Por Carlos M. Estefanía.
Malanga: tubérculo de la colocasia esculenta, planta original de la Polinesia y cultivada en el Caribe y otras zonas americanas: que tiene un alto contenido en almidón.
Malangueta (de agua), nombre popular que se le da en Cuba al jacinto de agua (Eichhornia crassipes), planta acuática invasora difícil de eliminar. La malangueta fue ampliamente utilizada en Cuba para el tratamiento de aguas residuales de las escuelas en el campo; internados construidos por el gobierno cubano en los años setenta del siglo pasado, con el objetivo de educar a los estudiantes en el trabajo agrícola. En otras palabras, para usarlos como mano de obra gratuita.
Cae una estrella del firmamento exiliar
Eliécer Ávila ya se ha vuelto más conocido, que, por su nombre, por los membretes de Cabo Malanga o Malangueta. Se trata de dos plantas diferentes con las que se refiere a Ávila el “Rafael Serrano”; el personaje interpretado por el actor Vladimir Escudero, en las parodias que le hacen a la televisión cubana los Pichy Boys.
Pues bien, el portador de tan botánicos alias ha declarado, solemnemente, su renuncia a toda aspiración presidencial, al menos por el momento. También amenaza con, si todavía le quedan ganas, volver a la política en una Cuba futura y segura, donde la gente no se meta con él impunemente.
“Espantapajareidad” cubana
Habla el hombre como si no supiera que, desde la independencia de Cuba hasta los tiempos de Díaz-Canel, los presidentes, fueran electos o designados por hombres fuerte de turno, no han sido más que simples monigotes con los cuales desviar la ira de pueblo, parapetos para ocultar a los verdaderos culpables de nuestras desgracias. Que fueron y son maniquíes destinados a funcionar como tiros al blanco de la indignación ciudadana. Algo que dudosamente cambie mañana, teniendo en cuenta el liderazgo opositor que gastamos hoy.
El fenómeno no es exclusivo de la alta política, sino también en la mínima de las redes sociales. Por ejemplo, cuando los que allí crean contenido no se atreven o no pueden meterse directamente con una figura, entonces crean el signo que la representa para hacer y deshacer con ella. De alguna manera eso es lo que es el Serrano del Noticiero Combativo, aunque algunos, como Eliécer, no lo entiendan.
Y lo mismo ocurre con quien acaba de hacer puré a Malanga; esa suerte de Dios Griego, dueño de los rayos y truenos virtuales, en que se ha convertido, con razón o sin ella, Alexander Otaola. Hace algún tiempo, este mismo youtubero, hoy tan temido, le declaró la guerra a uno de los ex integrantes del grupo humorista Punto y Coma; José Coll. La respuesta del artista aficionado fue la apropiada. Coll se construyó para sí mismo el personaje de Alexander Otaola, respondiendo al ataque directo con humor, y convirtiéndose incluso en el instrumento de otros enemigos del entre real al que refería su muñeco, por ejemplo, Carlucho. Quien en más de una ocasión ha usado al artista para que le digan a su personaje y en su programa lo que el presentador no se atrevería a decirle a su rival Otaola en redes sociales, tirando la piedra y ocultando la mano.
Consecuencias: Otaola que conoce el truco ha terminado por asimilar al muñecón -como llama el Serrano de Escudero a todos los personajes del programa de Carlucho-, enterrando el hacha de la guerra y estableciendo la paz con su alter ego interpretado por Coll, a quien ha llevado a su programa. Que gran lección se ha perdido el Cabo sobre cómo usar al enemigo en su favor.
Desgraciadamente el humor es uno de los talones de Aquiles de Eliécer; no sólo porque no sabe ejercerlo, lo cual ya es grave en cualquiera que pretenda ser una figura pública, sino porque tampoco sabe asimilarlo. Los chistes de “Serrano” le llenaron la copa. Por eso pudo ser rebozada tan fácilmente por una crítica menor, de la que Ávila se habría podido defender si no estuviera tan ofuscado. Sin embargo, prefirió irse por el camino más fácil: primero atacando personalmente a su crítico, luego renunciando al activismo político, para sorpresa de ciegos que todavía creían en él.
