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Menos de 72 horas para un mes de guerra

Por Jacobo Otero Moraña.

Faltan menos de setenta y dos horas para que se cumpla un mes de esta vergonzosa, injusta y criminal agresión por parte de la Federación Rusa a la República de Ucrania. Setenta y dos horas. Las mismas que en un primer momento, y según Vladimiro el Terrible, le iban a bastar a su “todopoderoso ejército de la Z” para aplastar a sus oponentes. Bajo el eufemismo cargado de injuria, le llamó “operación especial”, prohibiendo a los medios propios utilizar el término guerra y menos aún, invasión.

Pues ya lo vamos viendo. Cierto que los “Vlad Boys” avanzan. Cierto que disponen de brutal potencia de fuego y aplastante superioridad numérica. Pero no es menos cierto que nada salió, ni está saliendo, como había planeado el estado mayor putinista.

Lo dije muchas veces, pero no está de más repetirlo. En el laboratorio, los experimentos siempre son perfectos. Todo allí está controlado, desde la calidad del aire a la temperatura, y así, es muy difícil que algo se tuerza. ¡¡¡Ah!!!…pero cuando lo mismo se hace en la calle, o en un callejón cochambroso, igual empieza a torcerse la cosa.

A nivel operativo, igual. Recuerdo un curso de protección personal donde uno del equipo hacía de Vip mientras los demás eran los escoltas. Se plantea el atentado, aún sin saber quién ni dónde atacarán los “malos”, y todo el mundo procede muy bien. Evacuación perfecta y todos ilesos. Luego viene la reunión con los instructores y se reparten sonrisas y palmadas en la espalda. Hasta que uno (yo), dice:”¿Habéis pensado por un instante que el VIP suele ser un hombre de mediana edad, o mayor, al que en un momento así hay que desplazar casi como un bulto? ¿Qué pasa si nos encontramos con un muro o cerca como ocurrió en el simulacro? Nosotros estamos en plena forma. Corremos cuesta arriba, saltamos y si hace falta, nos deslizamos por una pendiente y vuelta a correr…pero con un señor o señora de cierta edad, sobrepeso o cualquier limitación física (conocí a varios con marcapasos), imposible. No te mata el terrorista, lo hacemos nosotros en plena fuga.

Silencio. Caras largas. Carraspeos… pues lo mismo debe ocurrir estos días en el despacho del zarito pecholata. El del baño de multitudes que ocultaba un bien chaleco antibala bajo el plumífero. Por cierto. No hay blindaje que frene un calibre 50. Y si no te atraviesa, el impacto provoca el paro cardíaco (lo mismo que si meneas mucho a un VIP).

¿Qué alternativa han tomado entonces los rusos? La estamos viendo. Guerra total. Aplicar las mismas tácticas que en escenarios no tan visibles, como Afganistán o Siria. Ya no hay ataques de precisión, sino que se bombardea sin contemplaciones a la población civil.

Han usado bombas termobáricas, y ahora, misiles hipersónicos. Mientras, siguen muriendo inocentes y otros acaban como rehenes al reconducir las tropas invasoras a los que huyen por los corredores humanitarios hacia donde ellos quieren. Esa es la cruda y triste realidad.

Y si no era suficiente, las declaraciones del Director de la Agencia Espacial rusa son ya de juzgado de guardia. No solo dice que la tripulación de relevo que sube a la ISS va con ganas de bronca, o que igual dejan allí al astronauta norteamericano. Es que según este “caballero” pueden hackear la estación para que su órbita se altere de tal manera que acabe precipitándose en territorio de la UE o de Estados Unidos.

¿A alguien, con un mínimo de actividad neuronal le parece que eso es propio de personas cabales? Hasta cuando vamos a seguir teniendo que aguantar a miles de ignorantes justificar con argumentos y símiles falaces, este despropósito.

Han visto la encuesta en la que más del 80% de los rusos consultados vería con buenos ojos la ampliación del ataque hacia los estados bálticos, Polonia, Eslovaquia y Chequia?

¿Es toda una estrategia de marketing del Kremlin o es que ya no queda en toda la Federación un mínimo de personas decentes?

En su día, Abraham se atrevió a regatear con Dios por Sodoma y Gomorra. Por desgracia, no hubo manera de hallar 10 justos. Parece que en Rusia, tampoco.

Jacobo Otero Moraña, es contador de historias, navegante, condotiero fuera de siglo…

 

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2 Comments

  1. Muy buen artículo. Mi discrepancia es sobre resultados de la encuesta. Siempre soy muy desconfiado con las encuestas; no por razones o gustos personales, sino por cuestiones metológicas pues en pocas ocasiones se explica cómo y sobre qué patrones se hicieron; además de los posibles problemas de sesgo que casi siempre están presentes cuando se trata de vender un resultado como es el caso de Putín con su manipulación constante de la información y tergiversación de la historia y la realidad.
    En realidad dudo que sea gran mayoría los rusos con anhelos de reconstruir con modificaciones y actuslizaciones una sistema tipo ex URSS o ex imperio ruso que inevitablemente pasaría por guerras sanguinarias y devastantes. El recuerdo de Afganistán y Chechenia aún está presente; y eso sin enterarse bien de las cuantiosas pérdidas rusas ahora en Ucrania que han sido silenciadas por el control férreo putiniano sobre los medios.
    Siempre que alguien hace mención a una encuesta es bueno preguntarse: ¿quién la realiza? ¿Vínculos o interes de quien la ejecuta? ¿Dónde fue realizada y a cuántos segmentos de la población se aplicó, sea por referencia socioeconómica, segmentos de edad, nivel educacional y distribución geográfica? ¿Qué técnicas aplicaron? ¿Cuál fue la magnitud de la muestra y representatividad de la misma? ¿Cuál fue el criterio y método para el procesamiento de los datos? Y al final, controlar posible nivel de sesgo con los resultados.
    Las encuestas son muy utiles si son realizadas dde manera profesional, correcta y sin sesgos; de lo contrario, pueden ser un instrumento de propaganda para vender un mensaje que no se ajusta ni representa a la realidad, pero sí a los intereses sesgados del encuestas ir o de quien financia y promueve con intención la misma.

  2. Disculpen 3 errores de teclados:
    Segundo párrafo debía decir:
    En piricipio dudo que sea gran mayoría los rusos con anhelos de reconstruir con modificaciones y actualizaciones un sistema tipo ex URSS o ex imperio ruso que inevitablemente pasaría por guerras sanguinarias y devastaciones.
    Y al final del último párrafo debe decir:
    “pero sí a los intereses sesgados del encuestador…

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