Medias

Memorias de un defenestrado

Por Ulises F. Prieto.

 

Dicen que fue su mujer quien le puso ese nombre a la empresa: “pequeña y suave”. Es decir, MicroSoft. Queda la pregunta entonces de con cuánta gente estaría ella fantaseando al llamarle MS-DOS al sistema operativo. Algunos piensan que el nombre de Windows (Ventanas) también revela cierto deseo no confesado de ella hacia él. En mi opinión esa versión no es más que una calumnia mal intencionada de sus enemigos. El nombre de Windows sí se lo debemos a él. Es tan solo una alusión disminuida a su propio apellido: “Compuertas”. Teniendo en cuenta su arrogancia es lo más plausible.

 

Hace varias décadas tropecé con las fotocopias de una entrevista que le habían hecho a Gates cuando aún era joven. Obviamente estaba encantado de haberse conocido. La fortuna le sonreía, aunque él no se lo agradeciera, porque no creía en la suerte sino únicamente en él mismo. Para casarse había alquilado una isla, donde solo podrían estar unos pocos invitados de confianza. Así evitaría que cualquier foto se filtrara a los periódicos. En realidad lo que lograba era crear más curiosidad. Evidentemente ese era el propósito. Para entonces ya se había convertido en esa clase de millonarios excéntricos, cuyos nombres tienen valor por sí solos. No sólo era rico sino también famoso. Era como Aristóteles Onassis. O para molestarle aún más: como Donald Trump.

 

En aquella entrevista dijo algo así como: “soy el único que puede predecir el futuro porque soy quien lo está creando”. Me pareció una frase afortunada. Una exageración típica del marketing. No pensé que se lo creyera realmente. Explicaba cómo las empresas y la vida privada de las personas irían cambiando con sus productos prácticos y fáciles de usar. La verdad era que todos los años era un dolor de cabeza actualizar la nueva versión de Windows. Cada verano nos parece el más lluvioso pero no es cierto. Lo que sí es cierto es que cada versión de Windows tenía más defectos que la anterior. Se le notaba el desespero. La frase: “soy el único que puede predecir el futuro porque soy quien lo está creando”, era en serio. Lo que dejaba entrever era su deseo de crear un monopolio a toda costa, y así hacerse imprescindible para cada humano sobre la Tierra. Se trataba de Poder más que de dinero.

 

Hoy hay libertarios (liberpelotudos) que justifican moralmente el abuso de las BigTech en Internet como un efecto pasajero del libre mercado. Dicen que el libre mercado arreglará el problema con su mano invisible. Olvidan que Internet no fue producto de ningún orden espontáneo. Su origen fue una red que se diseñó para conectar algunas instituciones dentro del Gobierno y aledaños, fundamentalmente militares, durante la Guerra Fría. Después de la victoria sobre la URSS, Internet se liberó, y estos depredadores corrieron a apoderarse de la misma para dirigirla, sin ningún agradecimiento a los sacrificios de la Guerra. Gates tampoco quería competencia en Internet. Obviamente la calidad de su navegador “Explorer” era ampliamente mejorable, pero él no tenía tiempo para mejorarlo. El futuro le esperaba. Lo que intentó fue hacer incompatible cualquier otro navegador en su sistema operativo. Vinieron las demandas de “Netscape”, y las leyes antimonopolio lograron proteger a los consumidores. Entonces los tribunales aún no estaban rendidos.

 

Windows era un abrevadero de virus informativos, pero eso no era un problema para Gates, sino otra oportunidad para atar a sus clientes. Había que instalar cada vez más antivirus para que permanecieran vigilantes. Esas vacunas ocupaban cada vez más recursos hasta hacer inviable el trabajo. Los clientes tendrían que comprar una computadora más potente e instalar una versión más apropiada de Windows. Ese Windows se llenaría de nuevos virus y así se completaba un círculo vicioso de consumismo. Ya entonces había conspiranoicos que no creían que aquella proliferación de virus fuera ajena a él. Tal vez algunos recordaban aquella frase: “soy el único que puede predecir el futuro porque soy quien lo está creando”.

 

Gates sigue intentando predecir el futuro. Parece ser que su experiencia en virus informáticos le permitió predecir con exactitud de vidente el Corona Virus. Recientemente ha comprado una empresa de transporte aéreo a la vez que sugiere que la clase media debería volver a viajar en tren. Mientras se convierte en uno de los mayores terratenientes de América, nos informa que pronto dejaremos de comer carne animal, la cual será sustituida por carne sintética. Es decir, carne de dinosaurio procesada. Sabemos que ningún hombre puede construir el futuro, lo más que puede hacer es destruir el presente. Si alguien dice que puede predecir lo que vendrá es porque pretende acabar con lo que hay. Un revolucionario.

 

Ulises F. Prieto es Profesor de Matemáticas y escritor. Jefe de Redacción de ZoePost.

7 Comments

  1. Pingback: Memorias de un defenestrado – – Zoé Valdés

  2. De terror. Gracias. Fuerte el abrazo.

    • Ulises Fidalgo

      Muchas gracias, Nancy. No es un ingeniero social, es un informático social.

  3. Edmme Baguer

    Excelente artículo.

    • Ulises Fidalgo

      Muchas gracias. Tremendo personaje el hombre. Creo que está pensando presentarse para Presidente.

  4. Heidys Yepe

    Ese hombre me aterra. Genial artículo como siempre.

    • Ulises Fidalgo

      Un elitista. Sí, es muy peligroso. En vez de usar su dinero para disfrutar de la vida y salir a pasear con sus nietos, pretende gastarlo en meterse en la vida nuestra. Ahora quiere poner un globo para tapar el Sol. Está como una cabra.

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*