De todos modos, es temprano para que los que detestan al “Malangas”, sean castristas o anticastristas, echen campanas al vuelo. Como la plaga que le sirve de apodo, este personaje no resulta fácil de eliminar; puede emerger en la superficie de cualquier charca o estanque si se da la oportunidad.
Aunque por el momento Eliécer haga mutis, su naturaleza camaleónica podría darle nueva vida política una vez que se le bajen los humos. Lo ha hecho en varias ocasiones, disfrazado con distintos ropajes. Primero de estudiante universitario respondón, después como revolucionario cuyas palabras se manipularon desde el exterior, luego como disidente, más tarde como trumpista neointransigente y ahora como una especie de exiliado moderado, capaz de combinar la denuncia al régimen cubano, con la condición de fanático del equipo de pelota de su país, sin importar la propaganda que haga ese mismo gobierno con los deportistas. Y para ponerle guinda al pastel de veleidades; la sorpresa de su deserción en la carrera “presidencial”. Así es Eliécer, qué le vamos a hacer.
Retórica binaria
Ávila fundamenta su decisión con una particular elocuencia, aquella en la que se entrenó desde sus tiempos de dirigente de la Federación Estudiantil de la Enseñanza Media, cuando se quedaba extasiado pensando en un futuro al mando de Cuba, mientras disfrutaba el florecer de las malanguetas en la pequeña represa a donde desaguaban las cañerías de su escuela.
Una retórica que tiene lo suyo en lo que a manipular mentes se refiere; que sin duda alguna le funcionó dentro y fuera de Cuba, solo cambiando su contenido; es ella la que -hasta sus bautizos de fuego humorístico con el que sí que no supo lidiar- le había traído la admiración de más de un adepto y “adepta” de su generación; así de bajas serían las expectativas de aquellos.
Pero ahora todo se le ha venido abajo al ex cuadro juvenil revolucionario. Se habla incluso de su abandono en masa por parte de la fanaticada que le seguía. La respuesta ha sido una nueva directa donde Eliécer se “suicida”. No lo hace literalmente, como si lo hiciera, su colega en la vocación presidencial de Eduardo Chibás. Hace tiempo que Cabo Malanga dejó bien claro que él no esta dispuesto a morirse por nada ni nadie y menos por Cuba. En resumen, que nunca será un plantado.
Ejecuta su harakiri moral, sin reconocer falta alguna, quitándose simplemente el disfraz de político, porque no espanta a nadie con eso. Como si fuera las vestimentas de aquel vapuleado espantapájaros, que, en uno de sus cartones, humillaban Heckle y Jeckle; las dos urracas parlanchinas, creadas como dibujos animados, por Paul Terry. En el caso de Eliécer las urracas cambian sus nombres anglosajones por dos de sabor eslavo, Vladimir y Alexander, como solían ser los de muchos niños cubanos, registrados en la época de Fidel.
Con su discurso Ávila demuestra que lo suyo no es la dialéctica, ni en el pensamiento, ni en la palabra. Al final el auto derrocado líder de Somos más solo sabe concebir la realidad y hablar sobre ella en códigos binarios, donde él es lo bueno y su opuesto lo malo. Este enfoque siempre falla cuando se trabaja con sistemas humanos. Pero qué otra cosa se puede esperar de un chico de origen campesino, educado por un militar especializado en capturar fugados y seleccionado por el sistema ideológico -educacional cubano como cuadro futuro de una trinchera propagandística. Si hubiera sido un joven con luz propia, los sistemas de control mental en la isla, salvo por error que no es el caso, jamás le habrían otorgado una plaza de la (UCI): Universidad de las Ciencias Informáticas fundada en el año 2002, en La Habana, pero campo adentro para evitar “contagios”, en el Km 2½ carretera a San Antonio de los Baños. Fue al calor de lo que Fidel Castro denominaba “Batalla de Ideas “. Batalla en la que, paradójicamente, los que se necesitaban, eran soldados sin ideas propias, sin nada que obstaculizara, los memes a disparar contra el enemigo.
