillas hirientes, e incluso así es la mejor playa de la isla y una de las mejores de la región, desdorando las de Punta Cana.

No hace mucho, bajo la plandemia del PCCH, recuerdo a numerosos turistas argentinos varados en Cuba, se quejaban del maltrato recibido, lloraban, rugían de rabia, porque se sintieron reclusos en aquellos campamentos, profundamente abusados en todos los sentidos, humana y físicamente. Sus protestas todavía deben verse en los canales de YouTube. Y eso que de cualquier modo siempre fueron mejor tratados que a los cubanos.

Cuba, mejor dicho, ese régimen tiránico, es más que un “estado fallido”, es un régimen criminal. Un régimen que se auto-aplaude cuando todavía el fuego no se ha extinguido del todo, que miente a los familiares de las víctimas, y les promete que sus niños volverán desde el incendio… Un régimen cuyos dirigentes se cobijan bajo aires acondicionados, mientras los jóvenes soldados sobrevivientes, improvisados en bomberos, ahora achicharrados, como el resto de los malheridos, se hacinan, abanicados con pencas y trozos de cartón por el personal médico, que ni siquiera sabe qué poner en las orejas carbonizadas de un joven; lo primero, vaya, un par de mascarillas del Covid resolverá la situación.

 

Para colmo, han empezado a auto-repartirse diplomas y auto-condecorarse con medallas de latón. Lo típico del comunismo. Porque Cuba es eso: puro comunismo… Y, lo siento, si tú aceptas que el régimen castrista no acepte en tu nombre la ayuda norteamericana, el país que mejor y más rápido pudo haberlo resuelto, entonces tú, le has entregado, no sólo el país a ese régimen, le regalas día a día tu vida, para que estos miserables hagan con ella lo que les venga en ganas: ayer partículas de una explosión de gas en un hotel habanero, hoy melaza o esquirlas de un fuego que pudo haberse evitado si le hubieran dado el mantenimiento adecuado a esos tanques de petróleo… Sí, petróleo, el petróleo que tenían como se ve a todas luces (https://zoepost.com/la-voz-del-cubano-ustedes-ven-que-si-habia-petroleo-en-cuba-ese-petroleo-era-de-la-dictadura-pa-darte-palo/), y que te negaron quitándote la electricidad, el petróleo destinado para reprimirte y matarte, sin más.

¿Por qué Cuba no es segura para nadie, y menos para el turismo? Porque ese régimen ha llegado a un estado de malignidad tal que lo menos que le importa es asegurar la vida del prójimo, sino valerse de ella, mediante la vía que sea, de tal modo continuar enriqueciéndose y colmar sus cuentas en Suiza, en China, en Rusia, en paraísos fiscales.

Y mientras escribía esto, siguen los incendios en la isla debido a “derrames de combustible”:

 

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