Por Víctor Fernández.
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Gaetano Carmine Franceso Paolo Majorano, Caffarello -o Caffarelli-, nació en Bitonto, provincia de Bari, Italia, el 12 de abril de 1710. Era hijo de un humilde agricultor, y ese habría sido su destino de no ser por un profesor de música llamado Domenico Caffaro (de quien tomó su nombre artístico), que fue quien notó el interés por la música del niño y lo enroló en el coro de la iglesia que él dirigía, además de convencer al padre de la fortuna que le aseguraría el futuro si permitía que se le hiciera la “operación”. El propio niño había expresado que deseaba ser castrado. Una vez conseguido el consentimiento paterno fue enviado a Nursia para la operación, a la vuelta, Caffaro le enseñó a leer, escribir, y le dio instrucción musical. Después lo envió a Nápoles para que estudiara con el gran Nicola Porpora (maestro de Farinelli entre otros). Cuenta la leyenda que Porpora lo mantuvo estudiando la misma partitura durante seis años, y que, en algún momento, le dijo “Anda hijo mío, no tengo nada más que enseñarte. Eres el cantante más grande de Europa”.
Debutó en Roma durante el carnaval de 1726, a la edad de 15 años, cantando un papel femenino en la ópera “Valdemaro” de Domenico Sarro (1679-1744). Su ascenso fue imparable y su fama se expandió por toda Italia con presentaciones en Venecia, Turín, Milán y Florencia.
A los pocos años de su debut se enamoró perdidamente de una dama romana. Fue descubierto por el marido de esta en una situación comprometida, para escapar se tuvo que esconder en un receptáculo para el agua donde pasó toda la noche. Esto le provocó una pulmonía que lo postró en cama, con el riesgo de perder la voz. El marido ofendido pagó a unos sicarios para que lo asesinaran, pero no contó con que la esposa, por su parte, pagó a una cuadrilla de guardaespaldas para que protegieran al cantante.
Su presentación en Londres no fue particularmente exitosa porque el recuerdo de Farinelli perduraba entre el público, a pesar de lo cual estrenó óperas en el King’s Theatre durante la temporada de 1737-1738. Entre otras estrenó la ópera “Serse” de Haendel, de la cual sale la famosa aria “Ombra mai fu”.
Posteriormente se presentó en Madrid, Viena, Versalles, y Lisboa. Fue invitado a Francia por el mismísimo Luis XV, pero su carrera allí se vio abruptamente interrumpida porque hirió a un poeta en un duelo, y fue deportado por órdenes del rey. Después de 1756 cantó poco. Amasó una vasta fortuna que le permitió comprarse un ducado, y vastas extensiones de tierra en Nápoles y Calabria.
Su carácter altivo e irascible era notorio. Tenía ataques de furia impredecibles en escena. Se burlaba cruelmente de sus compañeros de reparto. Se negaba a participar en ensayos, y siempre quería que la orquesta afinara sobre su voz, y no sobre un instrumento como se suele hacer. Odiaba a las “prime-donne” y se burlaba de ellas, incluso en escena. Cantaba sus versiones favoritas sin importarle lo que el director les hubiera marcado, y se mofaba con gestos obscenos de sus colegas mientras estos cantaban sus solos, además de ponerse a dialogar con personas del público. Fuera de escena no era mejor, su temperamento lo llevó a tomar parte en no pocos duelos para los que le bastaba cualquier pequeña provocación. Todo esto le llevó a ser condenado en no pocas ocasiones a arresto domiciliario, y hasta a prisión. Curiosamente durante su periplo londinense se llevó bien con Haendel, quien también era famoso por su mal carácter, probablemente debido a la enorme suma de dinero que el compositor le pagaba por sus presentaciones. La vejez lo dulcificó, donó grandes sumas de dinero a obras de caridad.
Tenía voz de mezzosoprano con un amplio registro. Quienes lo escucharon lo clasifican como el mejor después de Farinelli, quien dejó la carrera pública a la edad de 32 años, en cambio Caffarello se mantuvo en activo hasta bien entrado en la cincuentena. A pesar de su famoso mal carácter, dicen los reportes que se llevaba muy bien con su rival Farinelli, aunque cantaban casi el mismo repertorio. Gracias al carácter generoso de Farinelli fue contratado en varias ocasiones en España.
Su maestro Nicola Porpora, según el crítico inglés Charles Burney (1726-1814), despreciaba su insufrible arrogancia, pero, a pesar de ello decía que era: “el cantante más grande que había dado Italia”. Su nombre es citado en “El barbero de Sevilla” de Rossini en boca del personaje Don Bartolo.
Pasó sus últimos 30 años rodeado de una inmensa riqueza en la propiedad cerca de Nápoles que había comprado junto con el ducado de San Donato que llevaba anexo. Solo cantaba en escogidas ocasiones para sus amigos.
Falleció en Nápoles el 31 de enero de 1783 a los 73 años.
Discografía recomendada:
“Arias for Caffarelli”
Franco Fagioli (countertenor)
Il pomo d’oro
Riccardo Minasi (Conductor)
(Continuará…)
Víctor Fernández es escenógrafo y director de escena, historiador de la ópera, y galerista.
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