Por Gloria Chávez Vásquez.
¡Oh, qué maravilla!
¡Cuántas criaturas bellas hay aquí!
¡Cuán bella es la humanidad! Oh, mundo feliz,
en el que vive gente así.
La Tempestad, W. Shakespeare
Entre las historias que se han perdido los que no leen, y por tanto les toma por sorpresa cuando se convierten en realidad, está la novela del británico Aldous Huxley, publicada en 1932.
En Un mundo feliz (Brave New World) el escritor pronostica la tecnología de la reproductividad, los cultivos humanos y la manipulación de las emociones por medio de drogas. En ese mundo avanzado, la guerra y la pobreza han sido erradicadas, la humanidad está conformada por castas sociales y la gente es saludable y sexualmente libre. Se supone que todo es felicidad, pero no existe la libertad, ni la familia, ni la diversidad cultural, ni el arte; no mas ciencia, no más literatura; se acabaron la religión, la filosofía y el amor.
Huxley no ha sido el único futurista acertado. Desde tiempos bíblicos, pasando por leyendas basadas en eventos reales como El flautista de Hamelin, (1284) los humanos hemos sido alertados con constancia, sobre lo frágil de la libertad, y la existencia de mentes que maquinan la manera de arrastrar a los más inocentes, o desinformados, al abismo. Ni que recordarles El amo del mundo de J. Verne, 1984 de Orwell o Soylent Green de H. Harrison, o la serie de James Bond, todas llevadas a la pantalla. Y así una larga lista de avisos de lo que ahora sucede en la actualidad. Las posibilidades no dejan de preocuparnos, pero pasamos de largo, repitiéndonos lo de siempre: es solo fantasía.
Pero es que ese momento ha llegado. Ya estamos en ese mundo donde una pandilla de amos del mundo actúa contra reloj, para convertirlo en su campo de ingeniería social, una versión distópica de la más loca imaginación. Así nos lo advierte ahora el periodista y escritor estadounidense Lowel Ponte, en un incisivo comentario publicado en World Network Daily este 19 de noviembre. Titulado El Gran reinicio: lo que planea la élite globalista para el mundo, Ponte escribe que el coronavirus es uno de los elementos claves utilizados para eliminar la libertad y la propiedad privada y cita al economista Anthony Mueller, quien afirma que “Una nueva forma de colectivismo está a punto de emerger… Como el comunismo del pasado, el nuevo proyecto atrae al público porque promete avances tecnológicos, inclusión social, sostenibilidad ecológica y la promesa de longevidad y hasta inmortalidad.” En realidad son solo promesas para distraer a la gente mientras se logra el objetivo final, nos recuerda Ponte.
“Joe Biden”, continúa escribiendo Ponte, “adoptó el lema Reconstruir mejor (Build Back Better), de Klaus Schwab, fundador y director del Foro Económico Mundial WEF, parte de la red de Naciones Unidas, que reúne gigantes corporativos, multinacionales e ideólogos globalistas en Davos, Suiza. Schwab ha previsto que el COVID-19 “esta empujando una Cuarta Revolución Industrial en la que la gente perderá sus propiedades y el mundo nunca volverá a su normalidad”.
A esto le llaman El Gran Reinicio. El primer ministro canadiense Justin Trudeau es uno de los partidarios de acelerar ese reinicio, en el que la libre empresa será reemplazada por la nueva economía por la que aboga la senadora por Massachusetts, Elizabeth Warren. Los grandes negocios tendrán una carta garantizada solo si los políticos de izquierda les dan el visto bueno y si están dispuestos a compartir las ganancias con el gobierno, los ambientalistas y con los activistas radicales como lo hacen ahora Target y Walmart. De lo contrario serán quemados en la estaca pública. Esas compañías reemplazaran empleados con robots e inteligencia artificial y los altos impuestos proveeran entradas a la población que vive del bienestar social como predice Schwab en su libro Stakeholder Capitalism o “capitalismo de la estaca” a publicarse en febrero del 2021.
