Política

Sobre el Pragmatismo Geopolítico en las Relaciones Exteriores de Estados Unidos

Por Carlos Manuel Estefanía.

Recientemente me fue reenviado un texto de Alberto Luzárraga[i] en el que expone su visión sobre la evolución de Rusia bajo el liderazgo de Vladimir Putin y su impacto geopolítico. En su análisis, Luzárraga describe a Putin como un producto de la KGB y del modelo soviético. Al darse cuenta de la ineficiencia del sistema comunista, optó por una estructura más eficiente basada en una oligarquía económica controlada por el Estado. De este modo, Rusia, según el autor, se convirtió en una nación gobernada por una especie de padrino mafioso con una red de oligarcas que le deben su lealtad.

Luzárraga también señala que la corrupción se extendió particularmente en el ejército ruso, afectando su capacidad operativa, algo evidenciado en la campaña contra Ucrania. Asimismo, subraya la histórica tendencia expansionista de Rusia, comparándola con su pasado de dominio mongol y destacando la dualidad cultural del país entre Oriente y Occidente. En su opinión, Rusia debería haber estrechado lazos con Europa tras la caída de la Unión Soviética; sin embargo, factores como la codicia de actores internacionales y la manipulación del nacionalismo por parte de las élites rusas impidieron este acercamiento.

Coincido con lo anteriormente mencionado, aunque considero que el cuadro, para ser completo, debería incluir el hecho de que Putin ha mantenido a raya al Partido Comunista ruso, conjurando con ello la nostalgia por los “viejos buenos tiempos” soviéticos. Todo ello con un considerable respaldo popular, cuyas causas materiales van más allá del miedo y la propaganda.

También recuerdo que Mao Tse-Tung, en términos tiránicos, fue mucho peor de lo que hoy es Vladimir Putin y lo más astuto que hizo Nixon en su momento fue visitar China y paradójicamente al activar las relaciones norteamericanas con el genocida, para poco después dejar a expensa de la hegemonía maoísta el sudeste asiático. Esto es más o menos lo que se hace hoy con respecto a la parte oriental de Europa y Rusia. Así que, hoy, para frenar a la nueva China creada desde aquel momento, en términos geopolíticos, el pragmatismo podría llevar a Estados Unidos y Europa a negociar con Rusia para contrarrestar la creciente influencia de China, incluso si esto implica dejar de lado a Zelensky. El actor-presidente, si bien, ha sido magnificado por la prensa occidental con la ayuda de la censura de los medios rusos o afines al Kremlin, en realidad no es ningún santo en lo que, a democracia, vocación de paz y lucha contra la corrupción se refiere. El reconocimiento público del hecho por parte del gobierno norteamericano es parte de realismo político en su máxima expresión, donde los intereses estratégicos priman sobre otros valores ya sean los del respeto por la soberanía de los estados sobre sus territorios o incluso los democráticos como veremos más abajo.

Además de los giros radicales que se están dando en las relaciones norteamericano-europeas, nuestros analistas deberían preocuparse por lo que está sucediendo en relación con Iberoamérica, en particular con respecto al régimen cubano y su extensión en el gobierno de Venezuela. Concentrados en las buenas relaciones que intenta forjar la administración Trump con el gobierno ruso, podemos perder de vista que este mismo pragmatismo geopolítico podría traducirse en la normalización de relaciones con regímenes autoritarios como el de Nicolás Maduro, e incluso el cubano. Esto podría ocurrir siempre y cuando estos regímenes se muestren dispuestos a aceptar ciertas concesiones, como detener la emigración o aceptar la devolución de emigrantes que ya han llegado a Estados Unidos. En relación con Cuba, su papel como gendarme caribeño en la persecución de traficantes de drogas y humanos podría ser más valorado en la Casa Blanca que su tránsito hacia una democracia, algo que, por sí solo, no serviría para la tarea.

La Visita de Ric Grenell

El 31 de enero de 2025, Richard Grenell[ii], enviado especial del expresidente de Estados Unidos Donald Trump, realizó una visita significativa a Caracas, Venezuela. Esta visita marcó un hito en lo que hasta el momento se podría calificar como tensas relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, logrando resultados concretos en temas humanitarios y diplomáticos.

La misión de Grenell tenía varios objetivos clave. En primer lugar, buscaba abordar la situación de los ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela. Durante su visita, seis ciudadanos estadounidenses que se encontraban en prisión fueron liberados, un gesto que fue recibido con alivio y gratitud por parte de sus familias y el gobierno estadounidense. Esta liberación se consideró un avance significativo en las relaciones bilaterales.

Además de la liberación de los detenidos, Grenell y Maduro discutieron temas de importancia crítica para ambos países. La migración fue uno de los puntos principales en la agenda, con énfasis en los desafíos y oportunidades que presenta la migración venezolana hacia otros países de la región. Ambos líderes también abordaron el impacto de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y cómo estas han afectado a la población venezolana.

