Cultura/Educación

Sobre Mitos del antiexilio

 

Por Misleidis Fernández

A raíz de la segunda edición del libro de ensayo Mitos del antiexilio, del filólogo Armando de Armas, rebusco ahora entre sus páginas tras varias relecturas lo que el escritor pone al descubierto en cuanto a falsedades sobre el exilio cubano, apoyado en estadísticas y hechos que revelan el alma desterrada en su autenticidad. Esta nueva edición llevada al lector por la editorial Exodus ya está disponible en Amazon para el disfrute y análisis de todo el que así lo estime conveniente.

Obvio es que Mitos de Antiexilio no es un clicz moi. Esta hecha a la medida del character intransigente respecto a la libertad que caracteriza al escritor en su extensa obra. Este libro, como obra de arte valiosa, logra mostrar a ese “exilio de derecha” que navega, desde el olvido, en un sublime naufragio político. Una derecha que ha alcanzado falso prestigio político hallando refugio entre los más cálidos caprichos izquierdistas. Y digo falso prestigio político pues una de las cosas que muestra la obra es que justamente uno de los problemas de ese exilio es que se asume de derecha, sin serlo.

Este ensayo analítico bien pudiera impartirse en universidades como factor imprescindible para el crecimiento crítico-político de esa sociedad “buenista”, para así contrarrestar las instituciones educacionales dominadas por la izquierda desde hace algún tiempo atrás o en las universidades, como nos empeñamos falsamente en llamarles a pesar del dogma liberal desatado en ellas tal cual se menciona en dicho ensayo.

El espectro contra el exilio es amplio, Armando de Armas en esta majestuosa obra se propone, sin tapujos, no solo analizar, sino exponer argumentos sólidos e históricos, y elabora toda una cronología de hechos acorde con lo que argumenta. El lector analítico no tiene opción más que escoger un lado definido de la historia y hacerla suya. Entenderá del escritor per se la destreza con que expone el factor educacional de Norteamérica para esclarecer así a dónde va el camino de las generaciones venideras con un 72% de profesores de universidades y colegios declarado abiertamente izquierdista y solamente un 15% derechista, según el Washington Post. ¿Marxismo apiñado, tapiñado…formadores de comunistas titulados en centros de renombres?

Pero al grano, el tema del antiexilio, sinónimo de división entre un mismo pueblo, no hace más que provocar un carácter degenerativo entre sufrimiento lento, repetitivo y extenso de una nación suicida.  Armando deja al descubierto el desprestigio visceral impuesto por los que aclaman perdón de los dolidos (exiliados) para exacerbar así a un desgobierno que, desde el purgatorio de un pueblo enceguecido se apodera poco a poco de la orilla de los exiliados; hace metástasis en Miami.

EL meollo existente, como lo veo, sigue siendo esta generación despojada de una historia digna y veraz, individuos que para variar emigran por “problemas económicos” y no políticos. Aprovechados de la magnanimidad de este gran país. Grants desperdiciados en nombre de la libertad de un pueblo sometido al engaño de proyectos para el populacho embebidos en una lucha pacifista, jamás vista en la historia del derrocamiento comunista, excepto que los mismos comunistas decidan derrotarse como parece que sucedió en Europa del Este.

 

Pero, ¿qué consigue la izquierda?

 

¿Qué es lo que consigue la izquierda desde este lado según Armando de Armas? Usando sus palabras cito: “estigmatizar al exilio cubano.” Afrenta, devoción perruna por Fidel Castro. Vivo ejemplo lo vemos acá, en Miami, bastión del exilio y la proyección de una disidencia light siempre trotando al son de un “buen” (decadencia visceral de la cultura isleña) tema del artista cubano apolítico. Sí, esos que le dedican en la isla conciertos al dictador pero acá se abstienen del menor comentario que pueda recortarle los privilegios que solo gozan los que lamen botas a falta de fambeco. Esos que incluso invaden redes halagando, felicitando e incluso sollozando la muerte del dictador, del yugo que los oprime, víctimas del síndrome de Estocolmo con el que se encariñan aún conscientes de su diagnóstico. Líderes sin fundamento creados por una izquierda que enriquece sus arcas a costa del dolor ajeno.

 

Víctimas del comunismo

 

El libro esclarece con datos acerca de las víctimas que aún al presente padecen la pandemia comunista alrededor del mundo, mostrando la alarmante cifra de al menos 1 500 millones de esclavos (cito al autor) bajo la egida de ese sistema en varios países, entre ellos Cuba. Además de tocar el tema de la nueva tendencia entre estrellas a amenazar con abandonar esta gran nación si asoma el menor indicio de un partido de derecha ganador en las elecciones “democráticas”, demostrando al paso del tiempo que todo el circo no sirve más que para engrosar las arcas a costilla de sus estultos feligreses despojados del más ínfimo conocimiento de lo que realmente mueve al mundo y en lo que, poco a poco han tratado de sumir a EEUU. Necios seguidores desprovistos del libre albedrío y con desconocimiento de la responsabilidad que tiene cada individuo de educarse a sí mismo para evitar así la ya impuesta manipulación izquierdista existente. Generaciones acomplejadas arrastradas tras la corriente de libertades efímeras.

