Por Roger L. Simón/The Epoch Times.
Para algunos, la sabiduría convencional era que Michelle Obama no renunciaría a su cómodo estilo de vida por la tensión constante de la presidencia.
Tenga en cuenta que era “su oficina” la que estaba acabando con la “especulación” y que el anuncio provino de un “portavoz”, no de la señora Obama.
Para no ser demasiado hogareño, sospecho que el medio que estás leyendo actualmente se acerca más a la verdad.
Recordemos que la exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, anunció no hace mucho que nunca se presentaría contra el expresidente Donald Trump, en caso de que él se postulara. Más tarde también rescindió su promesa de apoyar al candidato, diciendo que era simplemente una tontería de campaña necesaria. El mundo de la política no es bonito.
A raíz de las victorias casi unánimes del expresidente Donald Trump en el Súper Martes y su continua capacidad para defenderse de la guerra legal sin precedentes en su contra, al menos hasta ahora, las cosas probablemente no sean felices en Camp Obama, ya sea en Maui, Martha’s Vineyard o DC. elegante barrio de Kalorama.
La sabiduría convencional, al menos para algunos, era que Michelle Obama no renunciaría a su cómodo estilo de vida por la tensión constante de postularse para la presidencia y la presidencia misma.
Pero Estados Unidos está al borde de un intercambio masivo de poder que socava todo lo que los Obama y el Partido Demócrata en su versión representan.
Una de las grandes conclusiones, perdón el cliché, del Súper Martes es la notable falta de entusiasmo por el presidente Joe Biden. No fueron sólo los demócratas los que votaron “ninguno de los anteriores” en sus primarias en varios estados, sino el bajo número de su partido que acudió a votar en general.
Parte de esto puede deberse a cruces que eligieron, en oposición a Trump, votar por Haley en primarias abiertas, pero solo algunas.
Los augurios para el presidente Biden son malos y están empeorando.
Los sustitutos lógicos son pocos, aunque últimamente parece que la vicepresidenta Kamala Harris está siendo preparada, inyectada en reuniones para ayudar a resolver la crisis de Oriente Medio, algo para lo que, para ser amable, parece no ser la adecuada y hay que corregir sus declaraciones. .
Se sospecha que el gobernador Gavin Newsom es el líder de un estado en notorio desorden, económico y de otro tipo, cuya población ha estado huyendo bajo su gestión.
Entonces, una vez más, lógicamente, los ojos todavía se dirigen a la señora Obama en busca de la salvación del demócrata. ¿Dónde más?