Grenell planteó la necesidad de que Venezuela colaborara en la repatriación de ciudadanos venezolanos que se encontraban en Estados Unidos, muchos de los cuales estaban vinculados a bandas criminales como el Tren de Aragua. Además, solicitó la liberación de los rehenes estadounidenses, lo que inicialmente fue rechazado por el gobierno de Maduro. Sin embargo, tras extensas negociaciones, Maduro accedió a liberar a los seis rehenes, permitiendo que Grenell viviera un momento emotivo al reunirse con ellos[iii].

Evidentemente, Grenell pasó por alto el deber de Maduro de reconocer su derrota electoral. Se enfatizó que la liberación de los rehenes no fue producto de un intercambio, sino que se debió a la credibilidad que Donald Trump goza ahora frente al régimen bolivariano. Este gesto permitió a Maduro demostrar que un enviado de Estados Unidos lo visitó, lo que puede ser interpretado como un intento de legitimar su gobierno en el ámbito internacional.

Todo esto permitió a Nicolás Maduro pronunciarse sobre la reunión con el enviado de Donald Trump, describiendo la conversación como «franca, directa y positiva», y enmarcándola dentro de lo que define como la «diplomacia bolivariana de paz» y una apertura al diálogo con cualquier actor que desee comunicarse[iv]. Lo único que falta es ver a Grenell o al mismo Marco Rubio, con todas sus previas arremetidas contra el comunismo cubano, estableciendo conversaciones de paz en La Habana.

Este tipo de movimientos, actuales o previsibles, deja en evidencia la naturaleza cambiante de la política internacional y los sacrificios que pueden exigirse en aras de intereses superiores. Por lo demás, toda revolución, “cuando es verdadera”, demanda sacrificios. En el caso de la que denomino “Nacional Libertaria”[v]y que tiene lugar en Estados Unidos, los sacrificados por el momento parecen ser la Unión Europea, así como los pueblos de Ucrania, Cuba y Venezuela.

Referencias

Gren[i] Luzarraga, Alberto. «Perfil Académico». Graduado de Doctor en Derecho Civil, Universidad de Santo Tomás de Villanueva, La Habana, Cuba. Licenciatura en Ciencias Comerciales, Universidad de La Habana. Maestría en Administración de Negocios, Universidad de Miami, Florida, EE.UU.

 

[ii] Richard Grenell es un diplomático y político estadounidense nacido el 18 de septiembre de 1966 en Jenison, Michigan. Es conocido por ser el primer miembro del gabinete abiertamente gay en la historia de EE. UU. Grenell se graduó de la Universidad Evangel y obtuvo un máster en Administración Pública de Harvard.

Su carrera comenzó en el Departamento de Estado, donde se desempeñó como Director de Comunicaciones en la ONU durante la administración de George W. Bush. Luego, fundó una consultora de medios y fue comentarista en Fox News. En 2018, fue nombrado embajador de EE. UU. en Alemania por el presidente Donald Trump, un cargo que ocupó hasta 2020. Durante su mandato, sus comentarios y estilo diplomático generaron controversia y críticas.

En 2020, fue nombrado Director Interino de Inteligencia Nacional y, posteriormente, se convirtió en enviado presidencial especial para las negociaciones de paz entre Serbia y Kosovo. En 2025, asumió nuevos roles, incluyendo el de presidente del Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas. Su trayectoria refleja una combinación de diplomacia, medios de comunicación y activismo en pro de los derechos LGBTQ+.

 

[iii] Grenell, Ric. «Entrevista sobre la Confirmación de Kash Patel y Liberación de Rehenes». Video publicado en Youtube donde Grenell relata su misión en Venezuela, destacando la liberación de seis rehenes estadounidenses sin ceder a las demandas de Maduro. Critica las políticas de élites en el ámbito diplomático y subraya la necesidad de una política exterior fuerte y la defensa de la libertad de expresión.

 

[iv] Maduro, Nicolás. «Discurso sobre el Enviado de Trump». Extracto de video de CLARÍN en YouTube donde Maduro describe su conversación con un enviado de Donald Trump como «franca, directa y abierta», calificándola de «positiva». Enfatiza su disposición al diálogo y la importancia de la «diplomacia bolivariana de paz».

 

[v] Estefanía, C. (2025, 21 de febrero). La revolución nacional libertaria: Un nuevo paradigma estadounidense. Cuba Nuestra. Recuperado de https://cubanuestra1.wordpress.com/2025/02/21/la-revolucion-nacional-libertaria-un-nuevo-paradigma-estadounidense/

Carlos M. Estefanía es disidente cubano radicado en Suecia.

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