Por Ulises F. Prieto.
Admito que después de tales horrores cometidos por los terroristas de Hamás contra israelíes y visitantes, no quería asomarme a los comentarios de los opinadores habituales. Llevo suficientes años sobre el Planeta como para saber lo que iban a decir, pero no tanto como para evitar indignarme por lo que dicen. Hubo una época en que solía hacerme las siguientes cuatro preguntas:
¿Por qué tanta gente odia a Israel?
¿Por qué tanta gente odia a los Estados Unidos?
¿Por qué tanta gente odia a España?
Y por último ¿por qué son los mismos?
Dejé de hacerlas cuando supe de Pilar Rahola, que odia a España pero no a Israel, luego a Santiago Armesilla que odia a Israel y a los Estados Unidos, pero no a España. Seguro habrá alguien que odie a los Estados Unidos y que no odie a España ni a Israel. De todos modos no dejan de ser unos pocos contraejemplos dentro de un piélago de odio compartido. Digamos que entre tan generalizada incoherencia, ellos destacan, se salen del quicio. Están más desquiciados. Especialmente la singularidad de Rahola, quien también festeja hasta su Santo el 12 de octubre. Tal vez también diga aquella consigna de “Nada que celebrar”.
No tiene sentido preguntarse las razones del odio. Cuando lo haces ya estás dispuesto a escuchar alguna justificación. Sus argumentos serán débiles en comparación con el resentimiento, y entonces seguirás con las preguntas ¿Pero qué te han hecho los españoles,? ¿Pero si no conoces a ningún judío,? ¿Y los americanos, qué tanto malo tiene que ahora quieras celebrar Halloween? Simplemente no hay razones. Una vez pude ver una manifestación del KKK en la Universidad de Mississippi (Ole Miss). El portavoz en su discurso dijo algo así como: “No necesitan hacer nada para que yo los odie. Es suficiente con que respiren”… El que odia sufre. Para aliviarse se junta con personas arrogantes que lo justifiquen. Se irá envenenando cada vez más hasta desbordarse. Llegará a molestarle cualquiera se la esté pasando bien. -¿Cómo se atreve el día a estar tan soleado?-… Como Ricardo III.
Odiar a España, a Israel o a los Estados Unidos cuando eres occidental, es tan incoherente como odiarte a ti mismo. Odian a occidente: su libertad y por lo tanto la posibilidad de equivocarse, la alegría, su historia de la búsqueda de la felicidad y el mejoramiento progresivo de la calidad de vida y del trato entre la gente. Su cultura no la ven como una herencia a aprovechar, sino como unas ataduras a destruir. Son voluntaristas, por eso desprecian su identidad, porque no la han elegido. No es casualidad que el documental de Leni Riefenstahl, tenga ese título: “El Triunfo de la Voluntad”. No quieren aceptar que la naturaleza se te es dada. No es cuestión de voluntad. De hecho, tienes voluntad, porque por naturaleza primero eres libre, y antes tienes conocimiento del bien y el mal. No puedes elegir no ser libre, menos puedes apuntarte tu impulso hacia el bien. Nadie ajeno a ti tiene culpa de que cuando te comportes como un canalla, seas un canalla. Por más que quieras imitar a las bestias, no lo serás.
Cuando odias se te nota. Te enmascaras con tu actitud altanera, intentado ridiculizar, haciendo pasar por ignorantes a los que no aceptan tus sofismas, pero se dan cuenta. Salta a la vista cuando dices: “La gente se queda en las imágenes de los bebés muertos, pero hay que tener en cuenta las causas de lo que ocurre. No se debe ser tan emocional, sino más racional para entender lo que pasa. Los nazis también decían vota sentimientos”… Así que los nazis decían eso…, bueno será porque eran seguidores de Lutero que llamaban ramera del demonio a la razón. Los revolucionarios iluministas franceses levantaban altares a la razón y diseñaban racionalmente instrumentos como la guillotina. La razón para encubrir la realidad, sólo crea sofismas, o como decía el pintor español Francisco de Goya, y que suele citar la escritora Zoé Valdés, “los sueños de la razón generan monstruos”.
