Por Fidel Vilanova.Tras la última masacre de Estados Unidos quizá sería conveniente leer esta magistral novela para entender la MALDAD más absoluta y perversa y dejarse de una vez y para siempre de las frivolidades “buenistas”. Tan en boga para justificar la naturaleza de estos crímenes.
“Tenemos que hablar de Kevin” es una obra tan escalofriante como esclarecedora, tan real como aterradora, porque nos descubre y explica que la MALDAD, en ocasiones, se esconde en la inocencia de un niño. Un niño amado por sus padres, sin complejos ni traumas. Un niño NORMAL. De ahí que resulte tan escalofriante el relato de Lionel Shriver.
Una excelente novela que muestra (y demuestra) que la educación y la responsabilidad de los hijos es de los padres. Especialmente cuando ese niño, ese hijo, es un ASESINO.
