Por Esteban Álvarez-Buylla.
La tara del año entrante será que pase un cometa a cien mil kilómetros de la tierra
Y el año siguiente a doscientos mil
La tertulia fría es bastante mas cálida que el recuerdo de presentarnos mutuamente
Aquel día de Agosto al mediodía
Ninguna palabra escrita, al menos las que había leído, me narraban cómo soltar el alma tras exprimirla
Dudas y preguntas iguales en cantidad a enjambre de mosquitos con clavos de la cruz en vez de aguijones
Y siempre la orilla del mar para decir “piotaim“, resollando de pie con las manos en las rodillas, respirar hondo tres veces
Y volver.