Medias

VP. Oughourlian-Sánchez, el desafío

Por Jesús Cacho/Vozpópuli.

Está en marcha la Gran Guerra. El Estado Mayor otomano que dirige el siniestro Ministro de la Guerra Enver Pasha ha decidido aniquilar a la población armenia asentada en Turquía, a quien Ankara considera “quinta columna” del Zar de todas las Rusias. En un apacible valle de la costa siria, los residentes armenios se niegan a aceptar su fatal destino y deciden hacerse fuertes en la cumbre del Musa Dagh, dispuestos a defenderse hasta la muerte antes que aceptar ser degollados cual corderos como el resto de sus compatriotas. Lo cuenta con pulso formidable Franz Werfel (1890-1945), miembro de ese ramillete de autores que con RilkeKafkaBrod y algún otro hicieron grande la Praga de su tiempo, en “Los cuarenta días del Musa Dagh” (Losada). Instigador de esa numantina resistencia fue Gabriel Bagradian, un armenio rico y culto, afincado en París y casado con una francesa, que regresa a la costa siria para hacerse cargo de las tierras de su familia en el valle. De formación occidental, la personalidad de Bagradian enlaza directamente con la de otro hombre de esa ascendencia que estos días ocupa las primeras páginas de los medios españoles, Joseph Oughourlian, 53, presidente del grupo Prisa y consejero delegado del fondo activista Amber Capital. El bisabuelo de Joseph perdió a 16 miembros de su familia en el genocidio armenio, ese otro holocausto que la Turquia moderna sigue negándose a reconocer. Su abuelo, refugiado en Líbano, fue gobernador del Banco Central libanés en Beirut, cuando la capital libanesa era conocida como la París de Medio Oriente. Su padre se estableció en Francia por razones laborales y se casó con una inglesa. De ese matrimonio nació Joseph, educado en los centros de la elite de la burguesía gala.

«La presencia de Oughourlian en España sigue siendo un misterio que solo el paso del tiempo podrá desentrañar»

La presencia de Oughourlian en España sigue siendo un misterio que solo el paso del tiempo podrá desentrañar. ¿Qué hace en Madrid un tiburón financiero de ascendencia armenia nacionalizado francés y residente en Londres perdiendo mansamente dinero en un negocio ruinoso como el de Prisa? Lo sabía César Alierta, hoy desaparecido, y lo sabe también el armenio Bergé Setrakian, banquero neoyorquino de Alierta en sus tiempos de presidente de Telefónica y padre adoptivo del propio Oughourlian. Todo cambió el día que César llamó a su despacho a su hombre de confianza para transmitirle un secreto: Telefónica, es decir, Alierta, era dueña del 24% del Grupo Prisa, y había que controlar el impacto que esa eventual noticia pudiera provocar en Madrid (Ver “Prisa tras Barroso”). Y ahí aparece el misterioso francolibanés, como él prefiere denominarse, para hacerse cargo de ese paquete (hoy del 29,9%) en el grupo de medios más importante del país. Tras las salidas de la presidencia de Juan Luis Cebrián y de Javier Monzón, Joseph tomó las riendas de un grupo entregado de hoz y coz al servicio de Pedro Sánchez. Entre los dos grandes bloques de accionistas se establece pronto un curioso pacto: tú dedícate a hacer negocios con la gestión de la parte editorial (Santillana, más de 2/3 de los ingresos), y deja que nosotros manejemos a nuestro antojo el grupo de medios, básicamente la cadena SER y el diario El País. El pacto funcionó bien engrasado mientras del mismo se encargó un hombre tan fino como Miguel Barroso, discreto correo entre la sede de Gran Vía y Moncloa, pero entra en crisis cuando, en enero de 2024, muere Barroso de forma repentina y del pacto se hace cargo un elefante en cacharrería que responde al nombre de José Miguel Contreras, el hombre que todas las semanas se encierra a solas con Sánchez en Moncloa, “un privilegio del que no goza ningún otro español” (sic)…

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