Se trata de asesinatos a personas de todas las edades, incluso algunos bebés dentro de los vientres de sus madres, intentando el mayor sufrimiento físico y moral posible en las víctimas, violaciones de abuelas que subieron a las redes para que sus familias los vieran, mataron niños delante de sus padres. Una feria de humillaciones, y todavía consideras que lo peor de todo será la reacción que tendrán los israelíes, o la posibilidad de que el llamado conflicto se extienda. Le pides a los israelíes que sean proporcionados. Mira, de antemano te aseguro que la respuesta no será proporcionada, porque para que lo fuera, el ejército israelí tendría que contratar una banda de energúmenos psicópatas que asaltaran un concierto de jóvenes palestinas, y violarlas, secuestrarlas y matarlas, pero el problema es que los palestinos no hacen esos conciertos. Nunca habrá la posibilidad de ser tan proporcional como reclamas. Luego de pedir esa proporcionalidad, le reprochas a Israel que aplique la ley del “ojo por ojo”. Bueno,¿en qué quedamos? Proporcionado pero sin responder proporcionalmente.
Este era el momento adecuado para que el gobierno de España se pusiera sin fisuras del lado de Israel. Además de la razón moral, hay una fría conveniencia política para España. Ciertamente Israel está del lado correcto. Ha sido atacado brutalmente y no le queda otra opción que responder. Cualquiera que haya crecido en un barrio sabe que si dejas pasar un ataque, el próximo será peor. También era conveniente el apoyo a Israel para desmontar la ayuda de Netanyahu a Marruecos contra España. Se nos ha dicho que el acercamiento de Israel a Marruecos es parte de una estrategia de Israel para ser reconocido por los países árabes. Eso es una media verdad. No creo que en los acercamientos de Israel a Egipto, Jordania, Arabia Saudí u otros, Israel haya accedido a proporcionar armamento, y sobre todo inteligencia militar para que puedan espiar a sus enemigos. Entre otras razones, porque los países cercanos a Israel suelen tener entre sus enemigos al propio Israel. Eso lo ha concedido Netanyahu a Marruecos, por sus prejuicios contra España heredados de su padre, pero sobre todo porque Marruecos está lejos de Israel. Sin embargo, Netanyahu es un político, y puede hacer concesiones a sus prejuicios si eso le ayuda a conseguir sus intereses. Para muestra de su flexibilidad está el hecho de que ha sido capaz en un discurso de rebajar la culpabilidad Hitler sobre la Shoá, sólo por una inmediata conveniencia política de argumentarse contra los palestinos. En estos momentos Netanyahu está viendo cómo el gobierno-Rey de Marruecos, por más que quiera apoyar a Israel, no está legitimado para hacerlo, y se va a poner de perfil en esta crisis. Sería suficiente con que el gobierno español hubiera apoyado a Israel, para desmontar la alianza Israel-Marruecos. Me temo que no ocurrirá, porque la mayoría del gobierno está conformado por tipejos que odian tanto a Israel como a España.
El himno nacional de la República de Israel tiene un nombre. Así como el de Francia es la Marsellesa, y el de Cuba, la Bayamesa, el de Israel se llama Esperanza (Hatikvá). Es una antigua costumbre judía escoger alguna palabra del mismo texto para titularlo. El Génesis es Bereshit y el Éxodo, Shemot. En el verso donde aparece la palabra “hatikvá” dicen que aún ellos (los judíos) no han perdido la esperanza. Dos versos atrás se explica lo que esperan. Unos oídos educados para escuchar en español oyen algo así como:
“Ayin LeZion Sofía”
Nuestra naturaleza occidental ve la palabra Zion junto a Sofía, y asocia a Israel con la sabiduría. Pero no. Aquí Sofía significa destino. Viene de la palabra que ellos usan para el final. Cuando decimos que alguien nos es afín, sin darnos cuenta estamos diciendo que compartimos fines. Dependiendo del grado de afinidad, quizás hasta estemos esperando tener el mismo destino. Así es la esperanza.
Ulises F. Prieto es Profesor de Matemáticas y escritor.
Creo que hasta Oriana coincidiría conmigo. Hamas es la barbarie, asesinos que nos quieren imponer un régimen feudal en nuestras propias narices. Israel, el gobierno israelí, en cambio, una vez más, con este acto de venganza, porque es una venganza, se aleja de los verdaderos valores de democracia occidentales. Es una gran falacia que la guerra es necesaria cuando de una parte tienes hambrientos y de la otra una potencia militar integrada en el mundo de valores occidentales. No podemos asesinar otros niños porque sencillamente unos locos han venido a matar los nuestros. ¿ Estamos locos?
