Sociedad

¿Quién será El Diablo Colorao?

Por Víctor Fernández.

La candidatura y llegada de Donald Trump al poder ha funcionado como una especie de catalizador que ha sacado a todo el mundo del armario -político-. Nunca se había visto tal despliegue de agresividad por parte de los contrarios a un candidato, presidente, conjunto de ideas sociopolíticas, y a sus seguidores, como ahora. En España son comunes -desde siempre- las descalificaciones y la agresión verbal constante por parte de la izquierda contra la derecha; lo que se está viviendo en Estados Unidos actualmente es primicia. Antes de esta administración, las carreras políticas solían transcurrir dentro de un límite de civismo entre oponentes, sin mayores exabruptos, eso es historia hoy día.

Desde el minuto cero feministas postmodernas que nunca habían levantado su voz, por ejemplo, en defensa de las mujeres condenadas a lapidación y decapitación en países de la esfera del mundo musulmán, que aún hoy siguen sin hacerlo por las condenadas en Irán por atreverse a quitarse el velo, de repente tomaron las calles y generaron grandes caos; actores y actrices ofendidos crearon movimientos contra los abusos y la explotación sexual -por primera vez después de décadas de silencio- que habían estado padeciendo; los grupos marxistas LGTB, de repente, explayaron su verdadera identidad, es decir: todo homosexual que no siga a pie juntillas y sin chistar sus mandamientos y lineamientos ideológicos, es segregado, satanizado, reprimido, llamado homófobo y, cuando han sufrido ataques terroristas en sus centros de ocio en los EEUU, han salido a protestar contra los republicanos sin hacer siquiera alusión a la militancia ideológico-religiosa del atacante.

Nunca en la carrera por la presidencia de los EEUU se habían escuchado las palabras Socialismo, ni Marxismo, como conceptos defendibles, o a defender, ahora sí. En palabras de una líder del movimiento supremacista BLM: “ellos son marxistas entrenados” (las fotos de varios cabecillas de BLM con líderes castristas o venezolanos están ahí, como prueba fehaciente de hacia dónde se escoran sus intereses sociopolíticos). La estrella de los movimientos de ultra-extrema-izquierda, el grupo globalista terrorista Antifa es punto aparte. La virulencia irracional de sus ataques debería ser tomada más en serio de lo que se está haciendo por parte de las autoridades en todo Occidente. En la práctica, los hasta ahora mencionados contradicen de facto absolutamente todo cuanto supuestamente dicen defender (la vida, la igualdad, los derechos de las minorías, el derecho a la libertad de expresión). El método con que expresan su ira, deja ver claramente su preocupante carácter totalitario. Lo más cercano a ellos, por cuanto dejan los testimonios filmados de sus actuaciones, son, fueron, las huestes nazis de la Alemania de los años 30 del siglo pasado. La última moda de los Antifa-BLM es irrumpir en terrazas y restaurantes, y obligar a los comensales a levantar el puño y gritar sus consignas, agrediéndolos físicamente si se niegan a hacerlo, además de destrozar el lugar; exactamente lo que hacían las juventudes hitlerianas.

¿Dónde quedan los cubanos de la diáspora y el exilio en todo esto? Una vez más ubicados donde siempre hemos estado, los exiliados por un lado, y los emigrados económicos por otro. Los cubanos emigrantes económicos -que suelen mentir autodenominándose como apolíticos- son, en definitiva, mano de obra exportada (igual de maltratada por la dictadura que los exiliados) para que manden hacia Cuba gran parte de cuanto producen. Son defensores acérrimos de la dictadura castrista allí donde han ido a parar; agresores activos de los exiliados. Para ellos, Cuba y castrismo son la misma cosa; no importa cuantos años lleven viviendo fuera, la doctrina castrista en ellos es tan fuerte que no son capaces de separar al país de la tiranía, confunden cualquier crítica al gobierno castrista como una agresión al país; en sus mentes aquello que nos decían en la escuela primaria “Fidel es el padre, y la madre la revolución”, sigue marcado a fuego.

