Por El Mundo/RZP.
Sí, Rafa Castaño se llevó el mayor bote jamás entregado en la historia de Pasapalabra, pero hubo otra proeza, otra que vale más que 2.272.000 euros. La proeza de Orestes Barbero.
La madrugada de este lunes, en las redes sociales, empezó a circular un vídeo con el momento que la Academia de Cine de Hollywood daba el nombre de Jamie Lee Curtis como ganadora del Oscar a la mejor actriz de reparto. En ese vídeo se veía a Angela Basset, otra de las nominadas, no recibir con demasiada alegría la derrota. Todo lo contrario a Orestes Barbero, el concursante de Pasapalabra que anoche vio como, después de 360 programa, se le escapaban de las manos 2.272.000 euros.
El bote más alto de la historia de Pasapalabra lo ganaba finalmente Rafa Castaño. Justa y merecida victoria. Lo que hizo el sevillano resolviendo del tirón las 25 letras de El Rosco del concurso no lo había hecho nadie en la historia del programa. Sí, lo de Rafa Castaño ha sido una proeza, pero ¿y la proeza de Orestes Barbero? “No sintáis pena por mí”, fue la primera frase que consiguió enlazar tras la victoria de su contrincante, pero sobre todo, y ahí está la gran diferencia, de su amigo.
No vamos a repetir los récords que han pulverizado estos dos concursantes porque entre los dos han superado todos. Ni tampoco vamos a entrar en la guerra de ‘se lo tenía que haber llevado Orestes‘ u ‘Orestes se lo merecía más’. La batalla entre Rafa y Orestes no podía estar más igualada. Lo que uno no hacía, lo hacía el otro, lo que uno no superaba lo superaba el otro, y viceversa. Y tampoco vamos a entrar en que fue injusto ni en que hubo tongo. Ni fue injusto, ni fue tongo. Y si alguien lo sigue pensando a estas alturas es que anoche no vio la reacción de Orestes Barbero.
Claro que el carácter de Orestes es más cercano que el de Rafa Castaño, claro que es más sensible o, al menos, más emocional, claro que lleva más a los espectadores, pero es que El Rosco de Pasapalabra y el bote no se consiguen cayendo mejor. Se consiguen estudiando, se consiguen aguantando, se consiguen dedicando horas y horas. Y esto lo han hecho los dos. ¿Por qué si Orestes celebró la victoria incluso más que el ganador, si fue el primero en decir que lo que había hecho Rafa era “inapelable”, tenemos que alzarnos los demás contra defensores de lo que no necesita defensa?
Lo que demostró anoche Orestes Barbero es lo que dijo Rafa Castaño nada más ganar, que Orestes “es el mejor tío que ha pasado por aquí, mejor concursante y también un tío que se hace querer “. Orestes es una buena persona, punto. Y a las buenas personas se las cala cuando ocurren cosas como perder el mayor bote de Pasapalabra después de casi dos años concursando y reaccionar diciendo esto: “Cada momento con vosotros ha sido puro estímulo, pura alegría. No sintáis pena por mí, yo tengo un buen dinero acumulado -más de 210.000 euros-, que es un botecillo majo, tengo los siguientes años resueltos, no hay ninguna pena con esto”.
Pero es que no fueron sólo estas palabras, fue todo. Fue como cuando Rafa Castaño se proclamó ganador, y empezó a caer del cielo el confeti y Roberto Leal fue a por el ganador y Rafa y Orestes se fundieron en un abrazo, Orestes quiso apartarse todo el rato del plano. Si no llega a ser porque Roberto Leal le agarraba una y otra vez del brazo y le intentaba colocar junto a Rafa, Orestes hubiera desaparecido entre la nebulosa de la victoria. No quería robarle el protagonismo a su amigo, no quería ser le protagonista de nada, pero tenía que serlo. Ésta es la proeza de Orestes Barbero, por eso se ha ganado el corazón de tanta gente, por eso la tragedia de esta victoria es que Orestes Barbero ya no estará en Pasapalabra…
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