No, Oriana no estaría de acuerdo con tu equidistancia. Si todos las muertes tuvieran el mismo valor moral, y una muerte no buscada fuera lo mismo que el asesinato a propósito con el objetivo de hacer le mayor daño posible, entonces habría que prohibir los automóviles, porque todos los días mueren niños en accidentes de tráfico. Si este ejemplo no te sirve… bueno… eres uno de los tantos que esconde en falacias y sofismas su judeofobia.
Israel no asesina nunca primero. Israel no tiene a dónde ir, los otros sí, como ya se ha probado. Israel hace años no está en Gaza.
Es un honor par mí intercambiar comentarios con vosotros.
Sig. Fidalgo, para mí la democracia no siempre se defiende con bombas y tanques. La respuesta israelí, la de su gobierno, es irracional, pues está muy lejos de lo que sería una reacción de un pueblo civilizado. Ellos se están vengando de un pueblo en harapos. Y la venganza (vendetta) son prácticas mafiosas y no deben ser aplaudidas en países como estos. No, no, no podemos bombardear niños y civiles en general porque nuestro sistema de seguridad no ha funcionado y se te han colado los asesinos de Hamás en tus mismas narices. He sonreído con lo de judeofobia, parece que Ud. últimamente no está siguiendo las voces que parten desde Israel pidiendo dimisiones y el fin de estas masacres.
Disfrazar el odio no vale de nada, siempre se verá que es odio. Estamos siguiendo todo, y con mucha atención. El odio y la mentira van de la mano.
Un pueblo en harapos dice usted, que está en harapos porque quieren ellos mismos, porque emplean los millones y millones de ayudas que les da Occidente en terrorismo y en matar.
En eso estamos de acuerdo. Nuestros impuestos han ido a parar a las manos de los terroristas. Y lo sabían en Bruselas y Washington. Mejor mirar hacia otro lado.
Los resultados es que la población está en harapos. Ese es el resultado. Es muy fácil bombardear un pueblo, civiles. Mire, la historia de los palestinos la conozco muy bien, la guerra En el Líbano, nido de terroristas, palestinos aprovechándose de bolsas de estudio por toda Europa . No me gusta esa gente. Pero ahora allí hay civiles y acaba de caer una bomba en un hospital. Mirad los muertos. ¿ Es normal?
Lo siento. No estoy de acuerdo con tanta sangre.
Dela tiraron ellos mismos. Aquí se comenta informado. https://x.com/martianamayo59/status/1714398723331985644?s=46&t=PwYiKp70fGoxEoihHo_iNw
No ha caído una bomba en el hospital de Gaza. El centro de salud ha sido bombardeado. Tal cual, bombas sobre un hospital. Qué vergüenza!
Estúpidamente dicho. Se lo tiraron ellos mismos. https://x.com/uhn_plus/status/1714381011780325622?s=46&t=PwYiKp70fGoxEoihHo_iNw
Exactamente. Civiles en medio de tanta barbarie.
Ignacio Camacho, periodista del ABC: “la civilización necesita de Israel resistiendo en ese muro de hierro, pero la razón moral no puede avalar cualquier método.
Cómo puede apreciar, no solo la izquierda no está de acuerdo con la gestión de esta crisis por parte del gobierno desgastado de Netanyahu
No es hora para cambiar de gobierno, y conozco bien ese país y sé lo que son las fuerzas políticas en ese país.
Los gobiernos siempre fallan, porque la labor de un gobierno es proteger a la población a la que sirve. Y por mucho que traten de evitar los crímenes siempre ocurren. Eso no quiere decir que el gobierno sea culpable. Los culpables de los crímenes son los criminales. Por eso mismo si el gobierno de Israel, todo el Estado, no reacciona ante el crimen, entonces sí sería culpable e irresponsable. Sobre la comparación de las muertes ya lo he dicho. Es pura judeofobia comparar los asesinatos de niños en sus cunas, a la. muerte en medio de un fuego cruzado, en una batalla que Israel no ha buscado, y tampoco ha ocurrido. Es decir, comparar el crímen evidente, con la muerte accidental que ocurrirá, y que cada israelita involucrado intentará evitar. Sí, siéntete afortunado de este intercambio, porque no suelo discutir con mentecatos. Gente cuya judeofobia le ha cautivado su mente.