Por Redacción ZoePost.
Según el diario, a largo plazo, Pekín podría utilizar la visita de Pelosi como excusa para introducir cambios en su postura militar respecto a Taipéi.
La verdadera crisis en torno a Taiwán podría comenzar después de que la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, vuelva al país norteamericano, opina el columnista de The Washington Post Josh Rogin.
“La mayor repercusión de la visita de Pelosi se producirá después de su regreso a casa, a lo largo de semanas, meses y años”, vaticina el periodista. Rogin indicó, citando a varias fuentes familiarizadas con el asunto, que si bien es probable que los militares chinos tomen varias medidas agresivas, como el lanzamiento de misiles o el vuelo de aviones cerca de Taiwán, los dirigentes del país asiático intentarán evitar una confrontación militar, al menos por el momento.
Así, el ritmo y la intensidad de la rivalidad entre Estados Unidos y China aumentarán, cambiando sus relaciones para siempre, con Taiwán en el centro del conflicto, señala el artículo.
Según Rogin, a largo plazo, Pekín podría utilizar la visita de Pelosi como excusa para introducir cambios en su postura militar respecto a Taipéi, aumentando la ventaja bélica china en el estrecho de Taiwán. Asimismo, China podría intensificar sus ataques contra la isla en otros ámbitos, como en la guerra cibernética y de información.
“Lo que hemos aprendido a lo largo de los años es que cuando China ve un paso en falso de su adversario suele intervenir agresivamente para aprovecharlo”, afirmó uno de los informantes, quien agregó que “China tiene una amplia gama de herramientas para dañar a Taiwán”.
Pelosi llegó este martes a Taiwán, lo que provocó un gran enfado en el Gobierno chino. Desde Pekín denunciaron que el viaje de la alta funcionaria, la tercera máxima autoridad política de EE.UU., infringe la soberanía y la integridad territorial del país, al tiempo que representa “una seria violación” del principio de una sola China y de los tres comunicados conjuntos entre Washington y Pekín.
Agencias.