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Mundo

En la dirección correcta

Por Roland J. Béhar.

El barraje de noticias, videos, comentarios y rumores, en nuestros entornos y en las redes, quizás nos haya desviado la atención de un tema muy interesante: el reconocimiento tácito del derecho de los judíos de Judea, Samaria, Gaza y las Alturas del Golán.  Por más de 77 años los israelíes intentaron, por todos los medios, llegar a un acuerdo con sus vecinos árabes (palestinos desde 1964).  El único resultado: ser asesinados, injuriados y calumniados por quienes han recibido de ellos hasta el agua. Los eventos a partir del 7 de octubre de 2023 demostraron que no existe ninguna posible solución pacífica pues su objetivo no es tener un estado, sino sólo la destrucción del nuestro. Son ellos o nosotros. Triste conclusión, pero cierta.

Hagamos un poco de historia para entender el por qué.

Al momento de la refundación del Estado de Israel y tras el rechazo por parte de los árabes de consolidar su propio estado a propuesta de la ONU, Israel fue invadido por sus cinco países vecinos: Siria, Egipto, Jordania, Líbano e Iraq. Milagrosamente, Israel les venció en 1949 y para detener la violencia se firmó un armisticio.

El Armisticio estipulaba que Judea y Samaria quedarían en manos de Jordania, la franja de Gaza en las de Egipto y las Alturas de Golán bajo Siria.  Estas son áreas adyacentes a los limitados territorios asignados al Estado Hebreo desde el Mediterráneo al Jordán y Gaza que se han considerado “Territorios en disputa”.

Es importante destacar que, tanto las fronteras de Siria, Líbano, Egipto, Iraq y lo que se llamó el Protectorado de Palestina, fueron trazadas por ingleses y franceses tras la derrota al Imperio Otomano quien ocupó y gobernó toda el área desde 1517 hasta 1917 cuando fueron derrotados por los aliados europeos tras la Primera Guerra Mundial. En otras palabras: ninguno de estos “estados” había tenido soberanía, control político-militar ni fronteras hasta aquel momento. Eran habitados por un sinnúmero de grupos étnicos o religiosos producto de las innumerables invasiones provenientes de griegos, romanos, árabes, persas, y babilónicos. No existían como naciones. Todos habían sido sometidos, al final, por los otomanos.

Gracias al Armisticio de 1949, Jordania ocupó los territorios al Este de la “Línea Verde” como suele llamarse a las líneas trazadas durante el mismo. Egipto ocupó Gaza, y Siria las Alturas del Golán. No fue hasta la fulminante guerra de los seis días, en que, como respuesta al inminente ataque de sus vecinos cuando, nuevamente, el Estado Hebreo logró derrotarles y ocupótodos estos territorios incluyendo el Sinaí.

Durante los 18 años transcurridos entre 1949 y 1967 no hubo ninguna intención por parte de los habitantes de esos territorios ni por las fuerzas de ocupación jordanas ni egipcias de promover el establecimiento de un estado palestino. Desde entonces, los árabes, que empezaron a llamarse palestinos a partir de 1964, se convirtieron en un problema y una responsabilidad de los israelíes, en términos de infraestructura, carreteras, puentes, electricidad, agua y servicios sociales.  El Estado de Israel, desde entonces y hasta hoy, ha intentado todos los medios para conseguir una convivencia civilizada con sus vecinos árabes radicados en esas áreas.  Esto ha sido absolutamente imposible.

El Pacto Begin-Sadat de 1979 entre Egipto e Israel incluyó la devolución del Sinaí, conteniendo toda la infraestructura allí establecida durante la estancia israelí. Egipto lo aceptó, pero rechazaron retomar Gaza. Los jordanos rechazaron retener ningún territorio de Judea y Samaria, excepto los comprendidos en el entorno de Al Aqsa, la mezquita del monte del templo construida sobre las ruinas del Templo de Salomón durante la ocupación árabe, luego de derrotar a los romanos que entonces ocupaban el área.