Pero como dice Ponte, a los gigantes de las corporaciones eso los tiene sin cuidado. Para eso fue que Wall Street, Silicon Valley, la Banca y las compañías de tarjetas de crédito vaciaron toneladas de dinero en la campaña de Joe Biden, quien los ha beneficiado por décadas como senador del estado de Delaware. Mientras tanto los pequeños negocios están siendo devorados por las megacorporaciones como Amazon y un gobierno que le exprime el jugo a la clase trabajadora. El ciudadano común no poseerá nada, rentará todo y será siervo del gobierno. Se ha usado la pandemia para justificar el cierre de los pequeños negocios que se han ido a la quiebra.
La pandemia abrió también la puerta al mundo feliz de Huxley en estados como Oregón, con la legalización de la heroína, los sicodélicos así como las dosis extra potentes de marihuana con la que entontecer a los votantes.
El Gran Reinicio nos conducirá a la fusión de nuestra identidad, física, biológica y digital según anuncia Schwab en su libro Moldeando el futuro de la Cuarta Revolución Industrial (Shaping the Future of the Fourth Industrial Revolution). Es ya un hecho que la tecnología permite a las autoridades entrometerse “en el espacio privado de nuestras mentes, lectura, pensamientos e influir en nuestro comportamiento”. Pero los microchips y otras tecnologías “no se detendrán en el mundo físico a nuestro alrededor,” anuncia Schwab. “Serán parte nuestra… y elevarán a la humanidad a un nuevo colectivo y una nueva conciencia moral.”
Como reflexiona Lewel Ponte, el sueño de una persona es la pesadilla de otra. “Para muchos izquierdistas, este futuro de humanos convertidos en zombis híbridos por un gobierno similar al de Viaje a las estrellas es su verdadero sueño revolucionario”. Pero muchos liberales, – no izquierdistas – demócratas y populistas, se oponen a ser gobernados por un estado corporativo global de locos excéntricos como George Soros, Jeff Bezos, Mark Zuckerbeg y el resto, que acabaran con la libertad individual.
Como en la China Comunista El Gran Reinicio pondrá en efecto un “crédito social,” vigilancia, control y totalitarismo. Impondrá además el concepto de una raza superior, como lo han hecho los violentos delincuentes de izquierda – un neo-racismo basado en la creencia Nazi de que los que están con el régimen son mejores que los cavernícolas que lo rechazan. De ese modo es más fácil eliminar a los disidentes.
Por último, concluye Ponte, “En su guerra económica/ideológica China ha inundado la sociedad estadounidense con una enorme cantidad del opioide fentanyl, causando un gran número de adictos y de muertos. Con el virus de Wuhan, ha inhabilitado el resurgimiento económico del país y ha infectado la democracia. Con el patrocinio a sus camaradas de Black Lives Matter y Antifa y sus violentas tácticas marxistas, está destruyendo la cultura americana. Con la colaboración de su marioneta de muchos años, Joe Biden, la China Comunista destruirá a América, matará el mercado libre y la libertad individual convirtiéndose así en el líder del Gran Reinicio mundial.
Gloria Chávez Vásquez es escritora y periodista.
“COVID-19: SOBRE VIRUS, ASESINOS Y ESTRATEGIAS”
Fue INTENCIONADO y hay antecedentes:
En 2009 Jane Bürgermeister presenta pruebas de los actos de bioterrorismo perpetrados, violando las leyes, por un grupo que opera en los EE.UU. bajo la dirección de los banqueros internacionales que controlan la Reserva Federal y el gobierno, la OMS, la ONU y la OTAN, con el fin de llevar a cabo un genocidio en masa contra la población estadounidense mediante una pandemia de gripe de un virus, creado por ingeniería genética, con la intención de causar la muerte.