En su extenso monólogo, el hasta ahora líder vitalicio de Somos más, anuncia que se retira del mando, convocando nuevas elecciones dentro de esa mini república bananera que es su organización. Ella era, hasta la caída del líder, un anticipo de lo que nos esperaría en la Cuba que Eliécer presidiera.
Entre otros argumentos indignos de mayor análisis, ha afirmado Eliécer en estos días, que él es un hombre sin presupuestos y al mismo tiempo blanco de las críticas de cualquiera. O sea, que, si tuviera “presupuesto” con el que acallar o amedrentar a sus detractores, otro gallo habría cantado. El cabo Malanga se ha delatado.
El estadio de la discordia
Todo comenzó con su presencia en las gradas el pasado 31 de mayo, frente al encuentro de beisbol entre equipos de Cuba y Venezuela, durante el Preolímpico de las América. Un partido entre dos pueblos sometidos a un mismo amo, el comunismo cubano. Allí, como se desprende de lo ya dicho, Ávila elevó su protesta contra esa dictadura al tiempo que diferenciaba de ella y aplaudía los triunfos de sus compatriotas en el terreno de pelota. Hasta ahí iba bien la cosa, pues la postura tenía lo suyo de inteligencia.
Pero lo que nadie esperaba era lo que ocurriría después, el opacamiento mediático del Zeus de Otaola, quien al parecer fue pasado por alto por el reportero Eduardo Rodríguez Ginard, alias Yusnaby Pérez, quien allí se encontraba cubriendo los acontecimientos para América TV. En su lugar el entrevistado fue Eliécer. Al menos eso es lo que informó el Serrano de los Pichy Boys al que, en su condición figura ficticia, no siempre hay que hacerle caso. Eso sí los Pichys no perdieron la ocasión para dedicar una emisión extraordinaria de su Noticiero combativo a la inesperada trifulca verbal entre Ávila y Otaola.
El caso es que ha tronado el Olimpo contra “El Malangas” desde el programa Hola Otaola. El “aludido”, tropezando de nuevo con la misma piedra, se ha dado por enterado. En lugar de apagar el fuego, tirando todo a broma, lanzó una contra ofensiva hablada, con todos los hierros, contra el que le atacaba.
Eliécer no ha aprendido nada de sus peleas con el Serrano de Escudero. Una vez más ha ido a buscar lana en forma de pelea y terminado trasquilado. Quiere dar batallas Uno de sus problemas es que no tiene ni estado mayor, ni siquiera equipo asesor que le recomendara, por ejemplo, defender su posición, sin necesidad de mencionar al que le desprestigiaba. Así habría saludo airoso, convirtiendo en suya la innegable victoria que significa, en la guerra propagandista entre Miami y La Habana, el que a la televisión cubana se le escapara uno de los carteles mostrados por los exiliados que le acompañaron durante el juego.
Intervencionismo gay
Otaola ha vuelto a la carga contra Malanga y no solo él, sino también la inquisición homosexual, que no le ha perdonado un chiste de mal gusto a Eliécer, al mismo que se empantana cuando para congraciarse con el poder gay, llama cariñosamente “Oti” a Otaola, tirándole besitos al final de su metralla. Esto último quizás haya sido bajo el influjo del influenciador, valga la redundancia, Ultrack, quien después de besar a Otaola en público, intentó hacer lo mismo con uno de los Pichy Boys, diz que por aumentar el número de visualizaciones al video. Menos mal que los muchachos se mantuvieron en sus treces y pararon ahí mismo la gracia con la que se intentaba homosexualizar la imagen de los combativos youtuberos por un puñado de “corazoncitos” más.
Claro que Eliécer tenía que renunciar, pero no porque Otaola le atacara, sino por la incapacidad intelectual de la que hace tiempo viene haciendo gala, como si fumara mariguana.