A partir del Acuerdo de Taba, también conocido como Oslo II se determinó establecer zonas conocidas como áreas A, B y C.

El área A comprendía principales ciudades palestinas como Ramala, Nablus, Belén y Jenín donde existe pleno control civil y de seguridad por parte de la Autoridad Palestina. Inicialmente abarcaba alrededor del 3% de Judea y Samaria que, más tarde, se amplió a aproximadamente el 18%.

En el área B existe el control civil palestino, pero control de seguridad conjunto israelí-palestino y abarca muchas comunidades rurales palestinas. Aproximadamente el 22% de Judea y Samaria.

En el área C de pleno control civil y militar israelí, incluyóasentamientos israelíes, zonas militares y áreas escasamente pobladas. Aproximadamente el 60% de Judea y Samaria.

Para los israelíes, esta responsabilidad y esta situación ha tenido un altísimo costo en vidas y recursos de todo tipo, además deimpedir que el desarrollo y la prosperidad lograda en las áreas israelíes llegara tanto a judíos como musulmanes y cristianos en las mismas.

Ha existido y pervive el constante ataque al Estado de Israel, porparte de las izquierdas europeas y americanas, siempre tan condescendientes con los árabes, fundamentalmente contra estas poblaciones.  Allí habitan judíos que eligieron, con todo su derecho, vivir en la tierra de sus ancestros. Esta volátil situación ha sido, sin duda, un obstáculo para la proliferación de estos asentamientos y para la inversión en estructuras permanentes en dichos territorios por parte del estado y/o inversionistas privados.

Entre agosto y setiembre del 2005 Israel procedió a la desconexión de Gaza y retiró a más de 8,000 israelíes que allí vivían, además de toda su presencia militar.   Le cedieron a la Autoridad Palestina, formalmente, el control total del territorio.  Incluyeron todas las instalaciones (menos sinagogas y cementerios), dejándoles la inversión en infraestructura, edificios, escuelas, fabricas, invernaderos y desarrollo agrícola en general en aras a que todo esto fuera la semilla de un posible futuro Estado Palestino.

En enero del 2006 se realizaron unas elecciones legislativas palestinas en las cuales Hamas resultó vencedor por un amplísimo margen y el apoyo mayoritario de su población. Inmediatamente aumentaron las tensiones entre Hamas y Fatah (grupo rector de la Autoridad Palestina).

Para junio del 2007, tras sangrientos enfrentamientos, entre ambos grupos terroristas, Hamas expulsó a Fatah y tomó el control exclusivo y absoluto de Gaza.

Desde el instante en que Hamas asumió el control y comenzó a administrar los fondos billonarios que recibía a través de múltiples vías que incluían al régimen iraní, se desató una carrera armamentista y comenzaron ataques indiscriminados contra la población israelí.  Esto es lo que precisa al Gobierno de Israel a lanzar una ofensiva militar entre el 2008–2009 conocida como Operación Plomo Fundido contra Hamas en respuesta al constante disparo de misiles, con la inevitable pérdida de vidas y estructuras en Gaza.

Luego de un corto periodo de cierta calma, Hamas reinició sus ataques contra ciudades israelíes.  Esto provocó la respuesta israelí en el 2012 conocida como Operación Pilar Defensivo.

Lamentablemente no se detuvo la escalada de violencia por parte de Hamas, ni los ataques, secuestros y el asesinato de tres jóvenes israelíes. Israel respondió en 2014 con la Operación Margen Protector la cual duró 50 días entre Israel y Hamas que resultó en numerosas bajas y pérdidas materiales en Gaza.

Entre 2018–2019 Hamas estrenó una nueva táctica con la organización de protestas masivas en la frontera con Israel que incluyeron recurrentes intercambios de fuego con Israel. A esta operación la titularon Marchas del Retorno.