En concreto, presenta evidencias de que los acusados —entre otros el presidente Barack Obama; David Nabarro, Coordinador del Sistema de las Naciones Unidas para la Gripe; Margaret Chan, Directora General de la OMS; Kathleen Sibelius, Secretaria del Departamento de Salud y Servicios Humanos; Janet Napolitano, Secretaria del Departamento de Seguridad Interior; los banqueros David de Rotschild, David Rockefeller y George Soros; Werner Faymann y Alois Stoger, respectivamente Canciller y Ministro de Salud de Austria— son parte de un sindicato del crimen empresarial internacional que ha desarrollado, producido, almacenado y utilizado armas biológicas para eliminar población en los EE.UU. y otros países con el fin de obtener beneficios políticos y económicos.
La denuncia sostiene que estos acusados conspiraron entre sí y con otros para diseñar, financiar y participar en la fase final de la ejecución de un programa internacional secreto de armas biológicas, con la participación de las empresas farmacéuticas «Baxter» y «Novartis». Por bioingeniería crearon y liberaron agentes biológicos letales, en particular la «gripe aviar» y el «virus de la gripe porcina», con el fin de tener un pretexto para poner en marcha un programa de vacunación en masa forzado que sería el medio para administrar un agente biológico tóxico capaz de causar la muerte y lesiones a la población de los EE.UU. Esta acción constituye una violación directa de la Ley contra el terrorismo en relación a las armas biológicas.
Los cargos de Bürgermeister incluirán pruebas de que «Baxter AG», filial austriaca de «Baxter International», envió deliberadamente 72 kilos de aves vivas infectadas con el virus de la gripe, facilitadas por la OMS en el invierno de 2009 a 16 laboratorios en cuatro países. Afirma que esta prueba ofrece una muestra clara de que las empresas farmacéuticas internacionales y los organismos gubernamentales están participando activamente en la elaboración, desarrollo, fabricación y distribución de agentes biológicos clasificados como las más letales armas biológicas existentes en el planeta, para desencadenar una pandemia y causar la muerte en masa.
En los cargos que presentó en abril, Jane Bürgermeister denunció que el laboratorio de «Baxter» en Austria, uno de los laboratorios de bioseguridad supuestamente más seguros del mundo, no siguió las más básicas y esenciales medidas en bioseguridad para mantener, en lugar seguro y aislado del resto de sustancias, 72 kilos de un patógeno clasificado como un arma biológica, permitiendo que se mezclara con el virus de la gripe humana normal, que después fueron enviados desde sus instalaciones en Orth, en el Donau.
En febrero de este año, un funcionario de «Biotest» en la República Checa probó (¡¡¡¡¡de forma casual!!!!) la vacuna en hurones y murieron, incidente al que no siguió una investigación de la OMS, la Unión Europea, Austria o las autoridades sanitarias. No hubo ninguna investigación del contenido de los virus en esa vacuna, y no hay datos sobre la secuencia genética del virus en libertad.
En respuesta a interpelaciones parlamentarias, el 20 de mayo, el Ministro de Salud de Austria, Alois Stoger, reveló que no se manejó el incidente como un fallo de bioseguridad, como debería haberse procedido, sino como un delito contra el código sobre medicamentos veterinarios, tras lo cual se envió al laboratorio a un médico veterinario para efectuar una breve inspección.
El expediente de Bürgermeister señala que la liberación de los virus era un paso más para desencadenar una pandemia que permitiera a la OMS declarar una pandemia de Nivel 6, enumerando las leyes y decretos que posibilitan a la ONU y a la OMS hacerse cargo de los Estados Unidos en caso de declararse una pandemia: se pondría en vigor la legislación que exige el cumplimiento obligatorio de ser vacunado.
Los cargos presentados se basan en que la pandemia de la «gripe porcina» es un negocio y una gran mentira, y que no hay ningún virus que represente una amenaza para la población. Presenta pruebas que llevan a creer que los virus, de la gripe aviar y de la gripe porcina, han sido creados por laboratorios de bioingeniería, utilizando, entre otros, fondos proporcionados por la OMS y otros organismos gubernamentales. Esta «gripe porcina» es un híbrido entre gripe porcina, gripe humana y gripe aviar, algo que según muchos expertos sólo puede provenir de laboratorios.
