EDITO

Un mundo fuera de órbita

El ex policía Derek Chauvin atento a la sentencia

Por Zoé Valdés.

Me escribo por email con una amiga acerca de la condenación del ex policía Derek Chauvin, coincidimos en que el mundo anda fuera de órbita, por usar una frase reiterativa en el argot actual. En España una ministra imponiendo la injusticia en la justicia, me dice… En Estados Unidos más de lo mismo, le digo… Mientras destruyen monumentos históricos de ilustres blancos se erigen estatuas blancas a un delincuente negro, los “activistas” entonces más tarde sube a pintarlas de negro. Qué mundo raro de gente que no tiene absolutamente nada que hacer con su mente, me digo…

El ex policía Derek Chauvin, continuamos ella y yo por email, acaba de recibir la condena de 22 años y unos meses, pena que hasta el diario Le Monde considera como de una “rara severidad”. Y lo es. Lo de “rara” sobra, “severa” es la descripción exacta. Se imponen las rarezas y las severidades contra los blancos. El día del juicio había que verle la cara de asombro al señor Chauvin cuando oyó la sentencia, culpable, pese a que las evidencias probaron que George Floyd no había muerto por asfixia sino por las grandes cantidades de Fentanyl en su cuerpo. Se pidió la pena máxima.

Pero incluso con aquella sentencia y ahora con estos 22 años la gran mayoría no está contenta. Unos, entre los que me encuentro, consideran que es exageración, respuesta desmedida para contentar a una minoría, o sea, injusticia dentro de la justicia. Otros esperaban más, mucho más, cadena perpetua o silla eléctrica, se trata de los mismos que aplaudieron cuando a O. J. Simpson lo dejaron libre tras haber asesinado a su esposa y a un joven, ambos blancos.

Estatuas para el delincuente que apuntó con un arma a una embarazada con el propósito de robarle, que andaba manipulando dinero falso, drogado hasta los bordes. Pena máxima para un policía que cumplía con su trabajo de orden y ¿ley?

Se les está yendo la mano con demasiadas cosas extrañas, y esta es sólo una de ellas. No fuera tan peligroso si las masacres de blancos desde hace varios años en Sudáfrica y de las que nadie habla no estuvieran al doblar de la esquina.

Zoé Valdés es escritora y artista. Fundadora y directora de ZoePost, de Libertad Prensa Foundation, y del MRLM (movimientomartiano.com).

 

5 Comments

  1. Asi es pero hay que ver quienes eran los jurados y como manipularon la hijita del difunto que jamas conociò pero no contentos con los 27 millones de dollares para la familia pedian la pena capital no se en que iran a parar estos agitadores (para no buscarme problemas ) ahora vale mas la vida de un delincuente que la de un servidor ciudadano Y si como ya sabemos que 27 millones en manos a una familia disfuncional cuanto duraran ahi les irà la condena que gocen con muchos polvitos, pinchazos y pipetas. Los policias son una piña y no lo abandonaran en la carcel y saldrà a trabajar enseguida lo mandaran a otro estado donde nadie sepa quien es para protegerlo digo almenos eso espero

  2. Raul Izquierdo

    La pena maxima por homicidio en el Estado de Minesota, es de 15, no de 22, esta condena es arbitraria, si lo consideraba culpable un jurado con todas las garantias procesales porque se excedio aplicando fuerza letal, lo que tendrian que haberle impuesto es un maximo de 15, asi es la ley, el policia hacia su trabajo, no tenia antecedentes y no se puede asegurar que fuera racista, esto es una manipulacion de “Black lives Matter” mientras Floyd ya esta dicho en tu articulo era un delincuente habltual, con procesamientos, condenas y carcel en varias ocasiones, lo han querido santificar pero aunque las vidas de todos importen y una muerte no tenga precio, la realidad es que efectivamente, todo esta salido de su orbita, todo esta siendo un desproposito y cuando la justicia se aplica con injusticia, el Estado de derechos se va al garete.

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  4. Daymis

    Este pais esta jodido. El sistema judicial esta podrido. Los jueces son figuras decorativas en la mayoria de los casos y en este es evidente que la sentencia fue dictada por la prensa como en el famoso juicio de O. J. Simpson en 1994. Puro circo!

  5. Alejandro González Acosta

    Estamos viendo y padeciendo un mundo donde la justicia va por un lado y la ley por otro. Esto parece un juicio de los Tribunales Populares de Cuba.

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