Para no cesar en su intención de asesinar judíos, en el 2021 lanzaron miles de cohetes hacia ciudades israelíes.  Israel respondió en mayo con la Operación Guardián de los Muros durante 11 días.

Luego de casi 20 años de ininterrumpidos ataques contra Israel, el 7 de octubre del 2023, lanzan una operación que fue coordinada por Irán con la participación de Hizbollah desde el Líbano, las milicias chiitas desde Iraq, los Houtis desde Yemen y Hamas desde Gaza cuyo objetivo era aniquilar Israel. Hamas lanzó un ataque sorpresa contra Israel durante el cual asesinaron más de 1200 personas entre los cuales había incluso recién nacidos a quienes metieron en hornos microonda para quemarlos vivos y utilizando los teléfonos de sus víctimas compartieron con sus familias, con orgullo, las atrocidades que cometían. Violaron y asesinaron a padres y madres delante de sus hijos, perpetraron asesinatos masivos a los participantes de un festival de música con muchachos de muchas partes del mundo y de todas las religiones. Además, secuestraron 251 personas quienes fueron llevados a Gaza ante el regocijo de “la población civil palestina”. Atacaron directamente a civiles en kibutzim, moshavim, ciudades y eventos sociales utilizando armas pesadas como granadas y RPG contra viviendas y refugios. Incendiaron todo lo que pudieron, incluso en casas con personas dentro. Violaron, mutilaron, profanaron los cadáveres y saquearon propiedades.

De los 251 secuestrados aún permanecen en cautiverio alrededor de 58 de los cuales se supone que queden con vida alrededor de 21.

La crueldad de esta gente no tiene paralelos en la historia. Durante el Holocausto (Shoah) más de 28,000 europeos protegieron y ayudaron a los judíos. De esta población de másde dos millones de habitantes, no ha habido uno capaz de compadecerse de ninguno de los cautivos. El odio contra nosotros es tal, que, en este momento, en las más importantes ciudades del mundo civilizado, donde arrancar los avisos de mascotas perdidas es condenado por toda la sociedad, se arrancan y se destruyen las fotos expuestas de los secuestrados. Una vergüenza.

Es imprescindible que Israel declare su soberanía sobre Judea, Samaria, Gaza y las Alturas de Golán para el futuro de Israel. ¿Cómo sería entonces sus relaciones con la población árabe dentro de sus fronteras?

No sé si será posible, pero ante la evidencia irrefutable de que los árabes durante más de 77 años siguen empeñados en arrasar Israel desde el Rio Jordán hasta el Mediterráneo, permitírselo sería suicida. Convivir con ellos es imposible, como lo demuestran todos sus hermanos en fe de todos los países árabes que se niegan a admitirlos y a los que, por desgracia, tienen dentro de sus fronteras, les niegan la ciudadanía por generaciones, para tener la libertad de deportarlos o asesinarles cuando se les antoje

Siendo pragmático, me parece que el momento es histórico, porque trae la situación y las soluciones posibles dentro de un plano local, no internacional, que creo permitirá a las partes involucradas llegar a acuerdos con los que puedan convivir y disfrutar los beneficios que la paz ofrece y abra las posibilidades de desarrollo para todos, judíos y árabes, una vez que Hamas, Hizbollah y todos los grupos que practican y/o promueven el terrorismo sean totalmente desactivados y se imponga un plan de educación donde no se estimule el odio hacia los judíos y sí a la convivencia.

Sin duda se me ensancha el corazón como judío, al ver más cercana la posibilidad de que se cumplan nuestras profecías y en todo Israel, desde ahora incluyendo a Judea, Samaria, Gaza y las Alturas del Golán sea también un lugar donde los judíos puedan vivir en paz. B”H”. ¿A Ud. no le parece? A mí, sí.

Roland J Behar es un notorio opositor y exiliado cubano, reside en Miami.

Video en el enlace debajo con imágenes sensibles del progromo del 7O del 2023 en Israel cometido por Hamas, gobierno de Gaza, con la colaboración ciudadana:

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