La OMS afirma que esta «gripe porcina» se está extendiendo y que debe ser declarada la pandemia, haciendo caso omiso de las causas fundamentales. El virus creado fue puesto en libertad con la ayuda de la OMS, que es responsable en primer lugar de la abrumadora pandemia. Además, los síntomas de la supuesta «gripe porcina» son indistinguibles de la gripe o resfriado común estacional, y no causa más muertes que la gripe ordinaria.
Bürgermeister destaca que las cifras de muertes registradas por la «gripe porcina» son incompatibles, así como que no hay claridad en cuanto a la forma en que se ha documentado el número de «muertes».
Afirma que no existe potencial pandémico para vacunaciones en masa, a menos que se dispongan a militarizar la gripe con el pretexto de proteger a la población, y hay motivos razonables para sospechar que las vacunas obligatorias serán contaminadas a propósito con enfermedades específicamente diseñadas para causar la muerte.
Bürgermeister hace referencia a una vacuna de «Novartis» contra la gripe aviar que en el verano de 2008 mató a 21 personas sin hogar en Polonia y tuvo «eventos adversos» como «medida de resultado primario», y que por tanto se ajustaba a la definición hecha por el gobierno norteamericano de arma biológica: un agente biológico destinado a causar una tasa de eventos adversos, es decir, la muerte o lesiones, mediante un sistema de prestación de servicios (inyección).
La periodista de investigación acusa que el mismo complejo de las compañías farmacéuticas internacionales y los organismos gubernamentales que han desarrollado, puesto en libertad y desencadenado la pandemia, se han posicionado para beneficiarse de los contratos de suministro de vacunas. Medios de comunicación controlados por el grupo están difundiendo información errónea sobre la «gripe porcina» calmando a la población de los EE.UU. para que acepten la peligrosa vacuna.
El pueblo norteamericano, sostiene, sufrirá importantes e irreparables daños y perjuicios si se ve obligado a ponerse esta vacuna no probada sin su consentimiento, de conformidad con el modelo de la Ley de Estado de Emergencia Sanitaria, la Ley de Emergencia Nacional, la Directiva Presidencial de Seguridad Nacional/NSPD 51, la Directiva Presidencial de Seguridad de la Patria/HSPD-20, y la Alianza Internacional sobre la Gripe Aviar y Pandémica.
Bürgermeister denuncia que en los EE.UU., desde 2008, se ha acelerado la aplicación de leyes y reglamentos destinados a impedir los derechos constitucionales de sus ciudadanos a negarse a ser vacunados. Se ha convertido en un delito la negativa a ser vacunado contra la pandemia de virus, imponiendo penas o crueles sanciones tales como penas de prisión y/o de cuarentena en los campos de FEMA, a la vez que se restringe la posibilidad de reclamar indemnización por lesiones o muerte producidas como consecuencia de la vacunación forzada. Lo que constituye una violación de las leyes federales que regulan la corrupción y el abuso de poder, así como de la Constitución y la Carta de Derechos. A través de estas acciones, los acusados han sentado las bases para el genocidio en masa, afirma la acusación.
La periodista perdió el empleo, tuvo que afrontar gastos para su defensa pues fue falsamente denunciada e incluso tratada como loca (otro EXPEDIENTE ROYUELA pero más bestia todavía).
Por cierto, aquí en España ¿alguien se acuerda del aceite de colza?
COMENTARIO DE UN LECTOR APARECIDO EN alertadigital.com EL PASADO 9 DE ABRIL 2020
A RAIZ DE UN ARTÍCULO PUBLICADO EN DICHO PERIÓDICO BAJO EL TÍTULO :
“COVID-19: sobre virus, asesinos y estrategias”
Pingback: ¿Qué planean los amos del nuevo orden mundial? – – Zoé Valdés
World economic forum El gran reinicio.
Cumbre para empezar 2021.
Por eso tenían que sacar del medio a Donald Trump
Link en español
http://www3.weforum.org/docs/WEF_The_Great_Reset_AM21_Spanish.pdf
Escalofriante.