Por Carlos M. Estefanía.
El canal ruso Mir (Mundo) publica este 20 de marzo de 2021, en su sitio de YouTube, un reportaje sobre el modo en que luchadores de “Gushtingiri” se preparan para un torneo festivo en Tayikistán. Se trata de un tipo de lucha tradicional, con 2000 años de existencia, cuyas reglas apenas han cambiado en los últimos siglos. Ella ha devenido en uno de los deportes más destacados en el país centroasiático. Sus practicantes usan hoy el mismo kimono que los judocas, sus técnicas recuerdan las del judo y las del sambo, pero no es exactamente lo mismo. A diferencia del judo aquí no está permitido agarrar con las manos al contrincante por debajo del cinturón. Sin embargo, al igual que en el deporte japonés, se permiten técnicas de piernas para derribar, al contrario.
Como puede verse en algún que otro viejo documental de la antigua Unión Soviética, en esta la lucha tayika, los llamados pahlavons (luchadores) solían usar el abrigo nacional, unos pantalones cortos y un cinturón liviano alrededor de la cintura, así el pahlavon (luchador) podía agarrar y sostener el cinturón, la manga o el cuello de la chaqueta de su oponente con el fin de proyectarlo al piso. El ganador era el que derribara a su oponente primero. Hoy el título de “Pahlavon superior”, lo recibe el que logre derribar a SU contrario en seis minutos.
Sobre la patria del Gushtigiri
Tayikistán es un país montañoso sin salida al mar que limita con China, Uzbekistán, Afganistán, Kirguistán y Pakistán. Ha sido parte de muchos imperios, especialmente el Imperio Mongol y el Imperio Ruso consiguiendo su independencia tras el colapso de la Unión Soviética en 1991.
Tayikos nombre por el que se conoce a los miembros de esta población, una de las más antigua de Asia Central, significa “no turco”. En realidad, se trata de un pueblo indoeuropeo que adquiere su condición de nación en el siglo IX de nuestra era. Fue gracias al impulso de los samánidas, una de las primeras dinastías de emires iraníes que dominaron las provincias orientales de Irán tras su conquista árabe. Esta familia iraní había sido promovida por los califas abasíes con la misión de frenar las invasiones turcas.
Tras la caída de los samánidas (999 d. C.), los tayikos se convirtieron en vasallos de los turcos y de los mongoles. Después de ser gobernado por la dinastía Timúrida y por el Kanato de Bukhara. La región es conquistada por el Imperio Ruso, entrando luego el territorio a formar parte de la Unión Soviética. Es en ella que se crean las actuales fronteras del país, las cuales fueron trazadas cuando este formaba parte de Uzbekistán como república autónoma. Será en 1920 que Tayikistán se convierta una república soviética más.
Tayikistán no alcanzó la felicidad con la llegada de su soberanía el 9 de septiembre de 1991, pues casi de inmediato se desata una guerra civil que durará de 1992 a 1997. Solo después de esta confrontación, gracias a la estabilidad política que se establece y gracias a la ayuda exterior que se recibe es que la economía del país comienza a crecer.
En cuanto a las libertades hay que decir que el país está dirigido desde 1994 por el presidente Emomali Rahmon, quien ha recibido numerosas acusaciones, por parte de gobiernos y organizaciones internacionales.
Al mismo tiempo se le reconoce al presidente tayiko su condición de “campeón” en la lucha contra el extremismo islámico prevaleciente una región geográfica fundamentalmente musulmana.
Sin embargo, el propio Rahmon no deja de reconocerse a sí mismo como musulmán sunita. A pesar de esto, el gobierno muestra fuertes rasgos secularizadores prohibiendo; de barbas, la asistencia a la mezquita a menores de dieciocho años, el estudio en escuelas islámicas fuera de Tayikistán, la producción, importación o exportación de libros islámicos sin permiso estatal etc.
Sin embargo, nada de esto es suficiente para quienes desearían adaptar el país a los valores aceptados como normales en occidente. Los mismos que defiende en sus canciones una artista nacida en el país que se encuentra en camino de convertirse en internacional: Manizha Sangin. Nacida en Dusambé, la tayika ha sido seleccionada para participar en Eurovisión 2021, por Rusia. Sin lugar a duda se trata de una maniobra oportunista, por parte de sus promotores, conscientes de la pata ideológica de género de la que cojea el afamado certamen musical.
Manizha Sangin se ha destacado tanto como artista, como activista contra la violencia doméstica, defensora de los derechos LGBT, y del multiculturalismo. En 1994, cuando tenía tres años, y el país sufría por la guerra civil, su casa fue alcanzada por un proyectil. Poco después, su familia huyó a Moscú para empezar una nueva vida. Hoy Manizha canta y escribe canciones en ruso y en inglés para un público que a veces no entiende que una tayika pueda cantar y dar lecciones sobre las mujeres rusas. Lo cierto es que sus vídeos, como las series hindúes, o egipcias, pueden ser de gran utilidad para reprogramar culturalmente a los jóvenes nacidos y formados en cultura tradicionales de esas que llaman “patriarcales”.
El caso es que, al principio de la construcción de su personaje artístico, los productores se propusieron “destayikizarlo”, cambiándole el nombre por el seudónimo de Ru.Kola, aclarándole su oscuro cabello, colocándole un vestuario más occidental y cambiando sus canciones por un repertorio pop clásico.
