Un nuevo exilio ha de renacer, tan o más intransigente que en sus inicios

Al final todo se trataba de enviar cientos, miles de contenedores hacia la Dictadura con Ayuda Humanitaria. El sueńo de hace dos ańos de Rosa María Payá Acevedo ya se hizo realidad, pero esta vez con el visto bueno del Departamento de Estado, quien ya declaró que agilizará los envíos de ayuda desde Estados Unidos hacía Cuba. Una ayuda que el pueblo no pidió, pero que el gobierno cómplice de Estados Unidos junto con estos falsos luchadores pretenden mediante leche en polvo y pollo de Alabama acallar el legítimo grito de Libertad de ese pueblo.

6 millones de vacunas ya partieron hacia la Habana desde este país, y ahora más insumos médicos y más ayuda también van en camino. Los políticos prometiendo sanciones para contentar al exilio, pero por detrás negociaron y apuñalaron a Cuba y a los cubanos, y a nosotros de este lado. Si quieren decir que divido, díganlo, pero la verdad no puede ser acallada. Todo se trata de darle oxígeno a la dictadura y todos están prestándose, aunque se disfracen de luchadores por la libertad.

Mientras el pueblo de Cuba es masacrado en su búsqueda de Libertad, grupos pro Castristas, negociadores, opositores controlados y otros miserables con el gobierno de Estados Unidos como cómplice y donante, envían a la isla 6 millones de dosis de vacunas contra el Covid.

Un nuevo exilio ha de renacer, tan o más intransigente que en sus inicios. Suelten la batuta o se las quitamos, basta de complicidad y silencio.

Alberto Kiko Sao, exiliado cubano, trabaja en la industria petrolera.