Cultura/Educación

Nuestro idioma de cada día. ABUSOS: DEPORTACIÓN Y MALTRATO AL IDIOMA

Por Emilio Bernal Labrada.
de la Academia Norteamericana de la Lengua Española.
              ESTIMADAS/OS LECTORAS/ES: Que la deportación indiscriminada de indocumentados es un enloquecido ABUSO que no tiene ventaja alguna para la nación, pero sí muchísimas desventajas, es un hecho incontrovertible.  Y ello nada menos que en el mes de la Herencia Hispana, del 15 de septiembre a l 15 de octubre. Por suerte, no afecta a la expansión del idioma español, que seguirá su curso ascendente, equiparándose al  inglés en muchísimos aspectos.          Sépase que los hispanos (mejor que “latinos”) en EE.UU. constituyen ya el 20% de la población, con un aporte económico tan colosal que su colectividad viene a ocupar el quinto lugar mundial, superando a países como el Reino Unido y la India.
            Si alguien se quisiera adjudicar el Premio Nobél de la Paz —lo acentuamos para advertir que NO se  pronuncia “Nóbel” —aunque por analogía con “noble” así lo hagan el 99% de los hablantes—, no lo conseguirá así, librando guerra intrafronteras contra seres indefensos que ofrecen mano de obra económica y desempeñan empleos  indeseables. A diferencia de las muy dignas de encomio hostilidades contra las narcodictaduras, por no hablar del exitazo de la posible tregua, seguida de paz en el Medio Oriente.
Dicho esto, prosigamos nuestra denuncia contra el ABUSO que también se comete contra nuestro idioma, esta vez por los propios hispanounidenses, mal apodándolo “espanglish” en lugar de lo más aceptable e hispanófilo: “ESPANGLÉS”.
“Enforzar la ley“. Así lo expresan los medios informativos, olvidando que, en primer lugar, “enforzar” no es voz hispana, siendo apenas parónimo de “esforzar-se”; en segundo lugar, este engendro mal copiado y sin pies ni cabeza equivale a “hacer cumplir la ley”, expresión de antiquísima cepa.
  Anuncios electorales. La campaña comicial nos regala avisos en español “traducidos” con todo género de disparates que ni siquiera pudieran atribuirse a la inteligencia artificial. He aquí un caso que seguramente hará a los hispanounidenses dudar si votar por la candidatura en cuestión. En paráfrasis, reza así: “La situación económica es difil [en lugar de difícil], pero yo reducí [en lugar de “reduje”] los precios”. Como casi cualquier niño de escuela sería capaz de advertir estos gazapos, nos preguntamos a quién le pedirían semejante adefesio de “traducción”.
            “Canalizar emociones”. Como que “canalizar” sería hacer un canal, y “analizar” hacer un análisis, esta expresión imitativa de to channel constituye un absurdo. La voz en español no es otra que “encauzar”.
            “Bolas” de granizo. Así lo afirmó un meteorólogo, queriendo hacernos creer que el granizo es “boludo”. Si así fuera, ¿entonces la nieve sería “boluda ”?  Si el tamaño podría ser desmesurado,  su forma no es esférica. Embolarlo es cosa humana.
            “Influenciar, promocionar”.  Para variar, la bastardía de estos verbos es de factura hispana propia, sin ningún aporte anglo. La morfología originaria es “influir”, “promover”, voces acaso derivadas de “influencia”, “promoción”. Si no, ya diríamos, de “maldición”, “maldicionar”, y de “extinción”, “extincionar”.
            LA PUBLICIDAD, PERSISTENTE PECADORA.  La competencia está muy reñida para insensateces publicitarias, pero se lleva mención honorífica “Chimole”,  empresa “restaurantera” cuya vocera nos comunica “NO ABRELATAS” (¡!??) para asegurarnos que su guacamole no viene envasado. Gracias por el espanglicismo innovador: “porsia”, ningún auténtico hispano diría otra cosa que “SIN ABRELATAS”.
            Una compañía de servicios internéticos, llamémosla “X-Infinita”, afirma que,     pese a que lo más constante en el mundo es el cambio, ella “mantiene una cosa [¿sólo una?] igual” (sus tarifas). Bueno amigos, ¿qué tal: “en precios somos inalterables”?.
Amigos-as: El ABUSO contra el indefenso idioma español, aunque no sujeto a una ley contra infractores habituales —como los publicitarios— su INCUMPLIMIENTO merece el castigo de no darles un céntimo de crédito ni adquirir un solo producto suyo.
Emilio Bernal Labrada, de la Academia Norteamericana, es autor de: El buen uso impide el abuso / Good Usage Prevents , , Asesinatos impunes y crímenes de Costra en la vida pública de EE.UU., La prensa liebre o los crímenes del idioma,  etc. Pedidos a emiliolabrada@msn.com. “La fuerza sin razón es la sinrazón.”
Emilio Bernal Labrada
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