Cultura/Educación

Mario Vargas Llosa, inmensamente vivo

Por Albert Bensoussan/ En Attendent Nadeau.

A partir de 1971, nuestro colaborador Albert Bensoussan tradujo los libros de Mario Vargas Llosa, a quien dedicó un ensayo Mario Vargas Llosa, escritor del mundo ) . Envió una conmovedora carta a su amigo que falleció el 13 de abril de 2025.

Mario,

Malos vientos se levantaron contra ti, pero sacaste la cabeza y rechazaste esa tormenta que nunca habías tolerado, como el admirado Víctor Hugo, aquella bajo tu cráneo del que nacieron tantos personajes como de la cabeza de Júpiter, señor de los dioses, del que querías ser rival –deicida, decías–. Así que arrojaste estos  Vents a la página en blanco, tu penúltima historia que ya decía todo sobre la consternación que se había apoderado de ti cuando saliste del Covid. El cansancio te rodeaba, pero tuviste la fuerza melancólica de permanecer quieto, valiente y siempre victorioso, y al frente del escenario, saludando a tu público petrificado, te retiraste, saludándolos: ¡ Te dedico mi silencio ! Y el telón cayó, rasgándose. Y aquí está esta última novela, ya impresa, y que resurgirá de vuestras cenizas. Tu hijo póstumo, un huérfano. Yo también soy huérfano, y es una estupidez que, con apenas unos meses de diferencia, tengamos la misma edad. ¿Podemos decir huérfano de un hermano?

Me apreté contra ti como un niño pequeño y robé tu voz: inagotable, tú, el hombre que habla, ¡cuántas historias me has contado que luego revelé a mis amigos distorsionando tus palabras! Pequeño reportero, ¿qué? Fuiste lo suficientemente generoso para acariciar mis palabras. Es cierto que yo quería serte fiel porque te amaba completamente, y mira, te divertías contando los pies de este título turbulento,  Tours et détours de la vilaine fille  : un decasílabo modelado sobre  Travesuras de la niña mala . Y eso te hizo sonreír, sobre todo porque habías deslizado en estas páginas a un personajillo lujurioso y panzón llamado Salomón Toledano, un traductor de poca monta con mucho amor, porque recordabas que mis antepasados ​​habían vivido en Toledo, y que esta ciudad de Castilla era Escuela de Traductores.

¿Homenaje? Una lástima para siempre, porque ya no tendré tu voz, tus historias, tu locura creadora, los monstruos engendrados en el sueño de tu razón. Desde esta mañana, cuando llegó el veredicto, estoy dando vueltas en mi habitación, dando vueltas como uno de tus perros perdidos en la ciudad, uno de tus  Puppies, el primer texto que me diste para traducir después de que nos conociéramos en Barcelona en 1971. Mario, más de medio siglo, toda mi vida contigo. No, no, no estoy llorando. Te has unido a lo que los hebreos llaman la Casa de la Vida. Mario, te veo en el espejo con mi máscara de dolor, como has llegado a la inmortalidad de los libros y grito al viento:  Mario Vargas Llosa inmensamente vivo

Albert Bensoussan es escritor y traductor.

Traducción del francés por Zoé Valdés.

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