Menciona esta obra a grandes del arte como Saramago y Sabina (entre otros) a favor de una dictadura, la más longeva del Hemisferio Occidental, como nos expone el autor. Entendido es que quien no ha sufrido la miseria en que consume a su pueblo esta peste ideológica no puede opinar debidamente, pero el tema de Cuba es un secreto a gritos ignorado sólo por el que decide mirar a otro lado por conveniencia propia. ¿Qué hacen estos figurones entonces exigiendo a la ONU que no se condene a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos? Tienen sus manos llenas de sangre, y por mi parte, prohibido olvidar, prohibido perdonar la afrenta.

 

Inconsecuencia

 

Según el autor, ¿por qué ha llegado esta inconsecuencia tan lejos en el mismo país de la libertad? ¿Cobardía? ¿Complejo? ¿Y el exilio? ¿Es el exilio cubano de derecha? ¿Se deja llevar por el vaivén de una izquierda de poder que lo manipula a su antojo? Según Armando, no existe un pensamiento de derecha representativo de la masa desterrada. Existe, eso sí, el papel manipulador izquierdista empeñado en descalificar a lo que pudiera haber de derecha dentro del anticastrismo.

Pero, ¿por qué decir que el exilio, aunque parezca, no es de derecha? Si vamos a dos ejemplos citados en el libro, Mas Canosa y Montaner,  surgen adolescentes en la lucha revolucionaria en contra del general Fulgencio Batista y Zaldivar. Mostrándonos, dato en mano, que la mayoría de los más duros movimientos anticastristas han sido revolucionarios y por ende de izquierdistas, cosa que, como el autor muestra, se puede ver en sus programas de gobierno en caso de tomar el poder en la isla. Más bien se catalogaría al exilio en el terreno ideológico como una socialdemocracia bastante radical sin lugar jamás para ideas derechistas. De ahí que incluso haya más anti batistianos en el exilio que anti fidelistas, porque en este exilio son anti batistianos tanto castristas como anticastristas.

Pero, ¿y desde cuando impera este izquierdismo que ahora se expresa en el exilio? El ensayo nos remonta aproximadamente a partir del año 1933 en la República. Cuando, según el autor, existían sobrados indicios para creer que la revolución que derriba a Gerardo Machado más bien podría haber marcado un hito en el inicio o el agravamiento de los problemas sin solución para la República. ¿Fueron los cubanos irresponsables que alegres pusieron su patria en dirección equivocada?

 

Enmienda Platt

 

¿Fue de veras negativa para Cuba la polémica Enmienda Platt como nos han hecho creer a todos los nacidos dentro de ese régimen comunista? De Armas nos esclarece en qué consistió verdaderamente la Enmienda Platt en breves palabras. ¿De haber existido la Enmienda Platt en 1959 habría llegado al poder un Fidel Castro? ¿Se hubiera implantado un régimen comunista en la isla? ¿Es en definitiva el exilio cubano la consecuencia última de la derogación de la Enmienda Platt?

Entonces en un devenir de páginas y páginas esclarecedoras el autor nos pone a pensar, con nombres citados y hechos específicos como producto de la revolución del 33 llegamos al gobierno democrático de Fulgencio Batista y Zaldivar, legalizando así el Partido Comunista e incluyendo en su gabinete a connotados marxistas, aprobando más adelante nada menos que la muy aplaudida Constitución del 40.

Y en este paseo que nos da Armando por la historia nos muestra con referencias sólidas que la Constitución del 40 era, en muchos aspectos una carta socializante con lumbreras comunistas del momento. Paradójicamente, podemos ver plasmado lo que plantea el ensayo al constatar que aún dicha constitución, a pesar de sus pilares comunistas, es ponderada por exiliados cubanos “derechistas’ como la más adelantada y progresista de la época en el mundo.

El autor hace alusión a como el mismo exilio derechista apoya la Constitución del 40, izquierdamente influenciado, conociendo o debiendo conocer no obstante otras opciones, como la Constitución de 1901, permeada por la carta norteamericana y por lo mismo distanciada del síndrome socializante. Constitución, la del 40, nada más y nada menos que editada por la mismísima Brigada de Asalto 2506, mercenarios de la extrema derecha imperialista, según la izquierda, que se aventuraron en 1961 arma en mano con el objetivo, como nos señala el ensayo, de restituir la mencionada Carta Magna. Aquí podemos notar cuán de derecha puede ser el exilio cubano…

¿Pero qué pasa con Occidente y su pureza de sangre? ¿Lo ha reemplazado la pureza de ideológica? El autor nos muestra como viene decayendo en Occidente la libertad de pensamiento y expresión y pone varios ejemplos de lo que sufren intelectuales a causa de esa censura. Cita el autor al expresidente, intelectual y ex disidente checo Vaclac Havel poniendo al descubierto la ya repetitiva táctica de la izquierda para usar el lenguaje envilecido como uno de los instrumentos más diabólicos del avasallamiento de los unos y el embelesamiento de los otros. Surgiendo así la categoría de subversión ideológica para cualquiera que quiera hacer el uso de sus propias ideas y originalidad.