En el otro bando también hay bronca
En el terreno de la influencia castrista en redes, los vítores por este enfrentamiento interno entre sus enemigos no se han hecho esperar. Es su manera de ocultar sus propios conflictos. Sobre todo, desde que Edmundo García, edecán de la agitación castrista dentro del exilio, se está peleando más con sus discípulos, que con los voceros virtuales del nuevo exilio. Ellos suelen darle la vuelta a García, usando sus lagunas mentales. Es lo que años atrás el mismo Edmundo hacía, tras colgarles, con las personas de mayor edad, que le llamaban a la cabina radial de La Tarde se mueve, para refutar su propaganda. El problema es que ahora también sus compañeros le hacen lo mismo. Evidentemente Edmundo ya no tiene un amigo coronel en La Habana, que lo proteja o lo lleve a una playa.
El conflicto de Edmundo con el resto de la gusanera castrista arrecia cada día. La causa general es el afán de protagonismo, de hacer mérito de cara a La Habana, y hasta cierta envidia, pues se ha de reconocer que de todos estos activistas el que mejor habla y tiene más libros leídos es el antiguo presentador de La Gran Escena, al que algunos seguidores de su canal llaman “Profesor”. Y eso que García carece de la educación superior de la que gozan alguno de sus contrincantes castristas.
En estos momentos los ataques más fuertes los recibe Edmundo de quienes llamaremos los “caravaneros”; personajes que “valientemente” se pasean en sus autos por Miami, asegurando luchar, desde el capitalismo por el que optaron, contra el embargo norteamericano a su país. Hablando del amor por el pueblo cubano, sin cuestionar el despiadado bloqueo que sobre este ejerce su propio estado, opresión que se acentúa cuando ese mismo régimen se inserta como una pieza perfecta en el totalitarismo pandemista impuesto a nivel global.
En el caso de Edmundo, que por algún motivo no puede “caravanear”, ha decidido mostrarle a su cofradía que no hay competidor pequeño, y se ha valido para ello, mire usted qué casualidad, de la manifestación convocada por Otaola y Eliécer frente al encuentro beisbolero. Ese ha sido la estrategia para ganar medallas, sin la competencia de un solo héroe de caravanas.
Y así, en el mismo momento en que una joven activista cubana se paseaba con un letrero en inglés pidiendo la liberación de Cuba, por un terreno cundido de deportistas aún fieles a la dictadura, Edmundo García, celular en mano se lanzaba como un kamikaze en solitario a provocar a los manifestantes exiliados, bastante airados, que protestaban contra el régimen en las afueras del Estadio de San Lucy.
Lo hizo corriendo el mismo riesgo que la muchacha, aparentemente. Pero el viejo periodista estaba consciente de que vive en un país donde la policía sí tiene el monopolio de la violencia, y que, si alguien le daba una sola bofetada en medio de su acto “suicida”, el agresor terminaría por sentir, demanda mediante, el dolor del golpe multiplicado en su bolsillo.
De cualquier manera, Edmundo, con su temeridad, hizo quedar muy mal a los caravaneros, quienes, a pesar de haber sido convocados por la Habana, no se presentaron, o si lo hicieron a penas se notaron durante el partido, entregándoles así a Eliécer, al youtubero Chucho del Chucho y a otros exiliados la bandera del apoyo a los peloteros “del patio”.
La consecuencia de esta humillación ha sido una trampa en forma de emisión directa organizada por el líder de la secta caravanera, Liber Barrueta. Allí se le ha dado entrada a Edmundo para aguijonearlo públicamente, sin importar el historial que enarbola como escudo. García fue expuesto a las dentelladas de quienes, como él, defienden a ultranza al régimen cubano.
El ex locutor radial se asemejaba a una piraña herida que estaba siendo devorada viva por sus hambrientas hermanas.
Por fin lo sacaron del aire sin contemplación, como él mismo les hacía a sus oyentes anticastristas cuando La Tarde se mueve“abría” los micrófonos.
Tamaño canibalismo político dentro del castrismo no se veía en pantalla desde 1989, cuando tuvo lugar el juicio contra los hermanos de La Guardia y Arnaldo Ochoa. La parte de Edmundo en este video nos ofrece una enseñanza sobre el modo en que el Diablo trata a aquellos que le acatan.