Aquí, en España suelen ser votantes del partido maoísta estalinista castro-chavista Podemos, y por lo que se ve, en los EEUU del Partido Demócrata. Nada sorprendente. Dentro de los cubanoamericanos (es decir, nacidos en los EEUU de padres cubanos) hay un grupo cuyo proceso ideológico no deja de ser cuanto menos intrigante: los hijos de la primera oleada de refugiados políticos cubanos, por lo general de clase media a media alta, que crecieron en familias marcadamente anticastristas, de personas que fueron víctima en carnes propias de la dictadura, que perdieron sus negocios, y sus familias fueron destrozadas por el desgarro del exilio, padecieron cárcel y torturas en muchos casos, ahora resulta que están apoyando las candidaturas demócratas a la presidencia que, no han tenido ningún prurito en declarar sus simpatías/intenciones socialistas, y marxistas (aquí habría que entrar en un análisis freudiano de esa traición a los ideales de sus padres, que dejaremos para otra ocasión).

(Los candidatos demócratas y las huestes de archimillonarias estrellas de Hollywood que defienden las ideas socialistas pretenden que, disfrazando el término socialista con el matiz democrático, la serpiente pase inadvertida; presentan a los países del norte de Europa como “socialistas”, que es una mentira flagrante porque en Europa hay partidos socialistas que alternan el poder con otras militancias políticas, siempre dentro del marco de la democracia pluripartidista; en ningún caso existen países socialistas europeos. Socialismo y democracia es un oxímoron -y no de los más pequeños-, pero esto por ser un tema más complejo lo dejaremos para otra ocasión -como lo de Freud-).

Otro grupo “interesante” de cubanos que se ha sumado a la izquierda y la ultraizquierda norteamericanas, es el formado por lo que llamo príncipes del castrismo que, quién sabrá jamás por qué misteriosas razones, asentaron casa y hacienda en los EEUU. Los príncipes del castrismo son los apellidos ilustres de la alta nomenclatura castrista (casi todos eran también de la alta burguesía precastrista, irónicamente considerados por los propios castristas como “la clase que había que destruir por ser los opresores, explotadores de la clase obrera”).  Esos príncipes castristas o clase de corcho, que siguió a flote dentro de la dictadura sin perder el estatus ¿qué buscarán con su militancia izquierdista en Estados Unidos? ¿Irse del socialismo para votar por ideas cercanas al socialismo, o socialistas directamente, es consistente? A mí no me lo parece. Peor aún, si todo se quedara ahí, en las ideas expresadas a través de las urnas como sucedía antes de Trump, sería de respetar, a fin de cuentas, nosotros sí creemos en la libertad de opinión y expresión pero, ¿por qué están tan violentamente agresivos contra todo el que exprese lo contrario a sus posicionamientos? No he entrado en particulares específicos de esa clase cubana y la de los descendientes de los exiliados, a pesar de la gran sorpresa que me causa su actual alineación con el grupo marxista BLM y la corriente histórico ideológica llamada indigenismo pero: búsquenme una foto de ese grupo, de sus bodas, bautizos, comuniones, Día de Acción de Gracias, quince años, graduaciones, y hasta de sus “pool parties”, donde haya personas de raza negra, o nativa hispanoamericana; si las hay, no las he visto.

En resumen, por qué los cubanos emigrantes económicos, la descendencia de los verdaderos exiliados, y la clase principesca burguesa-castrista afincada en Estados Unidos y en el resto del mundo votan por partidos socialistas, o de ideas socialistas y comunistas, es un misterio tan grande como la identidad del Diablo Colorao, y estaría bien -es un decir-, si solo le limitaran a eso y respetaran a quienes tienen la dignidad de votar lo que votan, por haber padecido lo que hemos padecido bajo el castrismo.

Víctor Fernández es escenógrafo y director de escena, historiador de la ópera, galerista, y profesor de inglés.

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3 Comments

  1. Carlos Miguel Bacallao Soto

    Excelente !!!!bravo👏👏👏

  2. Miscortez

    Yo también me pregunto, por qué lo odian tanto??! Esto no tiene precedentes! Por qué quieren eliminarlo a como de lugar?! Y es que es el único que se les ha opuesto y enfrentado al NOM que Obama estaba imponiendo. En estos días me leí un reporte de la periodista venezolana Carines Moncada, que inocente yo de algo tan grave como el despido por parte de Obama, de altos mandos militares para colocar demócratas acérrimos que ahora mismo se le están enfrentando a Trump. Todo fríamente calculado. El diablo rojo no se cansa.

  3. MARIA DOLORES HERNANDEZ GARCIA

    Interesantísimo análisis, hay posiciones verdaderamente incomprensibles en el llamado exilio cubano en los USA, esperamos la explicación “freudiana” en un próximo artículo!!

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