EDITO

Bueh, finalmente termina el 2020

Catriel Leiras

Por Catriel Leiras.

 

Con la ilusión de que una fecha en el almanaque pudiera hacer borrón y cuenta nueva, marchamos, como siempre, siguiendo la tradición de que el año nuevo vendrá divino, que digo divino, ¡espléndido! Lo mismo dijeron el 31 de diciembre del 2019.

 

Año tras año, década tras década. Siempre lo mismo. Las cabronas uvas, el champagne, los pitos y las matracas anuncian el final de un caos y el comienzo de la prosperidad y el amor; luego, 364 días después, nos damos cuenta de la farsa. Que todo fue, evidentemente, un fraude. A ver, por favor, no vayáis a pensar que soy negativo, ¡qué va! Dios aprieta, pero también ahorca.

 

Por lo pronto yo sigo mi ritual de siempre: Nada. Si total… soy uno entre 7, 800,000,000 de habitantes que harán el ejercicio del amor y la paz por mí.

 

Paralelamente, mientras el virus chino va mermando su “BRUTAL” letalidad, la gente ya está hasta la coronilla con la peste oportuna de marras. Les recuerdo que todo comenzó a finales de ese año fatídico, que todos despedían prendiendo fuego a muñecos, o atragantándose con las mismas uvas de siempre sin sospechar que el año amoroso que recibían, dando las doce campanadas, venía premiado.

 

Ya en enero del estrenado 2020, las garrapatas de la política, los demócratas de Washington DC, preparaban la cama con su proceso de destitución y seguramente especulando que el virus de China sería la perfecta estocada en un año electoral sin precedentes; 50/50, o una o la otra les serviría porque es sabido en política que JAMÁS se debe desaprovechar una crisis, y ¿quien mejor que los demócratas cuando de crisis hablamos?

 

Pues sí. Nos pusieron a todos el bozal, nos prohibieron salir, viajar, reír y sobre todo: hablar.

 

Negocios en la ruina total. Restaurantes cerrados o forrados de plástico para cumplir con las regulaciones manipuladoras de los voceros de la “unión”. El experto en salud de este país “que juró imposible una vacuna en “AÑOS” y con “suerte” hasta ya avanzado 2021” sirvió a la agenda política de este “conspirado” globalismo y óiganme: EXISTE. Existe al igual que las vacunas.

 

Y cuidado en estas fiestas mundanas que ellos aborrecen, porque al no poder reunirse en restaurantes, la gente que es divina, se hará la sorda y formará la rumba en sus casas con virus chino y todo, porque saben que es un cuento y ya están locos por espetarse la vid en líquido y sólido. Vamos, que no creo que alguien en su sano juicio siga pensando que esta “pandemia” es la responsable de nada. Los responsables son los mismos de siempre: nosotros. Por no tener en nuestro organismo la capacidad de divorciarnos del sistema y mandarlos a tomar por culo a todos.

 

El 6 de enero, además de llegar los Reyes Magos, el Congreso se reúne para, por fin, cerrar este episodio que me tiene cansado por decir poco. Los gordos dirán que empiezan el gimnasio, los que fuman dejarán de hacerlo, y el 2021 será precioso. Este mensaje se auto destruirá en 365 días.

 

Deben estar viendo si sueltan el virus 2.0 (versión 2021, renovado. Ni Apple) según le convenga a su agenda. Abróchense los cinturones, habrá turbulencia.

 

Catriel Leiras es estilista, productor TV, coach, y Editor Opinión de ZoePost.

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