Sin embargo, más adelante la chica cambió su estilo, se comprendía que su valor estaba en su “exotismo” recuperó, provocativamente, sus trajes folclóricos, acompañándolo por contraste de un estilo de canto entre lo afro y lo latino, muy apropiado para esa batidora homogenizante que es Eurovisión. En lo de latina le ayudan. Ciertamente, unos rasgos asiáticos que la asemejan a cualquier artista hispana de raíces indoamericanas.
Lo cierto es que, en sus canciones y videos la chica explora lo que significa ser inmigrante en Rusia a la vez que se reconoce como “Extraña en su tierra natal. Quizás sea porque que los trollos de su país originario, califican a de Manizha de “vergüenza para la nación tayika”.
Nada de extrañar cuando se observa su psicodélico video “No eslava” que si bien esta filmado en un ambiente típico de Tayikistán, poco o nada tiene de musulmán, gracias a la psicodelia que lo inunda y sobre todo la proyección violenta de su personaje, una mezcla de luchador de artes marciales y de Karol G el video- Tusa, que hace de la tayika la antítesis de la mujer recomendada por el profeta a sus seguidores. Eso sí, aquí, como en otros videos, se alude a las necesidades de que tienen de un pasaporte válido esa emigración que llega la parte europea de Rusia por parte de los pueblos asiáticos, en su mayoría antiguos miembros de su imperio. Se trata de una de una avalancha humana que no se detiene en su viaje a hacia occidente, y cuya contención fronteriza no ha encontrado mejor justificación que la de frenar la pandemia del COVID 19.
Volviendo al deporte nacional de los tayikos
Seguramente la persona tayika más famosa del mundo no es la refugiada de Dusambé, sino Abu Ali Ibn Sina conocido en Occidente como Avicena, un médico que vivió entre los años 980 y 1037, es decir que parte de su vida transcurrió bajo un período de dominio samaní, en el cual se produjo un importante desarrollo de las ciencias en aquella región. Nació Avicena en la ciudad de Bukhara, se le considera uno de los Eruditos más importantes de la Edad de oro islámica y fue autor de unas 450 obras. De aquellas tenemos 40 tratados sobre medicina, uno de los más famosos es Al-Qanun (El canon), texto médico que llegó a usarse en muchas universidades medievales europeas. En este libro, el autor mencionar los beneficios de las artes marciales y hace referencia a lucha locales que recuerdan las técnicas del “gushtingiri”.
Esta práctica se vio privilegiada en el 2017, cuando autoridades de Tayikistán un pusieron barreras a múltiples tipos de deportes de combate, impulsando a cambio la popularización de el “gushtingiri”. En la lista de deportes afectados aparecida en el sitio web del Comité Estatal para la Juventud y el Deporte, se incluía, entre otras varias formas de artes marciales, el boxeo profesional, el llamado “new full contact,” y la lucha pancracio.
No se trataba de una prohibición total de estos deportes de combate, pues si bien a sus clubes privados se les permitirá continuar practicándolos y hasta participando en competencias, siempre, solo podrían hacerlo a cuenta de sus propios fondos, es decir sin ser financiados por el estado. Una directiva que afectó a 85 locales de este tipo que hay en Tayikistán.
El razonamiento proporcionado para esta prohibición parcial es que los deportes en cuestión podrían causar daño físico a sus practicantes más jóvenes.
Un afamado entrenador de Gushtingiri, Mahmadovud Odinayev, apoyó en su momento la medida basándose, sin detallarlos mucho, en datos del Ministerio de Salud de Tayikistán según los cuales 816 niños quedaron discapacitados al participar en deportes de combate agregando que los entrenadores de los deportes caídos en desgracia no pasaban por los canales deportivos tradicionales, sino que prendieron deportes de combate en algún lugar del extranjero y que al regresar con sus cinturones y abrieron sus propias escuelas, enseñando a los niños a golpearse unos a otros. Lo preferible, decía Odinayev, era desarrollar deportes nacionales y olímpicos Y así será el dinero reservado para los deportes de combate ahora se redirigirá a los deportes olímpicos. La mitad de los fondos restantes se destinará a deportes “no olímpicos” y el resto se destinará a disciplinas tradicionales, entre las cuales, el gushtigiri, sin duda alguna es la más destacada, como deporte nacional de esa tierra perdida en el corazón de Asia.
Carlos Manuel Estefanía. Nacido en La Habana en 1962, realizó estudios de Filosofía en las Universidades de La Habana y Moscú, licenciándose en 1987 en la especialidad de Materialismo Histórico. Posteriormente realizó estudios de postgrado en materias tales como, economía, relaciones internacionales, periodismo, lingüística, teoría de la comunicación y semiótica. Así mismo recibió cursos por encuentro en la Facultad de Derecho en la Universidad de La Habana, en materias tales como: Historia del Estado y el Derecho, Teoría del Estado, Derecho de Familia, entre otras. En mayo de 2009 recibió el título de Magister en Pedagogía del Español y de las Ciencias Políticas por la Universidad de Estocolmo.
Radica en Suecia desde 1993, donde es fundador e integrante de la directiva de la Sociedad Académica Euro cubana, así mismo, es presidente de la Asociación de Graduados Extranjeros en Suecia. Es además miembro de la Asociación de Corresponsales Extranjeros en Suecia (PROFOCA) y del Colegio Nacional de Periodistas de la República de Cuba en el Exilio.