El autor pone al descubierto ejemplos claros como el del biólogo James Watson mostrando el descredito al que poco a poco se ha visto sometido por solo respetar la libertad de pensamiento y expresión y plantear, acorde con sus estudios sobre el ADN, que la raza tiene que ver con la inteligencia. ¿Consecuencia? Ostracismo por fundamentalista. ¿Qué pasa con esta postura en nuestros días según el ensayo? ¿Acaso el gulag de los fusilamientos virtuales (como les llama el autor) no es tan perjudicial como el gulag de los fusilamientos reales? ¿Por qué se opaca a un escritor subestimando su obra y restringiendo la publicación de la misma? ¿Qué temen? No gozar de la aceptación izquierdista.

 

¿La necesidad del odio o la presencia de una falacia?

 

¿Es en sí, el restar odio de los sentimientos humanos, el causante de una maldad o mutismo aún peor? Una sociedad que no utiliza su odio y lo acumula no puede más que enfermar de los más horrendos hechos. Visto así afirmaría que es allí adonde nace el comunismo. En el regocijarse en la miseria y dolor del otro bajo el manto del pacifismo curador de los males mundiales. ¿Consecuencia de los actos pacifistas? Comunismo.

 

¡Ay Martí!

 

Empeño vehemente de rebajarle, amanerarle en un papel de poeta light. Irrespeto y desconocimiento. De Armas nos hace un llamado a verlo tal y como lo muestra la historia real. En combate empuñando revólver y con grados de Mayor General del Ejército Libertador, ese, ni más ni menos, era nuestro Apóstol en el momento de su muerte luchando por la libertad de su patria. Hechos como estos no tienen perdón, así como tampoco se persona al asesino de un hijo. ¿Cómo entonces se les exige tolerancia y perdón a las víctimas del comunismo? Modalidad y moralidad por aceptación, resignación, los exiliados deben demostrar ser perdonadores y pacíficos.

¿Y al final, quienes han sido verdaderamente estos pacíficos izquierdistas? El autor nos menciona a Salvador Allende como ejemplo irrefutable de los hechos criminales de una izquierda dominante. ¡Pues a engavetar obras de alcance mayor se ha dicho! De esa manera se queda en el olvido aquel encuentro mencionado en el libro citado en dicho ensayo El gran engaño, del veterano periodista alemán-uruguayo José Antonio Friedl. Quien califica como el Cartel de La Habana las conexiones del régimen de Castro y el narcotráfico. Entre los funcionarios que allí se encontraron según el libro estaba el Che Guevara. ¿Qué se tramitaba en dicho encuentro? Pues se discutía el establecimiento de una red de distribución de cocaína para financiar con sus ganancias la imposición del marxismo en el país austral a través del santón de la izquierda Salvador Allende. El mismo Che Guevara que vemos hoy en banderas y camisetas de líderes y protestantes “pacifistas” dentro de Estados Unidos. Desconocimiento de la historia de un criminal.

Y qué decir del escoger bien las palabras a la hora de hablar del comunismo enviando así el falso mensaje confundiendo al desconocedor de la materia cuando justifican la teoría culpando de los “errores” a sus mandatarios, a figuras determinadas y no al sistema.

 

Anticastrismo de los unos y los otros

 

Tantos años de adoctrinamiento comunista dentro de la isla que las nuevas generaciones ya no disciernen entre la demagogia al uso y el discurso liberador. Es por eso que no se interesan ni en los grupos pro-castristas ni mucho menos anti-castristas. Son ellos, en su ignorancia y ayudados por la estratagema de la propaganda izquierdista, los que aportan económicamente a una dictadura con remesas y viajes a la isla al poco tiempo de haber alcanzado un estatus migratorio legal dentro del exilio. Regresan como ovejas a su redil en cuanto el régimen se los permite. Méndigos de una visa para entrar al país que los vio nacer. Estos mismos son los que exigen el levantamiento del embargo para así congraciarse con el desgobierno dictatorial imperante.

Este ensayo nos navega entre la índole de las corrientes izquierdistas y nos anima, con pruebas fehacientes, a despertar del letargo para así de una vez desmantelar los mitos del antiexilio imperante.

 

Misleidis Fernández es escritora y autora del libro A falta de sueños.

 

 

 

 

 

 

 

 

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