El caso es que el exilio no está tan jodido cuando, a falta de espacio vital se le seca su malangueta. Al enemigo en casa le está pasando lo mismo, cuando, por haber sido puesto en evidencia, la emprende a dentelladas contra su propio jacinto de aguas, es decir contra Edmundo García, la otra malangueta, la que florecía en los tanques albañales de la emigración económica cubana.
Postdata: ya habíamos redactado esta nota cuando Eliécer Ávila se nos bajó con una nueva directa en la que donde había dicho Diego dijo digo y dando lecciones de periodismo para justificar el sofisma de que ahora No Renuncia. Aquí se lo dejo como un ejemplo más del “camaleonismo” de nuestro queridísimo “político”:
Carlos Manuel Estefanía. Nacido en La Habana en 1962, realizó estudios de Filosofía en las Universidades de La Habana y Moscú, licenciándose en 1987 en la especialidad de Materialismo Histórico. Posteriormente realizó estudios de postgrado en materias tales como, economía, relaciones internacionales, periodismo, lingüística, teoría de la comunicación y semiótica. Así mismo recibió cursos por encuentro en la Facultad de Derecho en la Universidad de La Habana, en materias tales como: Historia del Estado y el Derecho, Teoría del Estado, Derecho de Familia, entre otras. En mayo de 2009 recibió el título de Magister en Pedagogía del Español y de las Ciencias Políticas por la Universidad de Estocolmo.
Radica en Suecia desde 1993, donde es fundador e integrante de la directiva de la Sociedad Académica Euro cubana, así mismo, es presidente de la Asociación de Graduados Extranjeros en Suecia. Es además miembro de la Asociación de Corresponsales Extranjeros en Suecia (PROFOCA) y del Colegio Nacional de Periodistas de la República de Cuba en el Exilio.
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Pingback: Se nos mueren las malanguetas – – Zoé Valdés
interesante y bien explicado, para que lo entienda hasta el cabo malanga. GRACIAS
Es talmente el desprestigio en esa pseudo-oposicion que esto es lo que se merecen la satira en su maximo esplendor ser ridiculizados , porque ninguno llegarà ni a la esquina de sus casas y esto es desde Alaska hasta Key West esta gente no valen un kilo prieto
Bueno, obviamente Eliecer es un payaso, ignorante e hipocrita. Igual que Otaola es un payaso, ignorante e hipócrita. Igual que Edmundo es un payaso, ignorante e hipócrita.
No haz dicho nada nuevo aquí que una persona con dos ojos de frente no se diera cuenta.
El problema es que imbéciles de esta calibre lleguen a tener protagonismo entre el pueblo cubano dice bastante del bajisimo nivel educacional del cubano de a pie.
Pero lo realmente irónico de esta entrada es que utilizas el termino “retorica binaria” en referencia a la torpeza de Eliecer, pero con la misma voz tildas de “gusanera castrista” a cualquiera que critique el fracaso garrafal de la política extremista de la ultra derecha cubana de Miami que Uds. tanto abogan aquí – irónicamente desde afuera de los EE.UU.
Dándole un vistazo a lo que publican en esta red, diría que personajes como Zoe y Ud. son cortados de la misma tela de los tres mencionados aquí y que tanto critican en esta entrada.
A ver, utilizan la misma retorica binaria (“el que no piense como yo tiene que ser <> o algo asi, ?no?)
Son igual de hipócrita – hablando de “libertad” y “democracia” pero no la aceptan cuando pierden, y siguen poniendo en duda el sistema democrático de los EE.UU. sin pruebas ningunas, o peor “pruebas” falsas y apoyando lo que fue un intento a golpe de estado, al mejor estilo “revolucionario” (!esa ironía!) a favor de un imbécil, una mas mala versión de Fidel (?quizás que sea por eso que el bruto Trump ha causado tanta manía entre los cubanos?), un bufón que puso 62 demandas en las cortes y se las tumbaron todas por falta de evidencia.
