Por Manuel Robles-Villamarín.
Fui un niño de paradas de autobuses. La casa donde pasé varios años de mi niñez quedaba muy distante de mi escuela primaria y del trabajo de mis padres. El sol se iba poniendo y todavía vestido con el uniforme escolar y con poca luz, hacía mis tareas junto a mis padres mientras esperábamos los autobuses fantasmas de La Habana. En aquellas largas esperas perfeccionaba mi lectura, escritura y las operaciones básicas de matemáticas. Entre empujones, dentro del autobús, repetía las tablas de multiplicación. Siempre quise ser ingeniero, hice todo lo que pude para amar las matemáticas. Ver leer a uno de mis abuelos los libros de cálculo matemático como si fueran poesías, aumentaron en mí el deseo de seguir sus pasos.
El día que comencé mis estudios de ingeniería en telecomunicaciones y electrónica en Cuba me dio mucho gozo, estaba rumbo a conquistar mi sueño profesional. Sin embargo, el régimen comunista cubano me expulsó de la universidad en el tercer año de mi carrera por ser miembro del Movimiento Cristiano Liberación, por mi activismo político dentro del mismo y por ser amigo de Oswaldo Payá y Harold Cepero, ambos asesinados por el régimen cubano el 22 de julio del 2012. Por esos días, muy preocupado, le pregunté a un amigo: “¿Y ahora qué?” Él me dijo: “Seguir adelante”.
Llegué a Estados Unidos hace 7 años sin familia, sin un buen nivel de inglés, sin mis mejores amigos, con dos dólares en mi bolsillo. No es esto nada malo. Dios estaba conmigo. Él es suficiente. Las matemáticas me han enseñado que hay que desarrollar el problema, en el camino nos damos cuenta si tenemos errores de concepto y siempre surgen nuevos métodos, siempre hay un Teorema que te rescata en la prueba. Nuestra esperanza debe ser como una función cuyo límite tiende al infinito.
¡Gloria a Dios! Finalmente soy un ingeniero eléctrico. Hoy sé que uno de mis profesores de la CUJAE estará muy feliz. Hoy sé que mi maestra de matemáticas de la escuela primaria estará emocionada. Los chicos del barrio a los que les enseñé matemáticas finalmente podrán decir que su tutor de matemáticas es ingeniero. Los ingenieros de la familia ya pueden decir Manolitín es ingeniero graduado en Estados Unidos de América. Como dice mami: “Manue, a ti todo te llega después de muchas pruebas, pero te llega”. Como dice papi: “¡Amén!”. Como dicen mis hermanos: “Déjame decirte algo, Balto, un perro, no puede hacer este viaje solo, pero quizás, un lobo sí.” Como dicen mis mejores amigos: “Poner todo en las manos de Dios y creer en los milagros”. La Virgen Santísima ha sido muy clara: “Al final, mi Inmaculado Corazón triunfará”. Honor y gloria a ti Jesús, Rey del universo. “Nada en la vida es para ser temido, es sólo para ser comprendido. Ahora es el momento de entender más, de modo que podamos temer menos”. Marie Curie
Manuel Robles-Villamarín es Ingeniero Eléctrico. Segundo Vice Presidente Área Caribe JODCA (Juventudes de la Organización Demócrata-Cristiana de América). Miembro del MCL (Movimiento Cristiano Liberación). Exiliado en USA.
ZoePost felicita a Manolito por sus logros profesionales.
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Yo también felicito a Manuel, porque también pasé por algo similar de no ver terminados mis estudios de Ingeniería en Cuba por haber sido forzado a exiliarme en España, pero finalmente, después de muchos años pude conseguirlo en este país que me ha acogido.
Qué hermosa historia!
Pues felicidades y que dios lo siga bendiciendo
Quel beau parcours ! Et ce n’est pas fini!!!
Que mejor que felicitarlo con un gran “Amén”
Felicitaciones a este joven cubano que ha demostrado que se es capaz de todo con esfuerzo y voluntad en un país de plena libertad.
Felicidades Máster Manolito
Eres muy grande
P🇨🇺L
Bravo Manolito ! Félicitations pour ton courage, ta persévérance et ta réussite !
Alegria y emocion! Gracias por este mensage de Fe y de Corazon. Dios te bendiga y te permite lograr mas aun… Abrazo de Francia (donde te esperamos!)