EDITO

ED. Harold Cepero y León XIV

Por Zoé Valdés/El Debate.

En el 27 aniversario del Proyecto Varela, fundado por el Movimiento Cristiano de Liberación y su líder Oswaldo Payá, nos reunimos para dejar una rosa en la glorieta que le ha dedicado Madrid a Oswaldo Payá, su hermano, Carlos Payá, y el portavoz del MCL, Regis Iglesias Ramírez, preso político de la Primavera de Cuba. El Movimiento Cristiano de Liberación, 38 años de creación, es hoy el movimiento político opositor de más antigüedad en la isla; su líder, Oswaldo Payá y el joven Harold Cepero fueron asesinados por la tiranía en el año 2012. Mucho se ha escrito como es natural de Oswaldo Payá, Premio Sajarov del Parlamento Europeo, con una larga trayectoria política; menos se ha dicho del joven Harold Cepero.

La valentía de los jóvenes cubanos es notoria, me refiero a los que de verdad hicieron oposición, no sólo de los que salieron un día en un momento determinado imbuidos por las necesidades a gritar consignas pacíficamente en las calles. Harold Cepero es de aquellos jóvenes que se iniciaron en la oposición desde las aulas, que integraron el Seminario San Carlos y San Ambrosio, que por haber firmado el Proyecto Varela fueron expulsados de la universidad y centros de estudios. Harold era uno de los muchachos del MCL que mayor capacidad tenía para devenir parte de un liderazgo futuro. Los que lo conocieron así lo reafirman.

En un vídeo que ha quedado como testimonio, Harold cuenta por qué fue expulsado deshonrosamente de la Universidad de Camagüey, tras haber querido honrar desde la dignidad con su firma el destino del país, la libertad de su patria, mediante el Proyecto Varela. El vídeo se puede ver aquí.

Tras la elección del Papa León XIV se ha sabido que el cardenal Prevost estuvo en Cuba, al parecer en diversas ocasiones; no fue un invitado oficial del régimen comunista, visitó la isla y caminó con el pueblo cubano, pisó el fango, vivió con los cubanos en sus humildes hogares, y se reunió con los jóvenes seminaristas; uno de esos jóvenes con los que se reunió fue Harold Cepero. La foto de aquel día fue desvelada en Facebook, enviada por el joven Manuel Robles Villamarín, también miembro del MCL.

Harold Cepero aparece junto al hoy Papa León XIV y otras dos personas, frente a la Catedral de La Habana, y como en fotos anteriores, en su rostro se advierte la determinación serena que le guiaba. La visita se produjo en el año 2011, un año antes de que Harold y Oswaldo fueron asesinados por Raúl Castro y sus esbirros; uno de esos esbirros que se encontró en el lugar del asesinato fue nombrado meses más tarde embajador en España.

El automóvil donde viajaban Oswaldo Payá y Harold Cepero iba conducido por Ángel Carromero, joven de Nuevas Generaciones del PP, también iba el sueco Aaron Modig. Existen pruebas reales del impacto del auto por otro vehículo. Se conoce que Harold y Oswaldo sobrevivieron como los otros dos al accidente, pero fueron masacrados a golpes. Oswaldo murió en el suelo del camión donde lanzaron su cuerpo, su cabeza iba dando golpes debido a los baches del camino. Harold llegó vivo al hospital, en estado crítico, y el médico que lo recibió lo dejó morir bajo el argumento de que se trataba de un terrorista, nadie lo rebatió, nadie hizo nada. Sus verdugos salieron posteriormente del país, uno de los médicos vivió en Chile, y ahora reside en Estados Unidos, según se ha explicado en las redes sociales, donde uno de ellos tiene la información en su Facebook. El Gobierno español no acompañó la demanda de investigación sobre el asesinato, pese a que Oswaldo Payá tenía la ciudadanía española por línea familiar directa.

El rostro de Harold Cepero es uno de los más límpidos que he visto de esos jóvenes cubanos cuya breve vida fue consagrada a la libertad de Cuba. Esa foto del Papa León XIV prueba que existe una diferencia importante entre elegir una opción de lucha, y echarse de forma temporal y espontánea a manifestar, ninguna rebaja la otra, aunque la distancia exista, también prueba que el Movimiento Cristiano de Liberación siempre ha estado dándolo todo, hasta el último respiro, en los momentos claves que ha vivido la isla. No es una foto más posada con un Papa, es la foto con un servidor ejemplar de la iglesia que siendo sacerdote se puso de parte de la verdad y la libertad, junto a un valiente joven cubano; es una buena señal y ojalá que siga siéndolo para Cuba y los cubanos…

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