Economía

Musk

Imagen Iván Jesús. Pixabay

Por Catriel Leiras.

Para escribir acerca de Elon Musk habría que remontarse a sus orígenes. Nacido en Sudáfrica a mediados de 1971, al igual que su padre, y de madre canadiense, el joven Musk desarrolló un talento especial en el campo de la computación y los grandes emprendimientos.

Con apenas 12 años vendió a una revista de tecnología un juego de vídeo, demostrando, a temprana edad, sus dotes para los negocios.

En 1988 obtiene su pasaporte canadiense para así abandonar el país al no estar dispuesto a formar parte del servicio militar obligatorio debido al Apartheid; viendo, además, a sus cortos 17 años, las grandes posibilidades económicas disponibles en los EEUU.

Una vez en América pasó por la universidad Quenn’s en Kingston, Ontario, y en 1997 recibe su Licenciatura en Física y Economía en la Universidad de Pensilvania.

Pasa luego por la universidad de Stanford en California, con el fin de graduarse en la escuela de Física, pero después de dos días, decide abandonar este emprendimiento al percibir, desde entonces, el enorme potencial que ofrecería la internet en comparación con la física a la hora de proponer cambios significativos a la sociedad.

Previamente, en 1995 había fundado la firma “Zip2”, una compañía que proveía mapas y directorios de empresas a periódicos.

En 1997, la empresa de computación Compaq compra Zip2 por 307 millones de dólares. Musk funda entonces su nuevo reto: una empresa de servicios financieros online llamada X.com, conocida luego como PayPal, y posteriormente adquirida por la plataforma de compras eBay con la módica cifra de 1500 millones de dólares.

Inevitablemente llega el siglo XXI y el aún joven Elon Musk sigue su expansión con proyectos de magnitudes inimaginables. Comienza en 2002 su próxima aventura: SpaceX. Consternado por los exorbitantes costos del lanzamiento al espacio, logró brindar métodos mucho menos costosos para llevar a la órbita espacial artefactos capaces de cargar cientos de miles de toneladas. Parecería entonces que sus comienzos en la Física serían un aporte firme y contundente para sus nuevos horizontes.

Es 2004 y, después de un largo interés en la industria de automóviles eléctricos se une a Tesla Motors, luego convertida a lo que conocemos hoy como Tesla.

El primer modelo se llamó  ‘Rosdster’  y podía recorrer 245 millas (394 KM) en una sola carga.

Esta joven mente continuó adelante con proyectos que despiertan pasiones de un lado y otro del espectro social. Siempre han sido motivo de juicios aquellos que se han salido de los cánones simplistas del hoy para propulsarse a las aventuras de un mañana cada vez más cercano.

Actualmente, ha desatado una ola de pasiones tanto a favor como en contra por su controvertida, y para muchos caprichosa, intención de comprar por completo la plataforma social Twitter.

Recordemos que Twitter tomó relevancia en los últimos años por su complicidad con la censura ejercida contra voces que no representan la narrativa con la que ellos pretenden llegar a las masas.

La evidencia estaría -según muchos opinan- en la compleja imparcialidad decidida por la empresa en balancear la verdad según su prisma moral.

Algo que pone en tela de juicio su neutra actitud a la hora de permitir libre acceso a la red por parte de dictadores y genocidas, mientras que, a la misma vez, bloquean a un presidente electo (Donald Trump) porque, según ellos, fomentaba la discriminación racial, el odio y la insurrección. No siendo así equivalente con líderes de carteles criminales como el de La Habana, Venezuela, Nicaragua y las principales cabezas del yihadismo islamista.

Entretanto, y volviendo a Elon Musk, no son pocos los que consideran un acto de heroísmo con base en su concepto de la obsesiva búsqueda de la ‘verdad’, el poder desmantelar la censura impuesta por estos gigantes conglomerados que, según él, están tergiversando el derecho a la libre expresión del ser humano. Un capricho que la empresa Twitter se niega a cumplir, total, ¿qué son para ellos 43.390 millones de dólares? Que sería el monto que Musk estaría dispuesto a pagar para ser el dueño de la firma. Suma que puede ser muy baja para los verdaderos dueños intelectuales que se benefician ideológicamente de esta (y estas) plataformas de propaganda masiva, tras bambalinas.

La izquierda norteamericana, defensora de las energías renovables y promotora de que todos los habitantes del país compren vehículos eléctricos, parecería estar ahora en contra de quien les proveyó este método de transporte. Quizás vuelvan a las carretas, tiradas por caballos robot fabricados en China.

Una anécdota personal, con una marcada y clara tendencia de oposición a estos individuos, es mía, y sucedió en Washington DC a finales de 2020.

Iba de compras a un supermercado de la capital estadounidense en busca de papaya, salía caminando tranquilamente, y casi me atropella una distraída (en muchos sentidos) mujer de joven apariencia y expresión de ira.

Mi reacción fue algo grosera, debo admitir, pero mi vida corrió riesgo y quizás eso me excomulgue, o no… me da lo mismo.

Ella era Alexandria Ocasio Cortez (AOC), y manejaba un Tesla blanco.

Catriel Leiras estudió Periodismo, es estilista, productor TV, coach, y Editor Opinión de ZoePost.

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4 Comments

  1. El rollo con la pandilla de censuradores de Jack Dorsey es que ellos aun queriendo no tendran poder decisional en los consejos de administracion el mismo Dorsey tan inteligente y ducho tonto tiene solo 40 acciones y los demas menos aun, el accionista mayoritario seria Elon Musk y esto ya me da la imagen que esos izquierdosos marxistas estan activados con el ministerio de Justicia haciendole una investigacion por evasion fiscal exactamente por Tesla todo una gran bola de humo no quieren que se concluya la adquision porque estan cercas las elecciones de midterm y dentro de poco inician la primarias

  2. Excelente! Musk saldrá adelante con lo que se proponga!

  3. Esclarecedor. Gracias Catriel.

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