Y son igual de ignorante con un análisis de la política americana bastante bochornosa, que solamente el mas ignorante y reaccionario tomaría en serio. Se han dejado en evidencia que jamas han abierto un libro de historia americana ya que todos sus “talking points” vienen directo de las centrales propagandísticas de Fox, Breitbart y los Epoch Times.
La ironía es demasiada “Profesor” – y por eso es que terminan siendo tan payasos e hipócritas como los imbéciles a los cual intentan criticar.
Es tanto que ni se dan cuenta que la causa del “cubano intransigente anti-castrista” es el hazmereir de la comunidad internacional con casi cero apoyo. ?O es que no se acaban de enterar?
Pero supongo que Uds. son de esos tontos útiles que creen que a los EE.UU. le importa Cuba o que Trump iba hacer algo por Cuba fuera de la muela habitual para los dinosaurios decrépitos en el Versailles de Miami, que hace todo sinvergüenza republicano para que el tonto útil cubano le de el voto.
?O es que no se dan cuenta que el mundo no le compra la fantasía que se han inventado? “Brode” son una mala broma.
Y para colmo, están tan ciegos que ni se dan cuenta que le están haciendo la relación publica al Régimen cada vez que abren la boca para decir el próximo disparate que le entre en la cabeza. Como se tienen que estar riendo en La Habana de Uds.
62 anos de cabezoneria y habrán 62 mas mientras que Uds. sigan en esta vaina.
A ver si tienes los pantalones para publicar esto. Se ve que a los fanáticos de la ultra derecha no les gusta que los critiquen, pero mientras tanto son los primeros en quejarse por el “free speech”
O mejor responde y bailamos un poco si tienes la menor cordura intelectual. Sera divertido – te lo juro.
Habló Ferdinando I, el payaso soviético.
Eres demasiada predecible, Zoe. Y esta respuesta mas que te retrata como la payasa que yo se que eres.
Si tuvieses algún tipo de cordura intelectual le ilustrarias a la clase que fue lo que yo dije en mi respuesta original que me hace un “sovietico” – algo que yo, siendo americano, estaría bastante curioso de oir.
Fíjate que hasta te dije que lo ibas a decir, ya que cuando no tienes argumento, y peor se te ha puesto por delante uno capaz de destrozarte las boberias que dices, lo único que te queda es el insulto proveniente de la impotencia para no perder cara en frente de tus focas ignorantes.
Palabra textual mía: ” A ver, utilizan la misma retorica binaria («el que no piense como yo tiene que ser “comunista” o algo así, ?no?)
Y para tu información, soy nacido en los EE.UU. de padres cubanos que vinieron en el 1960, jamas he ido, y ni tengo ningún interés en ir, a Cuba, y lo primero que dijo mi mama cuando vio un discurso de Trump es “ese es un Fidel cualquiera” – y no se equivoco.
Y NB2 – los únicos “soviéticos” que quedan en los EE.UU. son los Trumpistas, con su curiosa pleitecia a Putin, que aun no se acaba de explicar, su fetiche por el autoritarismo y para colmo hasta cotorreando la propaganda rusa en las redes sociales.
Otra ironía bastante grande.
Vaya, qué chulo. Aplausos. Gracias.
Max Lesnick, bien sûr!
Gracias por conceder que te he callado la boca. Eres lo suficientemente inteligente para saber con quien te metes y evitar una humillación publica.
?Max Lesnick? Por Dios… Ni eres original en tus insultos, pitre!
A mi no me calla nadie, mucho menos alguien sin cara y sin identidad real. Debieras dar las gracias por reconocer que te he dado en este espacio un sitio inmerecido, espacio que pago yo y que trabajo yo de gratis, por la libertad de Cuba. Pero la envidia es demasiada, y el deseo de lucirse a costa mía, peor. No lo intentes más, aquí te quedaste. No por nada, sino porque estos son los predios de la gente buena. Y no lo eres, eres otro más con ponzoña en tu pobre espíritu. De nada.