Por Zoé Valdés.
Hace años una persona cercana me quiso embullar para que invirtiera con ella en el negocio de las farmacias o boticas. No entraré en detalles. Era una época en que sin saber nada de fármacos en Miami podías convertirte en dueño de farmacias. Esa persona abrió cinco de golpe. E insistía en enrolarme. Mi buen olfato me dijo que no debía. Nada sabía, ni sé de medicamentos. ¿Qué coño haría yo con una farmacia?
Para no extenderme… La persona hoy cumple años de cárcel, y obviamente lo perdió todo; incluida a su familia. Todo por la voracidad de asumir un negocio del que nada entendía.
Yo hoy no me pongo en su piel. Me pongo en la piel de los que esa persona mató vendiéndole drogas no sugeridas ni autorizadas por un médico. Me pongo en la piel de los hijos de sus padres muertos por consumir píldoras o en los padres con hijos asesinados por consumir tranquilizantes recetados indebidamente. Es lo lógico.
La vida es una parábola. No me refiero a la parábola literaria, sino a la matemática.
Zoé Valdés es escritora y artista. Fundadora y Directora General de ZoePost y Libertad de Prensa Found. Fundadora y Voz Delegada del
Movimiento Republicano Libertario Martiano.
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¡Excelente!
Grandioso…
Mejor el consejo de Gloria. Un restaurante de sopa de pollo y croquetas. Nos forraríamos.